Asesino + Dualidad - [Errorink/Inkerror] [+21]

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ERROR

La brisa fresca nos envolvía en una posible hipotermia, los crujidos debajo de nuestros pies sorprendentemente me aturdían. Era lo único que se oía... cómo si la civilización se apagara a cada paso, y mi dudas hacia Ink centelleaban no tan intermitente como una luciérnaga cada que nos alejamos.

   No lo he perdonado por lo que me hizo.

   —Anomalía inútil... ¡ya dime dónde me llevas maldita sea!

   —¡Eew esa boquita! Cuánta razón tiene Freshy, ¡deberías lavártela con cloro!—un pincelazo en la boca—. Venga, ¿por qué tan enojadín? Llevas media hora insultándome y no entiendo porque. ¡Anda, sonríe! ¿No ves que le saldrán arrugas a tu hermosa cara?

   —¡Puaj! ¡Llevo media hora caminado... contigo, imbécil!—unas cuantas carcajadas lograron enfurecerme.

   —Wow, y no dejas de sorprenderme, ¡otro insulto!—escuchaba alrededor ligeros saltos—. De eso se trata una cita, dah. Tú solo sigue recto, mi amigo. Confía en mí, soy tu guía~

   —Si, un experto guía a la desgracia.

   —¿Tanto te cuesta confiar en mí, tu mejor amigo? Me dueles.

   —¡¿Cómo voy a confiar en alguien que probablemente haga que nos perdamos por su memoria de pez?! Oh, y no olvidemos tus "inofensivas bromas" de mierda que nos llevan a la muerte. —recalqué—. Literalmente eres la persona menos de fiar que conozco.

   —No seas llorona, ¡diviértete!—golpeó mi hombro de forma amistosa y eso aceleró mis latidos—. Mis bromiwis son las mejores, el resto son idiotas que no aguantan nada.

   —¡No me toques!—di un manotazo al aire.

   —Ooow, y yo que quería reiniciarte, ¡te ves muy lindo cuando te glitcheas!

   Claro, como a ti no te duele...

   —No es divertido, ¡tengo un jodido saco en la cabeza y estoy atado! ¡Triplemente ciego por tu asquerosa bufanda!

   —Ssssh, así lo hace más emocionante. —tarareó—. Pff, ¿podrías decirme... te amo, Kiki, eres el mejor amigo que siempre quise en guao guao?

   —¡No. Soy. Un. Puto. Perro!—gruñí, pues, usaba mi bufanda como correa.

   —Bueno... tienes razón, Toby Fox es un perrito decente y tú pareces una chihuahua delicada. —dijo—, ¡Pero también linda!

   ¿Cómo osa compararme con una de las mascotas del Palacio?

   Joder, que lo mato.

   —Tch, seguramente nos estás llevando a un precipicio.

   —Nah, como crees...—habló tan confianzudo—. ¡AH, RURU! ¡UN ACANTILADO!

   —¡¿QUÉ?!—como pude me liberé de mis ataduras—. ¡Por Asgoro, sabía que no podía confiar en ti! ¡SI ME MATAS TE VIENES CONMIGO, INÚTIL!

   Que jalara la bufanda apropósito me hacía tambalear igual que en una cuerda floja, como si jugara en provocar algún infarto. Empeoraba la situación y no quería sopesar en el miedo. Así que, golpeaba a la nada, forcejeaba con aquel saco que me estorbaba y las risas del pintor solo aumentaban mis ganas de romperle la cara. Lanzaba patadas como el estúpido juego de la gallinita ciega y fallaba en el intento, juraba que caería y rodaría... eso alimentaba mi ansiedad.

   Logré por poco recuperar el aliento con solo usar mis hilos y destruir el saco. Mi pecho subía y bajaba aún inconsciente del alrededor, ¡Maldita sea, parecía un animal cuando lo metían en uno para botarlo!