Asesino + Dualidad - [Errorink/Inkerror] [+21]

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ERROR

Pensé que la puerta se abriría de una sola patada; perdí el equilibrio saltando en un pie y caí contra unas latas vacías, ¡carajo! ¡Se veía tan sólida!

   Ink y su estupidez contagiosa me terminarán matando.

   Luces doradas y anaranjadas atrofian mi forma de ver las cosas igual que las visiones cómo solía llamarle Chronicle a las alucinaciones o pesadillas que flagelan la realidad, se supone que debería estar durmiendo gracias a ese mar de pastillas que odio, pero, ¿qué creen? Las boté a la basura.

   La medicina me hace inútil cada vez. No puedo levantar algo sin que se me caiga por temblores muy frecuentes o que sienta fuertes náuseas, a veces, convulsiones. O que prácticamente duermo de manera excesiva que, un día, sentí que nunca despertaría y eso hubiese sido lo mejor.

   Igual, esto no debería impedir lo que debo... no, necesito hacer.

   Entre el desorden acumulativo que, incluso, sobrevolaba por la gravedad, estaba enfrente. Trataba de enfocarme, siento que tendré algún ataque por toda esta basura.

   «...lo único que tengo de ellos, lo único que recuerdo», la irritante voz de Ink resuena en mis pensamientos mientras deslizo con delicadeza mis dedos sobre la acuarela que decidió atesorar.

   «Es tan especial para mí».

   Si, la pintura de sus padres.

   Tan sonrientes, felices.

   Observarlos con sus típicos trajes de circo me traía recuerdos borrosos de la primera vez que ví a Ink presentándose junto a ellos. Sus ojos, dos estrellas únicas fragmentadas en nebulosas, eso llamó mi atención. Oh, y el pincel enorme que parecía no pesar tanto como una pluma.

   ¿A dónde habrá ido ese pincel?

   «...las personas necesitan que destruyan algo especial como golpe motivacional».

   —¿Y bien, Ewwow? ¡¿Ya lo hacemos piñata?!

   ¿Pesadillas? ¿Alucinaciones?

   Créanme, "alegría" si fuese la mierda de siempre que el parásito este.

   —¡AAH! ¡Abominación del Averno!—de un saltó me alejé del enano, quien traía un bate—, ¡¿Qué demonios haces aquí?!

   —U know, brah. —decía tan relajado mientras giraba el bate con facilidad hasta señalarme—, ¡siempre rolando hacia las parties!

   —¿No deberías estar en el laboratorio con Geno, mocoso idiota?

   —Yup, but, Inky Kinky nunca apareció, soooooo~—me abrazó desde la espalda haciéndome tambalear atraparme con sus brazos y piernas.

   —...te escapaste, fabuloso. —estrujé la cara muy irritado.

   —¡Vamos, brah!—mirada de cachorrito, suplicante—, ¡Solo quiero pasar tiempo con el hermano más chidoris que conozco!

   —¡No me toques, imbécil!—empujé—, ¿me ves cara de niñera, acaso? Ugh.

   Sin duda ama molestarme.

   Como esa vez que escondió mis chocolates, o mi arsenal de agujas para que no fuera al curso. Las constantes peleas en el desayuno porque según él mi comida está mejor que la suya. Cuando me lanzó latas de aerosol pensando que así sacará la pintura, ¡O la vez que me golpeó con los cojines en la fiesta de navidad e Ink se tomaba selfies!