Por alguna razón desconocida, se había cancelado el debate planificado entre los voluntarios y los Sabios. Al encontrarse con June, Lina recibió una explicación de que, durante su ausencia, se les había convocado a todos a reunirse en el auditorio.A pesar de que se habían tardado más de lo que habían estipulado en dejarlos entrar al auditorio, al llegar ya se encontraba lleno de gente desde afuera, todos sedientos de respuestas. En este lugar se debatían normalmente las decisiones que tomaban los sabios para el pueblo, o también se usaba para dictar sentencias. La sala era espaciosa, hecha de piedra pulida, lo que generaba un amplio eco en el ambiente. A pesar de que normalmente no era necesario elevar mucho la voz para que resonara, en ese momento todo el mundo estaba hablando al mismo tiempo, lo que creaba un murmullo ensordecedor y dificultaba distinguir algo de lo que decían. Las personas seguían entrando hasta que pronto ya estaban todos reunidos esperando por lo que podría pasar. Cuando el alcalde hizo su aparición, el silencio se apoderó de la sala y todos le prestaron atención. Luego, el alcalde le cedió la palabra a uno de los sabios, de nombre Maximus, era un hombre bajito con una larga cabellera gris que le daba un aspecto casi de duendecillo. A medida que comenzó a hablar en voz alta, todos en la sala se mostraron atentos a lo que tenía que decir.
—Sean bienvenidos todos —saludó, para luego ir directo al grano—. Para comenzar, les agradezco a todos por haber sido tan ordenados en su investigación. Esta mañana acordamos que luego de las entrevistas entregaríamos nuestros apuntes a un buzón anónimo para ser estudiados por nuestro consejo y fue todo un éxito. Todo gracias a su organización, compromiso y también brevedad, muchas gracias.
En ese momento todos aplaudieron, y Lina sintió un gran peso caer a sus pies, no había recordado ese detalle y no había entregado su investigación, se sintió muy culpable y quiso esconderse al pensar que el tiempo que había pasado con Glory no había aportado nada a la investigación.
Maximus continuó hablando, les comentó con mucho entusiasmo que habían dado un paso muy grande en la investigación y que fue gracias a ellos, los investigadores de campo, que pudieron encontrar la más grande pista. Cada uno de los afectados había estado bajo los cuidados de la enfermería previamente al incidente, ya sea por una caída, un dolor de cabeza o un simple malestar.
Lina se sintió un poco más aliviada al saber que al menos esos detalles no se habían dejado pasar, esperaba que alguien hubiese nombrado el calmante del que le habló Glory. Al igual que todos, prestaba mucha atención a lo que anunciaba Maximus, además de su voz, solo había silencio en la sala, denotando la concentración de todos en ese momento.
—También queremos comentarles la razón por la que nos tardamos en comenzar la reunión. Los Sabios, en compañía de algunos voluntarios, continuaron la investigación hablando con las enfermeras, ya que este factor común se repitió tantas veces en sus notas que era algo que no podíamos dejar pasar.
»Algo que pudimos observar de inmediato fue que nadie había percibido nada inusual recientemente en la enfermería, y todas las personas parecían estar asustadas por haber estado en contacto con los pacientes enfermos.
»Les explicamos que la enfermedad no es contagiosa, pero varios de ellos nos comentaron que habían visto volver a los pacientes que habían atendido poco antes, por lo que pensaban que el virus se encontraba en la enfermería.
Lina ya entendía por qué no había nadie en la enfermería cuando había ido a buscar a Kile.
»Fue evidente que en la enfermería había un ambiente de desconfianza mutua, con todos dudando unos de otros. Fue una confesión anónima la que nos ayudó a saber justo donde debíamos buscar.
Todos en la sala estaban en total suspenso, podían sentir la tensión entre cada uno de ellos y Lina sentía que se iba a desmayar de los nervios.
»Recibimos un mensaje anónimo en nuestro buzón que decía: «Si desean obtener respuestas, es mejor que le pregunten al personal de la enfermería sobre su reciente desconfianza hacia Chiemi».
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Búscame en el agua.
FantastikMuchos sueñan con tener algún poder, y en este mundo, la naturaleza otorga dones al nacer, haciéndote capaz de controlar alguno de sus elementos. Un día, una maldición sombría cae sobre el pueblo, transformando los dones de la población en una amena...