PRINCESS- Shuntarō Chishiya

xviii. Games of hearts

Tres horas transcurrieron como agua para Chishiya, el no estaba nervioso en absoluto, pues sabía perfectamente cómo iba a terminar el plan, todo estaba bajo control para él, excepto la parte en la que Akira salía del hotel para irse a jugar, Chishiya trato de convencerse a sí mismo que todo estaría bien allá afuera, y que su pareja conseguiría sobrevivir la noche entera sin dañarse.

El rubio esperó pacientemente junto a Arisu y Usagi la llegada de Kuina y Akira, que aunque tardaron un par de minutos, llegaron a tiempo para su reunión pre-plan. Sin embargo, algo no estaba bien, los ojos azulados de Akira estaban hinchados y trataron en todo lo posible de no posarse en la silueta de Chishiya, además sus manos temblaban como una hoja de papel, obteniendo soporte únicamente del brazo de Kuina, que rodeaba el cuello de la peliazul brindándole apoyo. El rubio apartó malos pensamientos de su cabeza, convenciendose a sí mismo que Akira solo tenía nervios por lo que estaban a punto de realizar.

- Bien, iré ahora mismo a la suite, Usagi, Kuina, por favor estén atentas - pidió Arisu con un temblor en la voz. Ambas mujeres asintieron y se levantaron caminando detrás de Arisu con precaución. Akira giró el rostro con pánico hacia Kuina que le susurro un "Todo va a estar bien" antes de perderse entre los pasillos del Hotel.

- Lo mejor será que te vayas ahora mismo, el ejecutivo secreto va a estar jugando en el sur de Odaiba, tienes que estar al pendiente de cualquiera que cargue con un Walkie - explicó Chishiya suavemente, mientras tomaba la mano de su amada. - Todo estará bien Princesa, ¿confías en mí?

El rubio envolvió sus brazos alrededor del cuerpo de Akira, pero ella no contestó, no respondió el abrazo en lo más mínimo, ni siquiera dio señales de escuchar lo dicho por Chishiya. En cambio, su débil cuerpo se deslizó suavemente hacia afuera del cálido abrazo, alejándose cautelosa y silenciosamente del rubio.

- ¿Princesa?...

- No.

Chishiya alzo la mirada para encontrarse con los orbes azules de Akira llenos de lágrimas, ella lo observaba con dolor en cada centímetro de su ser, su brillo inocente había desaparecido de su rostro, y antes de que pudiera darse cuenta, el alma de Chishiya cayó al suelo del miedo que sintió en ese momento.

- ¿No?

- No confío en ti Chishiya, de hecho, fue un error confiar en ti desde un inicio.

Allí estaba frente a él, su peor miedo: una Akira completamente rota. El rubio no tuvo tiempo de preguntarse cómo, cuándo y por que su amada peliazul había desaparecido dejando tan solo a aquella sombra llena de cenizas de lo que alguna vez fue una dulce princesa, sus manos intentaron volver a tomar las de Akira, pero ella retrocedió lentamente. Chishiya sintió su pecho doler, su más grande tesoro se había dañado, la llama que mantenía su corazón vivo se había apagado, y era frustrante, porque después de trabajar tanto en endurecer su corazón y reparar cada grieta que existía en el, no bastó más que con la triste mirada de Akira para que se volviera a partir en pedazitos, dejándolo casi mareado por el dolor.