༺ Tᑌ ༻

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Amatista, el nombre que le dio su madre por la piedra preciosa.

Fue concebida por obligación, pero amó tanto a su hija, que cuido por muchos años.

Afrodita se encontró en una de las cavernas del inframundo dando a luz a su hija, con la ayuda de Eurídice, parió a la pequeña de tés blanca y una cabellera castaña.

La sangre que cayó al piso de las cavernas formó una piedra preciosa de cuarzo color morado intenso, fue ahí que ella le dio el nombre a ambas razones de nacimiento, “Amatista”, de la misma roca tomo un pedazo, envolvió al bebé en telas oscuras y Eurídice le mostró un camino para que huyera del lugar.

Ambas amigas se despidieron, Afrodita le rogó que fuera con ella, pero ella tenía un dolor fuerte en su pecho porque Hades le dijo que Orfeo fue devorado por las bestias, y según ella, merecía estar en ese punto.

Fue así, como huyó por cientos de años, de país en país, escondiéndose de los ojos de Zeus y Hades para que no fuera encontrada jamás, ni ella, ni su hijita.

Con el pequeño pedazo de roca, le hizo una gargantilla a su pequeña, que jamás quitó de su cuello, así ella la llevaba entre sus clavículas, y hacía ver realmente sensual con el color de su piel.

Afrodita, uso sus encantos para enamorar a un buen hombre, rico económicamente y de buenos sentimientos que la acepto con su bebé, ella al principio lo uso, pero con el tiempo se enamoró del mortal, ayudándolo con vida eterna, para que siempre estuvieran juntos.

Amatista o Sunhye, ese día tenía una entrevista de trabajo como asistente, quería comenzar a sobresalir por sus propios medios, sin emplear el nombre de su padre.

Había una enorme fila en la que había muchas chicas, lindas y formales, ella se miraba en menos, comparaba su vestimenta con las demás y se encontró que no era acordé, rezongo decepcionado de ella misma y bajo su vista, notando a alguien que se detuvo en su frente.

Perseo entraba a su empresa, su secretaria, una chica nerviosa que apenas lo miraba, tartamudeaba de los nervios y se volvía la más torpe de todos, Perseo cada que la tenía en frente aprovechaba la oportunidad de utilizar sus encantos con ella, pero jamás, la uso como objeto sexual, ella, no estaba a su altura.

— Señor, ha llegado mucha —tropezó sus pies, volviendo de inmediato a componerse— muchas chicas por la entrevista de trabajo. —arreglo sus lentes.

— De eso me doy cuenta, Señorita. Go —escucho rezongar a alguien aburrido y se detuvo, giró a 45° y espero a que la señorita alzará su rostro.

Sunhye levantó la mirada lentamente, viendo la excelente pose de aquel chico, sus piernas largas y podía notar los músculos debido al pantalón de tela que se pegaba a su cuerpo, se detuvo justamente en su entrepierna que podía notar su intimidad, sus mejillas se enrojecieron, trago aire y mordió su labio.

Kook noto como lo miro aquella dama, una dicha se alojó en su cuerpo, amaba que las muchachitas lo mirase con deseo, que perdieran la compostura como su secretaria lo hacía, llevo sus manos a los bolsillos e hizo un leve movimiento de su miembro, como si apuntará hacia ella.

Amatista sacudió leve su cabeza y miro directo al joven que estaba en su frente, Penas cruzaron miradas, le reconoció, recordó las palabras de su madre, «salir corriendo en dirección opuesta», pero aquella mirada la tenía tan hipnotizada como boba, tan nerviosa como excitada, volvió a tragar fuerte, la saliva poco le pasó por su garganta.

—Señor —interrumpió su secretaria.

— Dime —respondió sin quitar la mirada de enfrente

𝙳𝚒𝚘𝚗𝚢𝚜𝚞𝚜 𝙱𝚊𝚛  ୧𝚝𝚎𝚛𝚖𝚒𝚗𝚊𝚍𝚊୨   𝐉𝐉𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora