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ERROR

Los días pasaban volando, como nubes desvaneciéndose.

   —...¡y contraataque!

   Exclamó el mocoso idiota.

   No ha dejado de molestarme, incluso en cosas insignificantes siquiera me ha soltado a pesar que no pueda acercarse por mi fobia al contacto físico. Con sus típicas jugaterras al despertar, su risa de tetera que se oye a diez cuadras. Sus bromas de muerte súbita y aquella sonrisa irritante. Sí, mis días no han tenido un respiro desde que me sacó de aquella cárcel.

   Aquel silencio me impacientó, la ansiedad a millón como la alterada respiración. «Es una guerra de vida o muerte», dijo.

    Yo lo veo como que nos meteremos en problemas con Nightmare al usar el vestíbulo principal como trinchera militar y volverlo mierda —moría por regresar a la habitación pero el maldito sabe golpear mi orgullo y aquí estoy—, el pendejo ese me despertó con globos de pintura saltando en mi cama. Toda la noche estuvo sentado en una silla adherida al techo —no pregunten como se pasó la física por los huevos— para que cuando despertara, según él, fuese lo primero que viera.

   Un arma me lanzó a la cara —literal— y nos perseguimos por el Palacio bajo regaños de criadas que ignoramos. Arruinó mi sueño reparador, si, le haría pagar por eso, aunque, muy en fondo, lo disfruto...

   Disfruto tanto estar con ese cabeza hueca.

   —...¿Ink?—mucha tranquilidad daba mala espina, ¿me habrá dejado solo por qué se le olvidó?—. ¿Dónde mierda te metiste, idiota? ¡Ven acá, para partirte el culo!

   Mala opción.

   —¿Partirme el culo, dices?—carcajadas en eco. Sí, no sabía dónde apuntar, no había ni un alma—. Detrás de ti, Ruru~

   —¡Q-QUÉ NO ME LLAMES R-

   El alma se me iba a salir.

   —¡Sorpresa, amigo mío! ¡Ya te llegó tu delivery!—ronroneó, muy, muy cerca de mis labios, rozando narices. Nuestras respiraciones mezcladas, cara a cara, sonrisa juguetona y vivaz, un tanto coqueta. Una calidez envolvió mi rostro, y los espasmos se adueñaron de mi.

   Mierda. Muy, muy tarde.

   Lo único que vi antes del reinicio fue un océano de pintura derribándome por completo. Sus risotadas se escuchaban encajonadas, mi cuerpo no reacciona, tampoco mi consciencia... no del todo, estaba convulsionando y los glitches emiten ruidos raros.

   Por un segundo pensé que iba a morir porque recordé todo, las sensaciones de esos dientes destrozando mis venas y músculos. Sentía tanto pánico, imágenes nítidas de cómo asesiné ese chico en el evento científico, como muchos murieron por mi culpa, y las voces... oh, las voces regresaron en gritos.

   ¡DEBERÍAS MORIR!

   ¡DÉBIL, PATÉTICO, COBARDE!

   ¡NADIE TE QUIERE!

   Todos mienten.

   —¡Ay, Ruru! ¡Debiste ver tu cara! ¡Eres taaan adorable!—dijo tan animado como siempre, sin percatarse del daño—. ¡Ahora sí eres una obra de arte!

   Me desplomé en el piso. Vista borrosa, cierta cantidad de pintura deslizándose por la garganta. No podía toser o hablar. No podía hacer nada. Perdía respiración y me desesperaba. Mierda, Ink, deja de reír.

   —¿Error? ¿Y esas muecas graciosas? Pff. —finalmente lo notó—. ¡No te hagas el tieso, el de las bromas soy yo!

   El muy imbécil, que sabe bien que no puede acercarse, ni tocarme... ¡acaba de subirse a mi pecho! ¡Y SE SENTÓ! ¡JODER!

Asesino + Dualidad - [Errorink/Inkerror] [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora