XXIII. End.

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Querido diario.

Fue inevitable que los años en el que era El Reino Sin Nombre pasaran.
Sin embargo, la primera acción que yo, Alois Trancy había realizado como rey fue otorgar un nombre.

El reino, después de años por fin había sido merecedor de uno.
"Haunking"
Había sido el elegido por Ciel y yo,
los aldeanos estuvieron muy felices por ello y el acontecimiento se celebró en grande.

El tema de que "el rey Alois Trancy y un plebeyo del reino vecino Ciel Phantomhive estuviéramos en una relación amorosa" se mantuvo mundialmente en un secreto, solo el pueblo lo sabía.

Al ser ignorante la corte real sobre tal hecho, fueron insistentes con el tema de que, aunque fuera joven dentro de unos años debería comenzar a buscar una dama con la que casarme y posteriormente engendrar herederos.

Por un tiempo pude evitar ese tema, sin embargo al cumplir 19 años de edad y algunos años gobernando se me explicó la situación de que ahora era buen momento para intentar relacionarme con alguna mujer hija de un conde, duque o incluso hija de la realeza.

En realidad, mucha gente que conocíamos ya había comenzado o ya tenía realizada una vida.
El ejemplo más presente era Elizabeth, quien ya tenía mi edad y se encontraba a la espera de un bebé.
Sí, eso suena como una sorpresa, pero no lo es.

Resulta que hace unos años el príncipe y futuro rey de la India, Soma Asman Kadar, el individuo más jodidamente alegre y energético que pude conocer en toda mi vida, vino de visita al Reino, se encontró con Elizabeth, pasó el tiempo, se enamoraron, se casaron, blah, blah.

Admito que creí que se había enamorado de la hija del doctor Wolfram, pero al parecer no terminó así. Aparentemente siguen siendo amigas y Sieglinde será la madrina del renacuajo de Elizabeth.

MeyRin y Bard seguían siendo igual de amigos que antes, propietarios de la tienda de jardinería y Bard de la panadería.
Finnian también seguía a su lado como siempre, parecía como si aquel hombre fuera el padre de un par de brutos con corazón de pollo.

Grete, que es la cocinera del castillo y el soldado Ronald Knox se volvieron novios.
No digan que yo lo dije, pero Sebastián y Claude siempre están muy pegaditos.
A Grell se le cumplió su deseo de casarse y tener hijos con un hombre alto y fuerte, el afortunado terminó siendo William T.Spears, y ahora tienen una niña de ocho años, aquello último había sido un secreto que ambos tuvieron MUY bien guardado.

Nina Hopkins, pues, sigue siendo Nina Hopkins.

Pero faltábamos Ciel y yo.
Y no era tan fácil como decir "boda, sexo y embarazo." Y eso es evidente, ambos somos hombres.

En cambio, realicé uno de los que posiblemente serán los engaños más grandes de la historia real.
Debo admitir que la idea había sido mía, sin embargo la había planteado en forma de broma, pero Cielito creyó que verdaderamente era una excelente idea.
Bueno, masomenos, ya que al final no fue como se planeó al inicio.

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