Capítulo 14

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Mientras se dirigían hacia la playa, Darya recordó su acuerdo con Eamon: él iría a su casa en un par de horas para recoger los cultivos que venderían en el pueblo. Sabía que debía apresurarse, pero decidió no mencionarlo, ya que no quería alterar aún más a su hermana. 

Azami ya tenía todo listo para partir, incluso antes de hablar con Darya. Al parecer, ya había decidido ir ella sola cuando le contó su plan. Darya sabía lo peligroso que era esto para ella, pero también recordó cómo Azami se arriesgaba paseándose entre los árboles del bosque. Eso le hacía pensar en que cada quien tenía sus propios límites, con los cuales debían vivir día a día, y había decidido que no huiría más de sus miedos, temía caerse al agua, pero iba a enfrentarlo, su familia lo valía. En todo el tiempo que Azami llevaba pescando, su bote jamás se había volteado y eso le daba la seguridad de que estaría bien.

Al llegar a la playa, Darya notó algo extraño. Aquel no era el bote de Azami, el de ella no tenía motor. Por lo general, hacía falta remar para avanzar en el agua, esa era la razón por la cual su padre solía acompañarlas en la mayoría de las ocasiones.

—¿Y ese bote? —le preguntó Darya a Azami.

—Es del restaurante, al parecer nadie más quería hacer este encargo y solo por ofrecerme a cumplirlo, me dijeron que podría usar su bote.

Aquello le parecía muy raro, pero ya estaban ahí y necesitaban terminar con eso lo más pronto posible, así que no dijo nada. Azami había acercado lo más que pudo el bote a la orilla, pero aun así, para subir hacía falta que Darya metiera los pies al agua, así que decidió cargarla. Aquello fue muy arriesgado, pero fue un gesto muy bonito.

Para asegurarse de que Darya no se moviera, habían conseguido unas esposas. El bote tenía tubos de cada lado que evitaban que las cajas e implementos de pesca se cayeran al agua, así que le sirvieron para asegurar sus pies. Desde donde Darya estaba sentada, podía manipular el aparato que soltaba el ancla, era eléctrico, así que no tenía que hacer ningún esfuerzo. Azami había traído una cuerda la cual sujetó a la cadena del ancla. Aquello era algo muy audaz y eran conscientes de que ningún pescador lo aprobaría, pero estaban recurriendo a medidas desesperadas.

—¿Estás segura de esto? —le dijo Azami a Darya antes de ajustar las esposas a sus pies, sus manos estaban temblando, era imposible negar lo nerviosa que estaba.

—Muy segura —le respondió Darya con una sonrisa, también estaba muy nerviosa, pero toda su vida había soñado con estar cerca del mar, si esto salía bien y podían seguir haciendo estos encargos, sería realmente feliz por haberse saltado esa gran barrera que la bruja había creado para ellos.

—Ten la llave, por si algo pasa —le dijo Azami mientras le pasaba un llavero.

—¡No! No me des la llave, podría perderla —se negó Darya.

—Tienes que tenerla cerca, por si algo pasa, no tiene que ser del todo algo malo, ¿y si necesito algo del barco?

—¿Puedes dejarla cerca? Pero no me la des, si la pierdo será peor.

—Está bien, —Azami no podría creerlo, se llevó la mano a la frente. Sin embargo, ella sabía que su hermana estaba ahí por apoyarla y no dejarla sola, así que podía aceptar algo como eso—. La amarraré al mástil, ¿está bien?

—Espera, déjame ver si puedo llegar hasta allá.

Darya se levantó y se estiró en dirección al mástil. Tenía que hacer un poco de esfuerzo, pero sí podía alcanzar las llaves si lo intentaba, lo prefería así, de esa manera también podría tener las llaves a la vista, por si las necesitaba.

—Así está bien —le aseguró mientras volvía a sentarse, y le regalaba otra sonrisa. Azami comenzaba a pensar que lo hacía para intentar calmarla.

Búscame en el agua.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora