Capítulo 14

184 22 5
                                    

"Y yo estaré contigo..."

Marinette por su parte buscaba la forma de sentir calma ante aquella situación; mucho más sabiendo que debía llegar a casa y encontrarse con sus padres, que de seguro si la veían con ese semblante harían demasiadas preguntas. Ella no quería eso.

Como si la suerte no estuviera de su lado ese día, Agreste estaba en la salida de la escuela. ¿Por qué no recordó que ese día él se quedaba hasta tarde? Sabía perfectamente que practicaba esgrima ese día, sin embargo su mente no estaba en momentos de recordar cosas así.

Aunque agradecía que nadie más estuviera, o al menos no a la vista.

–¡Marinette!–escuchó a sus espaldas cuando intentó volver a entrar a los baños, al menos hasta que este se fuera.

Hizo puños sus manos y con detenimiento se dio la vuelta y caminó lentamente hacia aquel rubio que la llamaba.

Se paró frente a él sin hablar, sólo mirando al suelo y meneando sus manos con ansiedad, indicándole que lo que iba a decir, lo dijera rápido.

La azabache no lo miró a los ojos en ningún momento, y eso le causó temor, siendo así que por unos segundos de su garganta no salían palabras.

Había estado llorando; a pesar que no podía verla a los ojos, aún podía ver la lágrimas secas por lo poco que veía de sus mejillas.

–¿Estás bien?–preguntó, pareciéndole aquello un susurro.

Se sintió un tonto ante tal pregunta, pues la respuesta era obvia pero él sabía que no sería fácil que ella lo admitiera, o eso es lo que había notado.

–¡Muy bien!–respondió rápidamente.

Miró hacia los lados deseando de alguna forma que Adrien no hiciera más preguntas.

–Yo...–se armó de valor y miró firme a la azabache, intentando transmitir un poco de confianza en ella, y sabiendo que aquello no era normal– Algo te pasa, te conozco y sé que no es lo que quieres.

–No entiendo de qué hablas. Si es por lo de la beca, ya lo he dicho–A pesar se hablar firme, su mirada nunca se enfocaba en el rubio frente a ella–. Tengo que irme, adiós.

Su intento de irse fue interrumpido por Adrien, quien le tomaba de su brazo cuando intentó rodearlo para marcharse y dejarlo con aun más dudas.

No la iba a dejar ir. Sabía que ella necesitaba ayuda y temía lo peor si sus emociones eran demasiado fuertes como para no poder sobrellevarlas.

No iba a dejarla sola, se lo había prometido.

–¡No trates de evadir las preguntas!–exclamó, sintiéndose dolido y desesperado.

–Suéltame, Adrien.–musitó.

Negó con con su cabeza y apretando su mandíbula con fuerza cuando miró como las lágrimas comenzaban a salir de los ojos azules de la chica frente a él, causando que su corazón doliera más.

–Sólo quiero ayudarte, Marinette–expresó sin soltarla–. Sé que algo tienes, y no voy a dejarte ir hasta saber qué es la causa de tu cambio tan repentino. Porque sé que tus sueños eran esos; lo veía en tus ojos, Marinette.

Echó su cabeza hacia un lado no dejando que el chico siguiera viendo aquel momento en que sus lágrimas comenzaban a salir sin cesar, e impidiendo soltar sollozos.

–Eso no es importante.–susurró de nuevo, intentando con brusquedad soltarse del agarre del chico.

–¡Es importante!–exclamó–Tú eres importante para mí, Marinette–Sus ojos se empezaron a cristalizar, mientras veía cómo las manos de Marinette comenzaban a temblar–. Eres mi amiga... Sólo quiero ayudarte.

SI DECIDES QUEDARTE ( Marichat )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora