El potrillo se llamaría Gale. Un algo repentino que arrasaría con todo a su paso cuando menos se lo esperase. Esa simple palabra expresaba lo que sentía pero también sería un símbolo de poder para el pequeño. Gale se daría a conocer por su propia fuerza a medida que crezca, eso podía sentirlo.
Luego de ese interludio sobre el nombre que le haría al potrillo hablamos de lo que pasaba con los otros habitantes que masomenos conocía. El pequeño que nació aquel día de mi llegada ya estaba creciendo bastante y su padre no daba de gozo presumiendo, a quien pudiera soportar, su felicidad familiar.
La vida seguía en un ciclo normal y me alegraba, no deseaba ningún mal sobre ellos.
—Y Giovy se muestra más tranquila, parece que su enamoramiento con Wolf se está desvaneciendo... en los últimos días la vi con Tadeus repartiendo frascos de mermelada. Se ven bien juntos.
—Tadeus... Espero que mantenga la paz por el momento, la joven es algo problemática.
—Lo es. Ese carácter empeoro un poco por la desaparición de su madre... Ya casi es hora de cenar. Vamos a la cocina.
—¿Eh? Tan tarde es... ni me di cuenta de cómo pasaba el tiempo ¿Puedo ayudarte en algo?
Rodee la sala y me uní a Lorna caminando para la cocina a unos cuantos metros, estaría bien aprender un poco. Algo como pelar o estar cerca de las ollas calientes. Si tan solo tuviéramos tiempo para que me enseñara más cosas sobre ese arte. A lo sumo podría hacer emparedados.
—No hay mucha tarea, traje con las galletas del té una olla de comida. Solo la calentaremos en el horno un poco.
—... Pensaste en todo.
—Puede ser... Teníamos que ponernos al día como sea y un par de horas no ayudan ¿A dónde se habrán metido esos dos idiotas?
Me senté en un taburete de la mesada, me sentía mal a la noticia de que mi ayuda sería difícil de usar. Un olorcito simple paseo cerca de mí. Quizás la comida, rogaba que se apurasen los chicos, el aroma me permitía babear indiscretamente.
Iba a acercarme a la olla, o cualquiera sea el recipiente, para subir algo la tapa en un intento masoquista de identificar la comida. A poco estuve de no ser por la inesperada música de rock que cruzó el aire. Mi corazón salto rápido y yo hice lo mismo moviendo la cabeza identificando el origen.
—Disculpa, es mi celular.
¡Que avise antes de hace eso! Tan inesperado. Respiré hondo calmándome, a lo lejos la voz de ella apenas se oía hablando con quien sea su interlocutor. Debería preguntarle a Lorna directamente sobre que contiene el recipiente. El uso de hierbas se olía bien. Mejor empezar a sacar los platos, eso apuraría el momento de cenar.
Con esa tarea en mente deje el taburete para las alacenas, si no me equivocaba estarán en las de arriba. Abrí cada una y tantee dentro identificando copas, vasos, jarras y otras cosas. En la última sentí los platos, sonriente de mi descubrimiento trate de sacar unas cuatro. Con cuidado.
Deposité en la mesa la vajilla, necesitaríamos vasos también, de ahí volví a la primera puerta o la segunda. Otros cuatro elementos, suponía que eran los usados normalmente ¿Qué más?
Volvería a cenar con los tres, me agradaban esos momentos por significar un recuento del día sobre lo que han hecho y lo que harían al siguiente. Igual que si se intersectaran el presente, pasado y futuro.
—Deja eso... tenemos que irnos.
—¿Eh? —Mi mano ya estaba en el cajón de los cubiertos.
—... Cheron está allá y... vamos, te contare en el camino.
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La oscuridad en tus ojos©
WerewolfDesde el uso de su razón, y mucho antes, Tesy vivió una monótona vida de invidente. Esa oscuridad ante sus ojos resultaba cómoda, bienvenida al conocer cada cosa escondida en ella... lamentablemente eso cambiara. La oscuridad mostrara otros matices...