xvii. Dead leader

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Los besos y las caricias estaban bien para Akira, pero lo que más disfrutaba de Chishiya era poder disfrutar de la atractiva personalidad que ocultaba tras su máscara de indiferencia y sarcasmo

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Los besos y las caricias estaban bien para Akira, pero lo que más disfrutaba de Chishiya era poder disfrutar de la atractiva personalidad que ocultaba tras su máscara de indiferencia y sarcasmo. Pues dentro de ella encontraba los más hermosos sentimientos y pensamientos, así como las heridas y las cicatrices de su alma, que para la mayoría lucirían como debilidades, puntos en mira para atacar, pero para los ojos de Akira eran un relieve más en la profundidad de su pareja, exactamente igual de hermosas e importantes como todo lo demás que comformaba a Chishiya.

Y en esos momentos, cuando ambos eran vulnerables para el otro, eran momentos que Akira guardaba en su corazón como un tesoro divino. Chishiya sostuvo su cintura fuertemente, asegurándose de que ella no se resbalara por la inestable posición en la que se encontraban.

Hace un rato que su peliazul favorita lo había interceptado entre los pasillos del hotel, cargaba con una gran sonrisa que inevitablemente hizo que el corazón del rubio revoloteaba dentro de él mismo. La muchacha lo arrastró hasta la habitación que compartian aclarando que necesitaba probar algo en él.

Y así fue como llegaron a esa situación, una incómoda Akira balanceándose en el regazo de su amado, con un delineador en la mano y una bola de carcajadas aguantando en su garganta.

-¿Puedes explicarme de nuevo que es lo que intentas hacer? - murmuró Chishiya con gracia mientras sujetaba de la mejor forma a su pareja.

- Le he robado el delineador a Kuina, ¡cierra el ojo no quiero hacerte daño!- Chishiya no chisto, cerrando los ojos e intentando quedarse lo más inmovil posible.

- ¿No que robar es malo Princesa? -murmuró el rubio con gracia.

- Kuina me robó mi liga para el pelo, podríamos decir que es un intercambio no planificado.

- Como tu digas Princesa.

Chishiya quería reír pero por la seguridad de sus dos ojos prefirió quedarse inmovil sobre la cama, disfrutando del olor y la cercanía de Akira. No podía haber imaginado absolutamente nada mejor que eso para pasar la noche. Tan solo el y Akira, disfrutando de la presencia del otro, siendo tan auténticos y reales como quisieran sin miedo a ser juzgados en absoluto.

- ¡Termine!, abre los ojos - canturreo Akira con felicidad, cerrando el delineador y lanzándolo de vuelta a la cama de Kuina. Chishiya obedientemente dejó abrir sus orbes grises, que causaron en Akira un curioso escalofrío, que escaló a que la chica se dejara caer sobre la cama, con los ojos cerrados y la respiración agitada.

Chishiya de inmediato se volcó sobre ella, con el ceño fruncido.

- ¡Akira! ¿Estás bien? ¿Qué ocurre, Princesa? - murmuró el rubio preocupado.

- ¡Ayúdeme Doctor Shuntaro Chishiya!- dramatizó la peliazul - no siento el corazón, ¡sufrí un exceso de sensualidad! - Chishiya soltó una larga carcajada antes de tomar la cintura de su compañera para atraerla a su regazo.

PRINCESS- Shuntarō ChishiyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora