Capítulo 7

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"Gracias a ti".

El reloj que estaba en su mesita de noche, marcaba las siete de la mañana. Había dormido lo suficiente, y por lo de la noche anterior lo había hecho sintiéndose feliz.

Tomó un baño, cepilló sus dientes y se cambió la ropa para después salir de su habitación en dirección al comedor pero al entrar no había nadie; no estaba Nathalie por ninguna parte. Entonces escuchó como unas personas hablaban en la oficina de su padre, entonces caminó hasta ahí donde abrió la puerta.

Ahí estaba Nathalie, pero también estaba su padre con Lila.

–Buenos días. Lo siento, no pensé que...–Los miró a los tres mientras su padre lo miraba seriamente y Lila sonreía– Ya me voy.

Su acción fue detenida por su padre, quien le habló antes de que este cruzara la puerta.

–Espera.

–¿Sí?–preguntó sintiendo temor de que lo regañara por entrar de esa forma.

–Recuerda tu sesión de fotos en la tarde. Lila va a acompañarte.–dijo y sin más se dirigió a buscar algo en su computador.

Adrien asintió y salió del lugar donde no mucho después Nathalie salió, seguida de Lila.

Iba al comedor cuando de un momento se le atravesó una pregunta: ¿De qué habrán estado hablando? A pesar de eso no quiso tomarle mucha importancia y siguió con su rutina de la mañana.

En casa de Marinette todo era diferente...

Buscó en su mochila, sin embargo no estaba. ¡Lo había perdido! Su teléfono no estaba por ningún lado de la habitación. Si no lo encuentraba, de seguro se negaría un buen regaño de parte de sus padres, quienes habían trabajo muy duro para comprárselo como regalo de dieciséis años. No era tan nuevo, sin embargo lo cuidaba tanto desde ese año que se lo entregaron, después de todo se servía de mucho.

–¡Ayúdame, Tikki!–gritó en desesperación al buscarlo debajo de su almohada y no encontrarlo.

–Cálmate, Marinette, vamos a encontrarlo–dijo mientras volaba de un lado al otro buscando en todas partes.

Marinette se estaba desesperando cuando de un momento a otro sintió unas vibraciones provenientes de algún lugar.

–¿Escuchas eso? No hagas ruido.–dijo mirando a todas partes intentando encontrar aquello.

Se acercó al baúl violeta donde contenía los regalos para Adrien en los próximos treinta y cinco años. Lo abrió y era ahí donde se encontraba.

Lo alzó de la emoción provocando que este casi se le resbalara de las manos, pero logró impedirlo a tiempo.

–Esta vez no lo perderé.–dijo con una sonrisa.

–Marinette, ¿no vas a contestar?–preguntó Tikki al ver cómo el teléfono de la azabache seguía vibrando.

Marinette asintió con una sonrisa, sonrisa que se desvaneció al ver de quién se trataba.

–Luka...–susurró.

. . .

Entrecerró sus ojos al ver cómo su Kwami seguía comiendo aquel apestoso queso sin tener vergüenza alguna. Se levantó y se miró al espejo una vez más para terminar de arreglar su cabello que se había alborotado un poco.

En poco tiempo tenía que salir para la sesión de fotos; se quejó internamente. Ni siquiera un sábado podía descansar de todas esas cosas. Lo peor, lo peor era que tenía que pasar tiempo con Lila. En realidad no le gustaba tener mucha conversación con ella después de lo sucedido aquella vez.

SI DECIDES QUEDARTE ( Marichat )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora