La planeación para el día siguiente había empezado desde el momento en que los sabios habían abandonado el auditorio, hace más de cien años no se celebraba una ceremonia de destierro y sentían toda la responsabilidad de honrar a las familias de las víctimas durante el evento.
Chiemi estuvo cautiva toda la noche, la habían mantenido encerrada en un calabozo de alta seguridad esa noche, bajo cuidado de dos guardias. Desde su posición, podían escuchar sus sollozos, lo que los llevó a asumir que Chiemi intentaría manipularlos emocionalmente. Cansados del desgarrador sonido de fondo, acordaron que se mantendrían custodiando la celda por turnos de dos horas y así uno de ellos se mantendría alejado de la celda durante un par de horas y podría descansar.
Uno de los guardias de seguridad, luego de haber disfrutado su descanso, se acercó a su compañero para avisarle que era su turno de cubrirlo. Al llegar al lugar pudo notar que este se encontraba muy pálido y débil, a penas podía hablar, llamaron a los Sabios inmediatamente y tuvieron que relevarlo. No obstante, no fue el único que tuvieron que relevar.
A pesar de sus esfuerzos por brindarles suministros a los guardias durante sus turnos y mantenerlos en pie, cada uno de ellos comenzaba a enfermar después de dos horas de escuchar su llanto, que por momentos iba acompañado de sospechosos susurros que no podían distinguir. Después de varios relevos, ningún guardia quería asumir ese cometido y los Sabios decidieron que debían actuar más rápidamente.
Esa noche Lina no había podido dormir, no podía creer que Kile había muerto y no dejaba de culparse por no haber estado ahí para él en sus últimos momentos. Aunque luchaba por no hacerlo, su mente no paraba de imaginarse cómo habrían sido sus últimos momentos, le dolía que nunca podría saber qué había sentido. Lo que más añoraba era tener la oportunidad de saber qué le habría podido decir, de saber que era la última vez.
Jamás había imaginado que la vida los separaría de una manera tan inesperada. Siempre había confiado en que él estaría a su lado, dándolo por sentado durante mucho tiempo. Lo que más le dolía era el hecho de que lo había abandonado por dedicarse a una investigación, típico de una Gray. Siempre le reprochaba que pasaba demasiado tiempo trabajando, que estaba obsesionado y que solo quería una familia como parte de su experimento. Resultaba irónico darse cuenta de que, de alguna manera, ella lo había abandonado de la misma forma.
Sentía que había perdido una parte fundamental de su ser y se encontraba perdida sin saber qué dirección tomaría a partir de ese momento. Justo cuando Zack le contó que su esposo había muerto, parte de ella murió también. Se sentía una hipócrita, había tratado a Zack como a un niño, minimizando totalmente su pérdida, como si ella y Kile pudiesen reemplazar lo que fue Cole en la vida de Zack. La noticia le había caído como un balde de agua fría, despertándola de la ilusión en la que había caído minutos atrás, cuando se había imaginado cuidando a Kile hasta que se encontrara un antídoto para el veneno.
Los Sabios habían anunciado que debían zarpar antes del amanecer, aun bajo la luz de la luna. Así, en plena madrugada, los principales Sabios, los miembros de las familias afectadas y el personal de la enfermería del pueblo fueron embarcados en un viaje de destierro, enfrentándose a las furiosas olas del mar. Chiemi había sido atada de pies y manos, y su boca había sido cubierta de nuevo para evitar un incidente como el de los guardias la noche anterior, solo dejaron libres sus hinchados ojos al atarla a un mástil en la cubierta del barco.
En la comisaría solo se pudo escuchar su llanto en toda la noche, A pesar de su belleza y encanto, todos eran conscientes de las múltiples muertes que había causado. Aunque algunos pensaron que podría intentar manipularlos para evitar su condena, nadie olvidaba los terribles actos cometidos. La determinación de acabar con ella era parte de todos los presentes. Mientras todos los invitados observaban las olas a la espera de su destino, la mirada de Chiemi se encontraba perdida en el horizonte.
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Búscame en el agua.
FantasyMuchos sueñan con tener algún poder, y en este mundo, la naturaleza otorga dones al nacer, haciéndote capaz de controlar alguno de sus elementos. Un día, una maldición sombría cae sobre el pueblo, transformando los dones de la población en una amena...