En el pasado.
No había pasado más de un mes de su primera cita, aunque ya acostumbraban a salir regularmente, Chiemi la pasaba tan bien cada vez, que deseaba con ansias la siguiente. Todos los días despertaba con algún pequeño detalle en su escritorio, sus enfermeras se habían vuelto cómplices de Dereck desde que la trajo de vuelta a la enfermería después de su primera cita. Recordaba que no había bebido mucho, pero nunca antes lo había hecho, así que no tenía mucha resistencia al alcohol y si no hubiese sido por él, no hubiese podido volver a su despacho en la enfermería.
Sus recuerdos de esa noche eran borrosos, recordaba que hablaron sobre muchas cosas, pero sobre todo, pudo reírse demasiado. Como jefa de la enfermería, normalmente debía mantener la compostura, pero Dereck siempre le recordaba que ella tenía derecho sobre su propia vida y sus decisiones, y así pudo soltarse para disfrutar de la noche.
Realmente lo había disfrutado mucho. Se sonrojaba recordando cómo Dereck la llevaba en brazos hasta su cama y la dejaba ahí, recordaba haberlo escuchado escribiendo algo, pero el sueño y el alcohol le ganaban. No sentía fuerzas para más que para dormir en ese momento, así que no le dio importancia, y entre dormida y despierta, pudo sentir un beso de él en su frente antes de irse. A la mañana siguiente Chiemi encontró una carta en su escritorio, eso era lo que había estado escribiendo.
Pasé un día extraordinario a tu lado, de verdad haces brillar mi vida. Ojalá pueda tener el privilegio de disfrutar de tu compañía más a menudo.
Mi querida chica, déjate llevar, mira lo bien que te fue hoy haciéndolo, sé que tienes el potencial para muchas cosas en esta vida y espero poder estar a tu lado para verte lograr cada una de ellas.
Nuestra historia apenas comienza, pero sé que todo lo que está por venir te encantará, aunque en algún momento lo dudes, confía en mí, todo esto es para ti.
Quiero crear un nuevo mundo y que tú seas la reina,
Dereck.Ella hubiese deseado poder vivir un poquito más en su sueño de cuento de hadas. Sin embargo, el mundo de Chiemi se estaba cayendo, nadie entendía qué estaba pasando, pero el índice de muertes en el pueblo había subido muchísimo, cada día eran más y nadie había podido encontrar un patrón de contagio.
Aquel día rápidamente pudo notar que había menos enfermeros en todos lados, haciendo el trabajo mucho más agotador para los que quedaban en servicio. Alarmada, buscó en la zona común de los enfermeros, a donde eran llevados al enfermarse, y descubrió que ahí estaban, decenas de enfermeros yacían sobre camillas, cuidando unos de otros. Entre ellos, uno de sus practicantes, Cole. Se acercó a él y tomó su temperatura.
A simple vista, él presentaba los mismos síntomas que venían observando en algunos de los pacientes más recientes, según los informes que había leído días atrás. Si estaba atacando también a sus enfermeros, ¿se trataba de un virus? Habían intentado mantenerlo controlado, pero ahora que les faltaba personal sería aún más difícil. Mientras planeaba qué podrían hacer a partir de ahí, una de sus enfermeras de confianza se acercó a ella.
—Señorita, la buscan —era Denisse, en su rostro se notaba que no era nada para nada bueno.
Detrás de ella se encontraban dos agentes de seguridad pública, unos Brown. Por su fuerza, normalmente solo los usaban para buscar a personas altamente peligrosas. Chiemi temió que buscaran a alguien que anduviera suelto en el hospital, intentó mantener la calma y se dirigió a ellos.
—Caballeros, ¿en qué puedo servirles?
Inmediatamente, ambos hicieron unas maniobras que la dejaron inmovilizada en cuestión de segundos, todo había ocurrido muy rápido. Lo siguiente que recordaba era cómo la encadenaban y le pedían que guardara silencio.
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Búscame en el agua.
FantasyMuchos sueñan con tener algún poder, y en este mundo, la naturaleza otorga dones al nacer, haciéndote capaz de controlar alguno de sus elementos. Un día, una maldición sombría cae sobre el pueblo, transformando los dones de la población en una amena...