Capítulo 11

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Pov Lando.

Acababa de llegar al paddock, era algo temprano, pues eran las diez de la mañana y no había sido citado hasta las doce por el equipo para preparar la carrera de hoy. Pero ayer, Carlos me ofreció desayunar juntos, por lo que estaba en su búsqueda. 

Me encontraba a escasos metros del hospitallity de Ferrari,  en la puerta de este se encontraba el español junto a Charles y una chica morena, la cual no era Charlotte y mucho menos Isa. Conforme iba acercándome me percataba de que la chica era del grupo Ferrari, pues llevaba una camiseta de dicha escudería, y más explícito, de Charles.

- Buenos días Olivia, ¿todo bien? - le escuché decir a Carlos en español, por lo que los cables de mi cabeza empezaron a conectarse. 
- ¿Eres la famosa Olivia? - le pregunté sin tapujos. En su época de Mclaren, Carlos me había hablado muchas veces de ella, y después de varios años la conocía en persona. 
- Carlos, ¿por qué soy famosa? - le preguntó esta a Carlos extrañada. 
- Tranquila, nada malo. Entonces, ¿eres la fotógrafa que le llamaba a veces? - le volví a preguntar para terminar de conectar. 
- La misma, Olivia Roussell - dijo y automáticamente mis ojos se abrieron como platos. 
- Anda, la prima de Russell - dijo y los chicos empezaron a reírse mientras que Olivia ponía una cara de no entender nada - ¿Qué pasa? - pregunté. 
- ¿Hay un piloto con el mismo apellido que yo? - preguntó esta. 
- Se parecen, pero no - aclaró Carlos - tu apellido es francés y él es inglés, yo también lo pensé pero ví tu apellido escrito y no son iguales, solo la pronunciación - dijo este mientras los tres lo atendían como si fuera nuestro profesor. 
- Bueno, ¿vamos a desayunar? - pregunté, pues mi estómago ya me estaba pidiendo comida - ¿venís? - le pregunté a Charles y Olivia, quienes parecían haber venido juntos. 
- Por favor, me muero de hambre - dijo esta mientras se tocaba el abdomen en señal de dolor. 

(...)

El desayuno estuvo bastante bien; Olivia nos enseñó algunas de las fotos que tomó en el día de ayer, hablamos sobre la carrera, nos burlamos de Carlos y muchas cosas más que mi memoria acaba de borrar. En este momento, me dirigía hacia el hospitallity de Mclaren, pues tenía la reunión en unos veinte minutos. 

Había llegado con bastante antelación, por lo que decidí buscar a Olivia en sus redes sociales, e intentar saber algo más de ella. Su perfil era simple, varias fotos con algunas amigas, entre ellas Blanca, la hermana de Carlos; varios paisajes y poco más. La magia empezaba en su perfil de fotografía, había fotos de todas las clases, paisajes, bodas, algunas personas que no conozco pero que sus perfiles aparecian verificados, y un sin fin de fotos, las cuales eran preciosas. Todo el mundo de la fotografía me llamaba mucho la atención, ¿y por qué no aprovechar la oportunidad de que ella estaba aquí para que me enseñara algo?. Bueno, y para que mentir, para poder conocerla. 

Pov Olivia. 

Me encontraba en el box de Charles, había tomado algunas fotos de allí y de algunos ingenieros; y ahora me encontraba haciendo tiempo para que la carrera empezra y las chicas llegaran. Miré mi móvil y ví que tenía varias notificaciones en instagram, además de varias solicitudes; entre ellas, una me llamó la atención, pues no me lo esperaba, Lando me acababa de pedir solicitud en ambas cuentas. Me metí en el perfil de este, pero no me dió tiempo a cotillearle un poco, pues Charles me llamaba desde el otro lado del box. 

(...)

La carrea acababa de terminar, y nada bien para el equipo Ferrari; Carlos no había conseguido entrar en el podio, y Charles se había chocado por lo que no había terminado la carrera. El monegasco llegó al box después de su choque algo enfadado, normal, por lo que preferí darle su espacio y seguir tomando fotos de todo lo demás, al fin y al cabo esta oportunidad no se iba a presentar otra vez. 

- Olivia - la voz de Charles me sacó de mis pensamientos mientras miraba las últimas fotos que había tomado. 
- ¿Necesitas algo Charles? - le pregunté a este cuando llegué a donde se encontraba. 
- ¿Podemos hablar? - dijo este y asentí, me temía lo peor, como siempre. 
- ¿Qué he hecho? - pregunté cuando llegamos a un pequeño cuarto al que este me había dirigido. 
-¿Por qué siempre piensas que has hecho algo? - me preguntó este. 
- No sé, la costumbre - cuando era más pequeña, mi madre siempre que me llamaba era para pedirme favores o para hacer algo que a ella le convenía. 
- Quiero decirte dos cosas - dijo este y mi corazón iba cada vez más deprisa - primero de todo, quería  pedirte perdón por lo de anoche. Fue una tontería, nos conocemos de poco y además tengo pareja no sé si tí - le interrumpí antes de que terminara. 
- No, no tengo pareja, y no te preocupes, como tú has dicho ha sido una tontería - realmente no lo consideraba como tal, pero prefería engañarme a mi misma así, que ilusionarme por esto - además, no te preocupes Charles, no creo que nos veamos mucho más, a no ser que vuelvas a Starbucks o si Carlos decide casarse en algún momento - para mí esto era algo triste. Aunque hubiéramo pasado dos días juntos algo en mi se había encendido al volver a verlo; una parte de mi no quería que se apagase y la otra me obligaba a hacerlo. 
- De eso te quería hablar - dijo el monegasco y automáticamente fruncí el seño - quiero que vengas a Mónaco.

Inefable - Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora