Capítulo 8

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Cuando llegaron a tierra firme, una familia de la comunidad Green, encargada de entregar un pedido de frutas para la celebración de la noche, fue la primera en regresar a su hogar.

El padre de la familia se dispuso a recoger la fruta mientras su esposa buscaba la carreta. Sin embargo, al tocar el árbol, el señor no pudo retirar la mano y vio como lentamente una capa de madera se formaba sobre su piel. Comenzó a gritar, desesperado por no poder levantar la mano del árbol.

Se encontraba en una situación angustiante, su desesperación crecía a medida que intentaba en vano liberarse del agarre implacable de la madera del árbol, que cada vez cubría más de su piel, subiendo desde su mano hasta su brazo. Sus gritos de angustia resonaban en el aire, atrayendo la atención de su esposa, quien se apresuró a llegar al lugar donde estaba ocurriendo aquel suceso nunca antes visto.

Su esposa observó la escena desde lo lejos mientras le llevaba la carreta. Llena de preocupación y temor, sobre todo por lo desconocido de aquella situación, se acercó corriendo y trató de ayudar a su esposo a liberarse del agarre del árbol. Sin embargo, sus esfuerzos resultaron inútiles, ya que la capa de madera se adhería cada vez más a la piel del hombre, convirtiéndose en una prisión natural para su mano y ahora también parte de su brazo. 

Mientras transcurría el tiempo, los habitantes del pueblo, al escuchar los gritos de socorro, se dirigieron hacia el sitio. La noticia sobre la situación extraña y aterradora se esparció rápidamente, atrayendo a más personas que se sumaban al grupo, lleno de expectación y preocupación. El ambiente se llenó de susurros y expresiones de incredulidad, mientras todos intentaban comprender lo que estaba ocurriendo. Ya que, en ese momento, no solo el padre de familia, sino que también su pareja, se encontraba atrapada entre las ramas, siendo absorbida por la planta. Cuando su piel entró en contacto con aquellas ramas, en un intento de liberar a su esposo, estas la atraparon, la sujetándola con fuerza, como si fueran cadenas.

La tensión en el aire era palpable, y las especulaciones sobre la causa de la extraña reacción del árbol comenzaron a surgir entre los presentes. Algunos susurraban sobre antiguas leyendas y maleficios, mientras otros, mayormente los Gray, intentaban encontrar una explicación científica para el inexplicable suceso, sin notar un leve dolor de cabeza que surgía entre ellos con el pasar de los minutos.

El tiempo parecía transcurrir lentamente mientras todos buscaban una respuesta y una forma de ayudar a la pobre familia atrapada. La comunidad, unida por la adversidad, rápidamente se unió en un esfuerzo conjunto para encontrar una solución y traer alivio a la familia afectada. La determinación y el coraje se entrelazaban con la incertidumbre, mientras todos luchaban por mantener la esperanza y encontrar una salida en medio de aquella situación sin precedentes.

Los sabios habían traído con ellos a un viejo y experimentado Green para ayudar a la familia a escapar del árbol. El hombre, reconocido por su profundo conocimiento de la naturaleza y sus misterios, se acercó con precaución al imponente árbol. Observó detenidamente la situación, examinando la capa de madera que se formaba sobre la piel de la familia. Sus arrugados y sabios ojos analizaban cada detalle, mientras reflexionaba sobre una posible explicación para aquel fenómeno desconcertante.

Él se acercó a las víctimas atrapadas en el árbol, buscando entender la situación y brindarles consuelo en medio de su desesperación. Los Sabios, con su mirada penetrante y su sabiduría ancestral, analizaban detenidamente la situación y habían decidido emplear hachas afiladas con el objetivo de liberar a los atrapados. La comunidad, llena de angustia y esperanza, observaba con ansiedad cada uno de sus movimientos.

A medida que los hachazos golpeaban el tronco del árbol, un aura luminosa parecía envolverlo, como si el árbol se protegiera de los intentos por liberar a las víctimas. Con cada golpe, el árbol se fortalecía y la luz se intensificaba, envolviendo a la pareja Green cada vez más estrechamente. A pesar de los esfuerzos desesperados de los Sabios y los valientes intentos de la comunidad, el árbol resistió y se negó a ceder.

Las horas pasaban y el agotamiento se hacía evidente en los rostros de los presentes. A pesar de su determinación, era imposible ignorar la devastadora realidad que se desplegaba frente a sus ojos. Los Green, atrapados en el abrazo implacable del árbol, comenzaron a desvanecerse lentamente entre las ramas. Cada vez eran menos visibles, hasta que finalmente desaparecieron por completo, como si nunca hubieran estado allí.

Un silencio pesado envolvió el lugar, y la comunidad quedó sumida en un profundo estupor. Era un momento de profundo dolor y asombro, pues aquel suceso dejaba claro el inicio de una maldición que amenazaba a todo el pueblo. La desesperación y el temor se apoderaron de los corazones de todos, mientras la realidad de lo ocurrido comenzaba a hundirse en sus pensamientos.

Los sabios, con sus miradas llenas de preocupación, comprendieron que la situación era mucho más compleja de lo que habían imaginado. Inmediatamente, todos recordaron la escena anterior en el barco, justo antes de que Chiemi se lanzara al mar. La maldición que había caído sobre los dones de Tyneham se estaba manifestado de manera violenta y devastadora. Entendieron que ahora, más que nunca, era necesario unir fuerzas, buscar respuestas y luchar contra la oscuridad que se cernía sobre el pueblo.

A partir de ese momento, el pueblo de Tyneham se encontraba sumido en una encrucijada. La maldición que había despojado a los habitantes de sus dones era una carga pesada y desconcertante. La incertidumbre y el miedo se extendían como una sombra sobre cada rincón del pueblo, mientras todos se preguntaban qué les depararía el futuro y cómo podrían enfrentar el desafío que se les presentaba.

A medida que la noche caía sobre Tyneham, las luces de las casas se encendían una a una, revelando las caras preocupadas y determinadas de sus habitantes. La comunidad se unía en un propósito común: buscar la verdad. Su propósito se había convertido en encontrar una solución y desafiar la maldición que los había golpeado.

Búscame en el agua.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora