Jungkook le pidió encender el computador, le cedió su silla inclusive, él se quitó el saco y lo colgó de uno de los respaldos, Hye babeo al ver el apretado cuerpo debajo de la camisa blanca, él sonrió por aquella reacción.
— Necesito salir un momento —dio un paso y ella lo detuvo.
— Y si vuelve tu novia desquiciada —él sonrió y giro hacia ella.
— Mi única novia eres TÚ — inclinó medio cuerpo, quedando en cercanía— y jamás dejaré que alguien te haga o diga algo, le cortó la lengua si se atreven.
— Es muy lindo de tu parte, pero yo no soy tu novia, uno, no he recibido tal propuesta y dos jamás la aceptaría.
— Eres tan hermosa, pero ya eres mi novia, quieres que te haga una proposición, lo haré, y aunque digas que no, sé que lo quieres.
— Egocéntrico. —Kook le regaló un guiño coqueto.
— Si averiguas mi contraseña te cumpliré un deseo —beso su mejilla y salió de la oficina.
El momento exacto para ella dar un leve grito, más enamorada que nunca, tomo su saco y lo llevo a su nariz, tomando el aroma que la embriagaba, aquel que le quedaba tan bien con su Sex Appel, con su sensualidad, con su hombría.
Guardo la compostura, colgó de nuevo el saco y pensó en una contraseña.
— Veamos … El nombre de la empresa —tecleo Dyonisus y no ingreso— Mm… Su nombre —tecleo recibiendo una negativa— H… Y… E —negativo una vez más.
Se reclinó en la silla reflexionando en que podría ser.
~flashback ~
— ¿Cuál es tu verdadero nombre?
— Bin SunHye.
— hablo del …
— Amatista, cuando nací también nació la piedra violácea y mi madre me puso así.
~fin flashback~
Ella sonrió ante ese recuerdo, era la primera vez que decía su nombre y eso para ella fue inolvidable, era como descubrir sus sentimientos, o descubrir que podía decirlo sin que la juzgarán o persiguieran.
— A… M… A…T… I… S… T… A —deletreo incrédula, se quedó viendo la pantalla y apretó enter, pronto en la pantalla apareció aquel icono de “cargando” lo que la hizo aún más feliz.
Jungkook entraba por la puerta con una bandeja, llena de frutas, café y pasteles, ella no noto su presencia, se miraba demasiado feliz como para poner atención en otras cosas. Dejó la bandeja entre los sofás de su oficina y camino a ella, estando cerca la chica lo noto y quito la sonrisa de su rostro.
— eres muy predecible —el tomo de su mano indicándole que se levantara—
— Podría apostar que no lo conseguiste a la primera.
— Si adivinas cuantas veces lo intente, te cumpliré un deseo.
— ¿Cómo sabré que no me mientes? —tomo de su cintura acercándose a ella.
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𝙳𝚒𝚘𝚗𝚢𝚜𝚞𝚜 𝙱𝚊𝚛 ୧𝚝𝚎𝚛𝚖𝚒𝚗𝚊𝚍𝚊୨ 𝐉𝐉𝐊
Fantasy𝘓𝘰𝘴 𝘴𝘦𝘮𝘪𝘥𝘪𝘰𝘴𝘦𝘴 𝘨𝘳𝘪𝘦𝘨𝘰𝘴 𝘷𝘪𝘷í𝘢𝘯 𝘦𝘯 𝘱𝘢𝘻 𝘺 𝘵𝘳𝘢𝘯𝘲𝘶𝘪𝘭𝘪𝘥𝘢𝘥 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘮𝘰𝘳𝘵𝘢𝘭𝘦𝘴 𝘩𝘶𝘮𝘢𝘯𝘰𝘴, 𝘢𝘴í 𝘦𝘳𝘢, 𝘩𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘭𝘦𝘨ó 𝘶𝘯𝘢 𝘥𝘪𝘰𝘴𝘢 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘤𝘳𝘦í𝘢𝘯 𝘮𝘶𝘦𝘳𝘵𝘢...