-Largo, si no puedes cumplir mi deseo entonces puedes retirarte.- Hizo un puchero bajo la sorprendida mirada de Ciel, quien seguía en shock.
-¿Qué dijo?
-Que puedes retirarte.
-No, no, lo otro...
-Dijiste que te gustaría verme comer, escucha, sé porqué lo haz dicho, así que si tanto quieres eso te invito cordialmente a que tú seas quien me alimente.- Sonrió sin vergüenza alguna, ese chico sin duda era lindo y debía aprovecharlo.
-¿Si lo hago se tomará uno de esos?- Señaló el bote de pastillas que yacía sobre el buró de Alois.
-Ja, buen intento, eso no pasará, ya te lo dije.-No todos los antidepresivos contienen mierdas arruina cerebros.
-Lo sé, pero estos sí.
-¿Cómo lo sabe?
-Porque una vez tomé una, y casi puedo jurar que ví el aire, era color rosado.- El rubio soltó una risita al recordarlo, ese día se miró más de lo habitual en el espejo y su madre creyó que era porque simplemente estaba feliz, pero en realidad sucedía que podía pasar horas parado ahí porque le era chistoso ver cómo respiraba "aire rosa".
-Bien...¿dónde está su plato?- Preguntó el plebeyo y el príncipe lo señaló con carita de inocente.
Ciel tomó la bandeja y la colocó sobre las piernas de Alois para facilitar su trabajo, tomó el cuchillo y el tenedor y cortó un trozo pequeño de pollo para después llevarlo a la boca del chico que tenía enfrente.
Pudo observar como el rubio temblaba levemente, eso hizo su alma retorcerse, pero finalmente colocó el bocado sobre la boca ajena, quien lo mordió y se quedó mirándolo directamente a los ojos.
Estaban demasiado cerca.-Caliente...- Mencionó, la comida estaba caliente pero no tanto como para quemar su boca, eso le agradó y sus ojos celestes se cerraron lentamente, las mejillas de Ciel se tiñeron de rojo, provocando que se alejara rápidamente.
Al ver que el príncipe ya no estaba masticando cortó otro trozo y lo acercó nuevamente a su boca, pero fué detenido por la mano de Alois.-Espera.
-Espero.
Hizo caso a lo que se le pidió y esperó unos minutos, después el rubio dió unos toquesitos en la mano del peliazul en seña de que podía continuar.
Esa pequeña secuencia se repitió un par de veces más y sin darse cuenta ya llevaban más de la mitad del platillo.-Estoy lleno.
-No lo terminó...
-Ya lo sé, pero hazme caso y deja eso por ahí.- El chico dejó la bandeja en el buró del rubio y lo observó por un momento, a decir verdad era bastante lindo a pesar de lo delgado que estaba, su cabello tenía un bello color rubio claro, sus penetrantes ojos celestes y su sonrisa tan arrogante.
¿En qué estaba pensando?
-Ven mañana otra vez.- Aquella orden lo desconcertó y no supo que decir, por lo que esperó palabras más claras, pero no llegaron.
-Su alteza yo mañana...tengo que trabajar.-¿Para quién trabajas?
-Para el señor Baldroy.- Ante la respuesta el príncipe sonrió.
-Entonces no será problema, solo dile que yo te ordené venir, ¿bien? Y si no te cree yo hablaré con él, pero dudo que eso suceda.- Ciel se enredó entre tantas palabras, el rubio con esfuerzo se había levantado de su cama y se acercó a su closet para ponerse su ropa favorita, pues si quería que hoy o mañana fuera "puesto en libertad" por su madre debía verse más animado.-Fué un placer conocerte Ciel, puedes retirarte.- Dijo mirando la ropa que se pondría.
-Sí es que quieres.- Bromeó provocando que Ciel se sonrojara, Alois se sentó sobre la cama extendiendo su mano a forma de despedida.
Pero en ese momento se veía sumamente atractivo.-Hasta pronto su majestad.- Tomó la mano contraría y salió de la habitación con la cabeza gacha, fué a la cocina para agradecer y se retiró.
Pero aún seguía sintiéndose culpable.
¿¡Por qué había pensando e imaginado cosas ...extrañas del príncipe!?
Necesitaba entretenerse en cualquier cosa ya mismo, si no se volvería loco.Caminaba a paso lento hacia el negocio de Bard, sin embargo se sorprendió cuando vió a Elizabeth corriendo hacia quien sabe dónde, su cara estaba pálida, más de lo normal y parecía estar intentando conseguir aire, por lo que alarmado se acercó a ella.
-¡Lizzy!- La sostuvo de los brazos para detenerla, la chica no reaccionaba ante la situación, simplemente intentó seguir corriendo.
-¡Elizabeth Midford!- La sacudió bruscamente para sacarla de su trance, cosa que logró, pero la rubia seguía intentando conseguir aire.
-C-ciel...- Dijo apenas como pudo, confirmando lo que él había pensado.
-¡Elizabeth trata de calmarte!- Tomó las manos de la rubia y las acarició transmitiendo tranquilidad.Elizabeth comenzaba a calmarse, pero no había mucha diferencia, el peliazul se llenó de pánico cuando vió como los dedos de la rubia se empezaban a tornar azulados y su piel se hacía más fría.
Se tragó sus palabras de "no necesito ayuda, puedo con esto solo" y comenzó a gritar buscando ayuda, una chica bajita y de cabello corto se acercó rápidamente.-¿¡Qué sucede!?
-Se llama Elizabeth, no puede respirar, ¡busca ayuda porfavor!
-No te preocupes, soy Sullivan, la hija del doctor, yo sé qué hacer.- Mientras hablaba actuó rápidamente quitándole a la chica la capucha que tenía puesta e hizo presión contra su pecho un par de veces.
-Perdona si esto te incomoda chica.- Advirtió y le dió a Lizzy respiración de boca a boca, Ciel no le tomó importancia, solo quería que su prima, casi hermana estuviera bien.Por fin pudo respirar aliviado cuando la respiración de la joven se regularizó.
-¿Chica puedes oírme? Soy Sullivan, ya estás bien. Te traeré algo para que puedas respirar completamente normal. ¡Chico, cuídala!, probablemente dirá que tiene frío pero no intentes taparla.- Tan pronto como llegó se fué, por instinto Ciel abrazó a Lizzy, quien sonrió débilmente.
Lo que ninguno sabia era que la escena fué observada por el príncipe Alois, quien había escapado del Castillo y seguido al peliazul para vigilarlo.
Ahora estaba algo celoso, ¿por qué ese chico tan lindo de ojos azules se preocupó tanto por esa niña?, ¿será que ella era su hermana?, ¿o no era ella y la chica que ahora estaba abrazando era su novia? No lo sabía, y eso lo llenaba de rabia.
'''''''
Hola.
Pido perdón, descuidé esta historia horriblemente.
Esa escena de Lizzy muriéndose se me acaba de ocurrir, no lo tenía planeado JAJAJA.
Realmente si, pero de diferente forma, no con mi esposa viendo la luz blanca.Prometo actualizar seguido, de una les aviso que esta historia no será tan larga, aún no vamos ni por la mitad, pero si será masomenos corta.
Me di cuenta de que en el capítulo pasado no mencioné que decían los diálogos en alemán y francés, los que tenían asterisco.
Básicamente es.*- ¡Tú pequeño ladrón!
**- ¡Esta es mi cocina, yo mando aquí!
***-No te entiendo, habla en español!
Eso es todo, gracias por leer, votar y comentar.
Perdonen las faltas ortográficas.-MONTGOMERY MIYA.

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Haunted
FanfictionAlois Trancy es el príncipe de un reino que no quiso gobernar, la soledad y emociones que nunca supo comprender lo consumen, lo hacen sentir en el infierno. Ciel Phantomhive es un chico humilde y amargado del reino vecino que termina coincidiendo co...