18- Los problemas

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Rhaenyra:

- Daemon, yo...- no pude terminar la frase cuando.... sentí unos labios sobre los míos, unos que había estado anhelando por casi 7 años, el me había besado, me estaba demostrando que me había echado en falta tanto como yo a el. El poso sus manos en mi cintura acariciándola con cariño mientras yo enredaba mis dedos en su pelo. Una imagen de harwin vino a mi y me separe, el me miro entre sorprendido y asustado.

- Lo siento, no puedo hacerle esto a mi marido- dicho eso me gire y me fui escaleras arriba esperando que no siguiera porque si volvía a besarme no se si seria capaz de detenerlo.

Cuando entre me sorprendí de ver mis cosas en la puerta hasta que sentí unos pasos a mis espaldas.

- Creí que me esperarías fuera- me dijo harwin con una sonrisa.

- Fui a dar un paseo por la playa- dije mientras me acercaba para darle un beso.

Cuando fuimos dentro mi padre nos dijo de ir una temporada a la fortaleza roja a lo cual dijimos que preferíamos esperarnos a que joffrey fuera un poco mas mayor para viajar en barco.

Al día siguiente hicimos el funeral de Laena, conocí a sus hijas fueron un encanto y estuve con ellas hablándoles de aventuras entre su madre y yo cuando éramos niñas y que si necesitaban escapar de su padre o hablar con alguien me escribieran que serian bienvenidas en Roca dragón las veces que quisieran .

Tras varios días decidimos que era tiempo de volver a casa, me despedí de todos pero no vi a daemon en ninguna parte, al dirigirme hacia mi dragona lo encontré observando a syrax y caraxes abrazados mientras en le cantaba.

- Es precioso- dije una vez llegue a su lado.

- El dragón siempre a cortejado a la tuya tal y como su jinete- dijo mirándome a los ojos.

- Daemon lo siento de verdad pero tu acabas de perder a tu esposa y yo tengo al mio.- dije tratando de convencerme a mi misma mas que a el.

- Lo se pero no puedo sacarte se mi cabeza- dijo acariciandome, yo cerre los ojos por el contacto.

- Yo... tengo que irme, puedes venir a roca dragón cuando quieras y tus hijas también- dije dedicándole una sonrisa antes de girarme y subirme a syrax, emprendí vuelo dándole vueltas a todo lo que me dijo.

Unas semanas después

Harwin emprendió un viaje a Harrenhall por motivos de ser el señor de allí, unos días después de su partida recibí una carta. En ella explicaban que había habido un terrible incendio en el castillo de Harrenhall se sospechaba de un sirviente que trabajaba para otto y que todos en aquel castillo habían muerto calcinados, al leer esa carta me derrumbe, porque no se me permitía ser feliz? que le diría a mis hijos? Tras contárselo lo mejor que pude dormí con ellos las siguientes tres noches buscando consuelo en ellos. Al cuarto día recibí la noticia de que había llegado un dragón a las afueras de la isla. Cuando daemon ingreso con sus hijas ellas vinieron corriendo a abrazarme y ha decirme que ellas iban a estar para cuidarme y consolarme, eso me hizo sentir un poco mejor, Daemon mando a sus hijas con los míos.

- Lo siento Rhae de verdad, se que le querías- dijo abrazándome, yo llore en su pecho mientras el me acariciaba la espalda por lo que parecieron horas hasta que me dormí, al despertarme estaba en mi cama y ya era de noche, me levante para ir a ver a mis hijos pero no estaban en su cuarto en su lugar los encontré junto a Baela y Rhaena escuchando atentamente alguna de las historias de Daemon como guerrero.

- Rhaenyra- me saludo daemon y los niños se levantaron y corrieron a abrazarme los mas rápido que pudieron haciéndome caer al suelo- cuidado niños, le haréis daño- no sabría decir cual de los niños le mando peor mirada pero algo es seguro si las miradas mataran daemon estaría muerto.

- Tranquilos- dije yo abrazándolos a todos,

- Podemos quedarnos unos días Rhaenyra?- dijo baela

- Por favor- dijeron todos al unisonó, hasta daemon lo pidió.

- No podéis quedaros unos días- dije haciendo que todos me dedicaran una mirada triste pero suplicante- podéis quedaros el tiempo que queráis- dije finalmente con una sonrisa, tenerlos a todos aquí hacia que el dolor fuera mas sobrellevadle. Los niños empezaron a agradecer, chillar y corretear por todo el salón mientras los veía aun en el suelo hasta que daemon camino hacia mi y me ofreció una mano para levantarme.

- Gracias por consolarme anoche, no tuve la ocasión de agradecerte.- dije mirando al suelo, estaba un poco avergonzada por llorar en su presencia pero a el no parecía importarle porque se encogió de hombros.

- Necesitabas un hombro en el que llorar y yo estoy dispuesto a serlo- me dijo y me abrazo, ese abrazo no era un simple abrazo, era uno cargado de amor, cariño y protección.- Rhaenyra se lo que quiero y creo que también lo sabes no quiero presionarte, esperare lo que haga falta pero dime que no estoy perdiendo el tiempo por favor, dime que no soy el único que aun tiene sentimientos y esperanza en nosotros.- me dijo con ojos suplicantes, me dolía verlo así pero no me sentía preparada para volver a una relación, no aun.
- Aún te quiero eso no te lo puedo negar pero necesito tiempo- dije apoyando la cabeza en su pecho y el me dio un beso en la coronilla.

Trono sabor lujuriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora