Capítulo 5

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"Compañeros de la misma decisión".

El Kwami revoloteó a su al rededor mirándole despreocupado. Mientras tanto Adrien abrió sus ojos y sonrió.

–Diré que me siento mal.–soltó.

–¿Que estás enfermo después de pasártela bien toda la mañana?–preguntó.

–No es buena idea...–murmuró– Además podrían llevarme al doctor y eso será peor.

–Piensa en algo más.–dijo y luego se fue, donde Adrien ya no le miró más.

Adrien volvió a pensar. No tenía idea de qué iba a hacer, pero debía hacerlo y rápido.

...

Miró de lejos la panadería. Marinette tal vez estaba dormida, aunque al parecer había muchos clientes en el lugar. A las personas se les apetecía comer algo dulce a esas horas.

Eran las siete. Su estómago aún estaba muy lleno, quizá podía decir que si luego de eso aparecía un villano, podía llegar a vomitar en medio de la batalla.

Al final tuvo que ir a la cena con Lila. Su idea era terminar su comida lo más rápido posible; y así hizo. Algo que le pareció muy extraño a Lila, y más cuando casi se atraganta comiendo el postre. A pesar que intentó comer rápidamente, le fue difícil porque Lila no hacía lo mismo. Sin embargo luego que terminaron Adrien insistió que debían irse, pues el día siguiente tendría que estudiar; después de mucho la convenció.

–¿Será que me esperaste?–se preguntó mirando el balcón de la azabache.

Luego de pensarlo decidió ir. No quería interrumpir a los señores Dupain; se notaban muy ocupados, así que decidió tocar por la puerta de atrás, donde logró ver por la ventana a Marinette.

Tocó unas cuentas veces y luego de eso la puerta de abrió, revelando a una azabache sorprendida.

–Hola, Marinette.–dijo nervioso.

Marinette sonrió al instante e hizo que este entrara.

–Pensé que no vendrías.–miró la hora.

–Tuve unos inconvenientes.–soltó nervioso e intentando ver si Marinette estaba enojada o no.

Ella lo miró con su semblante un poco preocupante. Tal vez ella estaba molesta porque él llegaba a esa hora.

–Pensé que te había ocurrido algo...–confesó mirando hacia el suelo.

Chat Noir se sorprendió al ver la preocupación de esta. Le pareció algo muy lindo de su parte.

–Pero luego pensé que eres muy fuerte y podrías por todo. Además Ladybug te ayudaría–expresó–. Aunque sí me preocupé.

–Gracias por eso.–sonrió.

Marinette comenzó a caminar hacia su habitación y este hizo lo mismo.

Marinette llevaba un lindo vestido celeste con detalles rosas; no lo notó hasta que esta se detuvo frente a él cuando subieron a la habitación. Ella se veía muy linda.

–Entonces sí eres un gato educado.–rió al recordar lo de la noche anterior.

Chat Noir recordó y también rió. Claro, era todo un caballero.

–Fue lo que dije.–alardeó.

Marinette comenzó a buscar entre los cajones los materiales. Chat Noir le miraba atentamente. Si no fuera por su máscara, Marinette hubiera notado su sonrojo.

–Hoy te ves muy bonita.–soltó sin más.

Esta le miró al instante.

–Bueno... ¡Tú siempre estás bonita! No es como si te veo siempre. ¡No! O sea, sí te veo, pero no tanto... No como miraría a alguien más... ¡No es como si veo a alguien más bonita! Tú eres más bonita... Quiero decir que eres...–dijo nervioso ante la mirada de la azabache, haciendo que esta riera un poco– Estás bonita, sólo eso.

SI DECIDES QUEDARTE ( Marichat )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora