SI DECIDES QUEDARTE ( Marichat )

Capítulo 15

"Yo decido quedarme, Princesa".

Se tumbó en su cama con su mirada perdida en aquel alto techo de su cuarto, aún pensando en lo sucedido apenas unos minutos atrás.

Su corazón seguía latiendo frenéticamente al sólo recordar que Marinette tenía o había tenido sentimientos por su forma civil. ¡Marinette lo amaba!, ¿cómo era eso posible? Aún le costaba entender ciertas cosas pero le hacía feliz; aunque un fuerte sentimiento de tristeza lo invadía cuando recordaba que ella ya no sentía lo mismo que en un principio y, que tampoco estaba en condición de seguir luchando por ello.

Adrien estaba hecho una bola de sentimientos en su cama: confusión, tristeza, alegría, enojo, impotencia y sobre todo, miedo. Tenía miedo a lo que podía suceder después de lo que había sucedido, sin embargo tenía algo en claro: Iba a ayudar a Marinette, le costara lo que le costara.

Mientras tanto Plagg le miraba a lo lejos, observando cada expresión del rubio, que parecía tan centrado en sus pensamientos que parecía quizá aturdido. El chico había pensado todo ese tiempo que Marinette estaba molesta con él, pero era todo lo contrario a lo que imaginaba. Pero le preocupaba, por la situación de Adrien le preocupaba. Adrien estaba dándose cuenta de los sentimientos que sentía hacia Marinette, ¿qué iba a pasar ahora que sabía que Marinette antes había amado a Adrien?

–¿Crees que...?–la voz del rubio lo llamó. En seguida volvió su vista a él, sin embargo este calló de golpe– Olvídalo.

Rascó su nuca y luego de eso miró hacia la ventana, aún procesando lo sucedido no hace mucho.

–¿Qué sucede?–Plagg preguntó esta vez.

–No es nada.

–Habla, ibas a decirme algo...–insistió.

Mordió su labio inferior y apretó sus ojos con fuerza. ¿Qué podía salir mal? Tal vez todo si se detenía a pensar por más tiempo.

–Quiero intentarlo...

Los grandes ojos de Plagg se abrieron más, en sorpresa, mirando atentamente a su portador, quien parecía haber dicho aquello muy en serio.

¿A qué se refería?, ¿era lo que creía?

–¿Intentar...?

–Quiero ayudar a Marinette para que pueda aplicar para la beca. Aún hay tiempo para que pueda volver a hacer su ensayo.–explicó.

El Kwami soltó un suspiro de alivio y volteó su vista hacia otra parte. Por un momento había creído que Adrien se refería a algo más, ¿pero qué tal lejos estaba de ser cierto?

–¿Puedes?

–Haré todo lo posible para lograrlo–Una sonrisa se formó en su rostro, una después de aquel tiempo en que sus labios formaban una fina línea–. Ella merece esa oportunidad.

Adrien quería hacerlo, no podía impedirle algo así cuando sus ojos brillaban sólo de pensar en ayudar a la azabache, aunque no podía evitar pensar en las consecuencias. ¿Pero qué le pasaba? No solía ser de esos Kwamis, no era Tikki, era Plagg... ¡Algo así no le haría daño a nadie! Tal vez eso ayudaría al rubio.

Un fuerte rubio desvío la atención de ambos cuando alguien tocó la puerta de la habitación.

–Adrien, tu padre ya está aquí y quiere verte.–escucharon a Nathalie al otro lado de la puerta.

Lo había olvidado. Había olvidado que su padre quería verlo. No sabía el por qué, pero ya era la hora.

. . .

–¿Mañana con...?–Frunció el ceño y alzó su vista hacia el hombre que le miraba firme desde su lugar–¿... Con Lila?

Nada le parecía más abrumador que pasar tiempo con Lila. Le molestaba. Ahora le molestaba más; de sólo pensar en todo lo que había hecho todo ese tiempo se le revolvía el estómago y sus orejas comenzaban a sentirse calientes.