༺ ᑎᑌᗴՏTᖇO ՏᗴᑕᖇᗴTO ༻

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— Buenos días, Señorita Bin.

— Buenos días, Señor Kim

— ¿Jungkook la tiene trabajando de temprano?

— En realidad, él no alcanza a pedirme las cosas cuando ya las tengo en orden.

— Es usted muy eficiente.

— debo serlo, cuando le dije que estaba embarazada, aun así me quiso contratar, aunque —se acercó a él para murmurar— a veces me incomoda que sea tan atento conmigo —ambos sonrieron nerviosos.

— Él es soltero, señorita Bin, y ud muy guapa.

— Un hombre como él jamás se fijaría en mí.

— ¿Por qué no?, Son de la misma especie, ¿No?

— Jamás hemos hablado de eso, nunca me ha preguntado de quién soy hija, y yo por respeto tampoco he tocado ese tema.

— ¿Y de qué hablan? —llevo la taza de café a su boca.

— Del día, de la maravillosa mañana que hay, o de la exquisita lluvia que cae con fuerza, y es extraño porque, jamás me había sentido tan cómoda con alguien.

— ¿Él le gusta? —Hye pego su mirada en el rostro de su acompañante —Perdon si la incomode.

— Hay días en los que cuando despierto, siento un feo dolor en mi pecho, como si… Hubiese olvidado algo importante, es una sensación extraña que me hace querer llorar, pero, cuando ingreso a su oficina, y siento el aroma a él, todo eso se olvida, y solo quiero que pasen los minutos para que él llegue y diga mi nombre —sus ojos se cristalizaron— es una necesidad que come mis ansias… —volvió a ver a Nam— puede decirme loca, Señor Kim, pero a mí no me gusta ese hombre, porque lo que siento no es de un simple gusto.

— Vaya… Jamás había escuchado una mejor descripción de amor.

— Por favor, no diga nada —pidió limpiando sus mejillas.

— Su secreto está a salvo conmigo.

— ¿Qué secreto? — su voz sonó como un estruendo dentro de la cafetería.

— Buen día, Jungkook —saludo sonriente a sus celos

— Hice una pregunta…

— Buenos días, Señor Jeon, preparaba su café.

— Deja eso —ordeno— te quiero en mi oficina ahora —reclamo molesto

Hye y Nam se quedaron viendo, Kim sonreía y ella asustada le siguió los pasos a su jefe.

Jamás lo había visto molesto, en el mes que llevaba ahí, nunca lo vio de esa manera, siempre fue tierno y paciente, atento y dedicado, usaba palabras hermosas para dirigirse a ella.

— Cierra la puerta.

— Sí, Señor —y lo hice con ganas de correr de ahí.

— ¿Qué secreto? —ella tragó pesado.

— No es la gran cosa, Señor Jeon.

— Hye —ella alzó la vista de inmediato — No me agrada la idea de que andes con secretos con otros hombres —sus palabras eran confusas — Si por mí fuera —detuvo sus palabras— Tendrías secretos solo conmigo.

— Sí, Señor Jeon… Lo lamento mucho — mordió su labio avergonzada— Le pido mil disculpas por …

— No!… —grito— Deja de disculparte y llévame la contra —ella volvió a verlo confundida— Dime qué es tu vida y puedes hacer con ella lo que quieras, dime qué no tengo el derecho de exigirte nada.

— No le estoy entendiendo —murmuro temerosa, Kook dio cortos pasos a ella, quien retrocedió hasta llegar a un sofá.

Para que no cayera el tomo de su espalda baja y la pego a su cuerpo, sus mejillas se enrojecieron completamente, un vago y borroso recuerdo la visito en ese momento.

— Perseo —susurro ante la mirada penetrante del hombre que la rodeaba en sus brazos.

En ese momento, la esperanza volvía al cuerpo de Jungkook, con su mano acarició levemente su rostro, soltó despacio del agarre y giro en su eje.

— Señorita Bin, retírese de mi oficina.

Sin más y a pasos presurosos, completamente asustada, salió de la oficina para tomar asiento en su escritorio, confundida por aquellas imágenes en donde ambos se besaban, quizás, solo fue un deseo de ella y no un recuerdo como tal.

Jungkook reía en su interior, aunque luego, se dijo así mismo que no era nada en absoluto.

El día transcurrió de lo normal, desde ese acercamiento no se dijeron mucho más que temas laborales, futuras reuniones y ademases.

Ella no quería irse, no sin antes aclarar algunas dudas de su comportamiento, pero sería cruzar una línea que no estaba dispuesta hacer.

Subió al elevador y apretó el botón para bajar.

—Hola Hye

— Hola Rose —saludo, apenas ella subió pisos más abajo.

— ¿Cómo está el bebé?

— creciendo feliz y sano.

— Eso es bueno… ¿Te has sentido nerviosa?… Una amiga está en cinta, y dice que hay días en los que los nervios la lleva a otra dimensión

— Creo que hoy lo viví así… ¿Qué hace tu amiga con eso?

— Leche caliente, y le aplica un polvillo que la tranquiliza y hace dormir placenteramente.

— Supongo que necesitaré uno de esos.

— Tengo uno… De hecho, yo se los doy —busco en su bolsa— solo debes calentar leche y aplicarlo, revolver y beberlo, te aseguro que tendrás unos lindos y bellos sueños.

— Gracias Rosé, eres muy amable.

— De nada linda, y abrígate, esta noche lloverá —las puertas del elevador se abrieron.

Las dos chicas se despidieron, Hye subió a un taxi que la esperaba afuera para llevarla a su casa, mientras Rosé, camino al grupo de amigos que la esperaba en una esquina del lobby.

— ¿Estás seguro de que resultara, Hipnos?

— Eso espero.

— Por esta razón no debemos decirle a Jungkook, no quiero verlo desilusionado de nuevo cuando las cosas no resulten.

— Bien, mañana sabremos si resultó.

— ¿Qué hacen aquí? —Jungkook llegó.

— Nada —dijeron al son y el grupo se dispersó.

— Te temen —dijo Nam al ver que quedó solo junto a él.

— ¿Deberían?

— Digamos que tu humor va de mal en peor, tienen miedo que los partas con uno de los rayos que ahora posees.

— No estaría mal esa idea, así no me excluyen de sus secretos —Nam río ante sus palabras— Hablando de secretos —giro a él— ¿Cuál es aquel que le guardas a Hye?

— Recordé que tengo una reunión.

— Van a ser las 8…

— Es una reunión con mi Venus —dijo alejándose.

— Te sacaré la verdad!! —grito— aunque tenga que torturarte, Namjoon!! —volvio a gritar más fuerte.

Al ver que todos les observaban arreglo, su corbata y camino hasta su auto, yendo directo a su hogar.



𝙳𝚒𝚘𝚗𝚢𝚜𝚞𝚜 𝙱𝚊𝚛  ୧𝚝𝚎𝚛𝚖𝚒𝚗𝚊𝚍𝚊୨   𝐉𝐉𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora