༺ ᑌᑎᗩ ᑎOᑕᕼᗴ IᑎOᒪᐯIᗪᗩᗷᒪᗴ ༻

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Ninguno de los presentes noto cuando ambos jovencitos salió por la puerta principal con rumbo desconocido.

Simplemente, se dieron cuenta minutos después de que ninguno estaba.

Ellos ya entraban por la puerta de la casa de Jeon entre besos y caricias.

Hye lo desprendió de la chaqueta negra mientras se quitaba los tacones, en una oportunidad piso la cola de su vestido negro y en un tropezón se separó de los labios de Jeon, este la sostuvo inmediatamente y ambos rieron a carcajadas inocentes.

Kook llevo sus manos a su cuello y volvió a besar tomando el hilo que habían soltado, al corresponder Jeon la tomo como princesa caminando con ella hasta el sofá, se sentó y con ella en su regazo siguieron los besos calmados.

— Jungkook - tomo de sus mejillas con sus pequeñas manos— Otro deseo.

— Vivo para complacerte —respondió él acariciando sus hombros con la yema de sus dedos.

— Tengamos sexo. —él miró sus ojos

— Me iré en un par de horas, quiero que lo nuestro sea especial.

— Ya sé, pero… Si me haces tuya en este momento, haré que quieras más y volverás antes.

— Princesa, ¿Sabes que quiero? —ella miró sus ojos con atención— Quiero hacerte el amor, dormir a tu lado y despertar junto a ti, eso me haría el hombre más feliz de esta tierra. ¿Entiendes?

— Perfectamente —murmuro ella en sus labios— una ayuda no te hará mal —agito su mano soltando la embriaguez del embrujo.

Jungkook se dejó, comió sus labios con desespero, tomo de sus caderas y la apretó a su miembro gimiendo varonil.

— Bruja —le dijo cuando cambiaban la posición de los besos, ella sonrió en sus labios, sintiendo como besaba con locura suprema su mejilla, quijada y cuello.

Desabrochó botón por botón de su espalda besando cada centímetro que se asomaba de su piel.

— Eres la única —dijo sobre su espalda erizándola al sentir el aire sobre la humedad— La única que le permito hechizarme.

Se cansó de los botones y jalo del vestido rasgando hasta la abertura de su cola.

La ropa interior pequeña lo hacía descontrolarse, mirarla de espalda era como mirar la perfecta silueta de la añorada “silueta de guitarra” que toda mujer ha deseado siempre.

La desprendió del traje de gala que tantos dólares le costó, un gastadero que valía la pena hacer, pues ella adornaba el vestido con su belleza.

Sí, ella le quedaba perfecto al vestido, y no viceversa, puesto que… Cualquier prenda que usase ella se vería excepcional.

Más aún aquella lencería, la prefería mil veces desnuda que con ropa. Un lienzo blanco que utilizo para dejar marcas rojizas en diversas partes.

Maravillosamente perfecta.

Con dificultad, Amatista deslizó el bóxer por sus piernas, enloqueciendo apenas su miembro rozo, el inflamado clítoris ya sensible a la excitación. Alineó el glande en su entrada y un suspiro intermitente le acompaño en el silencio de aquella habitación.

— ¿Estás segura? - preguntó, acariciándola con suma cautela, quitando los cabellos de su frente sudorosa.

— Contigo siempre me siento segura, Perseo —entro con cuidado y lentitud.

Atento a como ella mordía su labio inferior, fruncía su entrecejo, manteniendo la respiración y soltando cuando él llegó a fondo, según ella

— Solo será un momento, Princesa - beso la punta de su nariz y entro de golpe hasta que sus pelvis chocaron, escuchar el gemido de dolor le hizo erizar la piel - ¿Estás bien?

La vio tragar pesado, y asentir con lentitud, entonces comenzó con el vaivén de sus caderas, perfectamente, podría jugar que no duraría, Hye lo apretaba con tal fuerza que su orgasmo estaba próximo a concluir.

No lo permitiría, si tuviese que bajar la revolución de sus movimientos, lo haría solo para llegar hasta complacerla, conseguir sus objetivos de hacerla terminar, aunque él no llegase a ese cometido. Esta noche, sería especialmente para ella.

— Jungkook —Susurro ella apretando su voz— siento…

— Déjalo fluir, Amor - presionó aún más, moviendo su cuerpo en el sofá, con tanta intensidad que ella podría jugar, llegaba al límite de su interior.

La sintió vibrar, quejarse sin control, la sintió apretar tanto su cuerpo que debió contener las ganas de vaciarse en su interior, la sintió encajar su cabeza entre los cojines del sofá y soltar el último aliento desesperado.

Se quedó inmóvil mientras la veía componerse, sonrió porque su cometido había concluido.

Hye se quedó viendo su rostro, deslizó su cabello largo, algo extraño había en su rostro, algo que no había visto en el cuándo la miraba, sus ojos brillaban como el mismo firmamento, a su alrededor y lo que la rodeaba también, un aura brillante y consumidora, al fin notaba el enamoramiento hacía su persona.

— Te ves tan hermoso así —le dijo.

— ¿Así cómo? - una sonrisa nerviosa se asomó en los labios de Hye.

— Solo así —concluyo con las palabras.

El movimiento de caderas volvió hacerse presente, los gemidos más sonoros, los besos más desesperados, esta vez, no fue necesario utilizar embrujos ni brujerías.

— Sujétate de mi cuerpo —indico él, ella abrazó de su cuello y sus piernas enredando en su espalda.

Sin ningún esfuerzo la levantó y camino por el largo pasillo a su habitación.

— Me caeré - reclamo entre risas

— Jamás lo permitiré - llevo sus manos a sus glúteos y la movió a él, entrando más en su intimidad, el gemido en su cuello lo incitó a apoyarla en el muro y penetrarla en el aire.

— Por dios, me haces enloquecer, Jeon —levanto su rostro sintiendo las embestidas perfectas y profundas.

— Calor que sí - aspiro entre dientes y soltó en un gemido ronco— Te haré enloquecer como cuando tú me embrujas, Amor.

Tomo de sus piernas en sus antebrazos y con sus grandes manos sostuvo de su trasero, alejando y acercando de golpe sobre su falo pronunciado.

— Te dije que te quemaría, te haré venir tantas veces que rogaras para que vuelva a ti.

— Jeon —gimió alto, contrayendo su cuerpo una vez más, intentando silenciarse, fue hasta su boca y beso con vehemencia.

— Te rogaré, sí, pero para que me des más —movió su mano y los polvillos rosas hicieron lo suyo.

En los ojos de Jungkook aparecieron destellos dorados, los de ella Violeta. Presuroso, la llevo hasta la cama mordiendo su piel, pujando tan rápido que ambos perdían la cabeza, las sensaciones se acentuaban y la electricidad recorría el cuerpo de ambos, con la sensibilidad a flor de piel, los gemidos llenaban la habitación, cuerpos sudorosos y latidos rítmicos acelerados.

Tenían razón, Jungkook le hizo el amor, pero luego, tuvieron en mejor sexo tanto como para ella como para él.

Jeon se quedó lo más adentro que pudo, soltando completamente la esencia que por mucho había evitado salir. El cansancio en ambos se notaba tanto en respiración como en jadeo, sus bocas estaban secas, se saborean por una gota de agua, mirándose fijamente.

Jeon trago pesado, jamás se había vuelto tan loco con movimientos precisos, esa mujer era de él, y no permitiría que nadie, jamás la tocase de ninguna manera.

— Eres mi Venus —dijo con dificultad.

— Eres mi Marte —respondió ella con los ojos semicerrados.

El bajo su rostro y beso con paciencia sus labios.

Había superado toda expectativa, y en la próxima, sería mucho mejor.

𝙳𝚒𝚘𝚗𝚢𝚜𝚞𝚜 𝙱𝚊𝚛  ୧𝚝𝚎𝚛𝚖𝚒𝚗𝚊𝚍𝚊୨   𝐉𝐉𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora