Capítulo 8

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"Princesa, yo..."

Suspiró agitado al momento de aterrizar en el balcón de la azabache. Después de todo lo ocurrido con sus amigos, y lo rápido que salió de su habitación para dirigirse a la casa de Marinette, estaba cansado. Por un momento pensó en lo que Plagg dijo, sobre quedarse a descansar, pero descartó la idea después de pensar que la pasaba mejor con Marinette que quedarse solo en su habitación, sin ofender a Plagg.

Tal vez el ruido que hizo al aterrizar fue lo suficiente para que Marinette entresacara su cabeza al abrir levemente la trampilla.

Al principio pensó que era algo malo, incluso su rostro lo mostraba; luego se tranquilizó al ver que era nada más y nada menos que su amigo Chat Noir.

Se saludaron rápidamente y Marinette hizo pasar a Chat Noir a su habitación, quien se tiró rendido en el diván.

–¿Cansado?–preguntó curiosa, mientras acerca una silla cerca de él para sentarse.

–Es porque vine a toda prisa.–sonrió poniendo su mano en su frente.

–¿Has tenido un día agotador?–preguntó.

–Ha sido un gran día.–respondió.

Sí que lo había sido. Verla sonreír junto a él, o sea Adrien, le hizo sentir bien. ¿Desde cuándo no hacía eso? Un momento llegó a pensar que la idea que se había hecho en su cabeza era falsa, pero habían tantas cosas que le hacían pensar que no debía de dejarse llevar por eso.

–También ha sido un gran día para mí.–dijo sonriente.

Chat Noir quitó su mano de su frente y le sonrió juguetón.

–¿En serio?

–Sí. Primero, llegaron departe de la Universidad Dépayser, para poder dar unas becas–dijo sonriente–. Y segundo, después de clases, fuimos al cine con unos amigos y la pasamos bien.

Cada palabra que Marinette decía, parecía ser que las decía en una emoción que no notaba en ella desde hace mucho, o al menos no de esa forma. Eso le hizo sentirse feliz.

–Al principio me sentí incómoda–confesó–, pero después me sentí mejor.

Él estaba feliz por ella, pero le llamó mucho la atención el hecho que dijera que se sintió "incómoda".

Se levantó para quedar sentado frente a ella y la miró firme.

–¿A qué se debió la "incomodidad"?–preguntó. Claro, no debía perder la oportunidad de descubrir si era por él, o sea, Adrien.

Vaciló unos segundos desviando su mirada, y luego con una sonrisa respondió:
–Sólo por un problema, pero creo que ya me siento mejor con él. Sin embargo no debo acostumbrarme.

Ocultó su tristeza ante lo dicho por la azabache. ¿Tan malo era tenerlo cerca?

–"Él", ¿no?–pronunció en voz suave, recordando la mencionó de la chica.

–Disculpa, ¿dijiste algo?–preguntó confundida por no haber alcanzado a oírle.

–Nada, sólo me alegro que estés feliz.–sonrió, disimulando.

Marinette sonrió también, y se levantó de la silla para sentarse junto a él en el diván.

–Me alegra verte feliz, Marinette.–dijo.

–Gracias, Chat Noir.

No sintió el momento en que Marinette dejó caer su cabeza en su hombro mientras sonreía.

No se sintió incómodo, sólo volvió a sentir aquella electricidad que le recorría por todo su cuerpo al tener algún contacto físico con ella.

–Eh...–No sabía qué decir. No quería incomodarla pero sus palabras no salían debido a la impresión–¿Quieres hacer algo?

SI DECIDES QUEDARTE ( Marichat )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora