ix.♧︎︎︎ The Girl

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Chishiya decidió hacer uso de una exagerada suavidad para empujar lenta y cautelosamente a la chica de azules cabellos de nuevo al asiento de copiloto, para su suerte, Akira tenía el sueño más pesado de lo que creía y la acción no perturbó su desc...

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Chishiya decidió hacer uso de una exagerada suavidad para empujar lenta y cautelosamente a la chica de azules cabellos de nuevo al asiento de copiloto, para su suerte, Akira tenía el sueño más pesado de lo que creía y la acción no perturbó su descanso en absoluto, sin embargo fue casi fría la sensación de vacío que se creó en el pecho de Chishiya una vez tuvo a Akira lejos de él. Pero tal vez era también por el frío asfixiante que la madrugada en Tokio les traía.

Ya liberado, Chishiya decidió dar un vistazo por la carretera, para determinar si había algún espacio lo suficientemente ancho para hacer pasar el auto. Así bien dispuesto, dejó sobre Akira un calido sueter para protegerla del frío, y se embarcó solo en un caminata que le tomó tal vez unos 15 minutos de recorrido, durante el camino Chishiya se sintió como atascado en el tiempo, a pesar de que llevaba bastante tiempo allí aún no se acostumbraba al silencio constante de la ciudad abandonada, no se acostumbraba a los montes que escapaban salvajes de los parques, ni a las millones de flores que crecían junto a ellos. Tokyo estaba completamente escaso de vida pero al mismo tiempo llena de ella, bastaba solo con cerrar los ojos y respirar profundo para darte cuenta de los miles de grillos que cantaban al compás del viento, y si te aventurabas más hacia el centro de la ciudad podrás encontrar incluso una que otra rana croando en armonía.

A pesar de todo lo que implicaba estar en el Borderland, Chishiya podía admitir que este Tokyo y esta vida le gustaba mucho más que la cotidiana, aquí era libre, libre de hacer lo que quisiera y cuando quisiera, libre de ser como era sin esperar que nadie lo atacará por ello. Siente la experiencia de estar en ese país junto con Akira como un paseo por el parque, aunque estaba consciente de que no era así para la muchacha que desde el último juego no parecía mejorar, las pesadillas la acechaban y las horribles visiones que su mente creaba para atormentarla no hacían más que empeorar y Chiishiya lo sabía, aunque Akira no lo admitiera.

Un suspiro escapó en forma de vaho de los labios fríos de Chishiya pensando nuevamente en su amada de cabellos azules.

"Será difícil que ella se acostumbre a este lugar....pero no importa mientras la mantenga a salvo"

Chishiya camino por la larga y ancha carretera posando su mirada en cada hueco que encontraba entre los autos y comparándolo mentalmente con el tamaño del vehículo viejo que estaban usando, por desgracia no encontró ninguna brecha lo suficientemente grande como para pasar, así que tendrían que resignarse a continuar el camino a pie. Lo cual dejaba una gran duda flotando sobre su mente, como demonios los demás habitantes de la playa lograban cruzar el Rainbow Bridge que separa Shibuya de Odaiba con aquella grandes y pesadas camionetas?, ¿Acaso volvían a bloquear el camino una vez que lo cruzaban? ¿De donde sacan tanto combustible para hacer eso?. Nuevamente La Playa demostrando que no era ningún lugar utópico en el cual confiar.

Una vez confirmo que no había manera de pasar por la carretera, regresó con paso rápido a donde había dejado el auto y a su bella durmiente, quien al parecer despertó durante su pequeña expedición, pues desde lejos Chishiya pudo divisar sus cabellos azules bailar con el viento, mientras que sus ojos se perdían en algún punto del horizonte, tan centrados en lo que sea que observan que no pudieron notar la presencia cada vez más cercana de Chishiya. Quien por un momento recordó el tacto de la piel de Akira, el suave roce de su respiración en la mañana y el calor de su cuerpo comprimido contra el suyo propio, Chishiya quería regresar en el tiempo para volver al momento preciso donde Akira se había transformado en su droga personal, tan dulce y sutil que cualquier acercamiento lo tenía a la expectativa de un dulce contacto.

PRINCESS- Shuntarō ChishiyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora