¡Esto es inaceptable! ¡Voto por la purga para esos dos pulgosos y cualquier otro que este tras este maldito plan de encerrarme! ¡Pero que se creen para impedirme algo que es derecho mío, o sea mi libertad, están locos si esperan que acepte sus pautas!
Me hartaba ser tratada de este modo, puede que mi vida no haya sido de rosas antes pero al menos no era un torbellino de emociones. ¡Esto tiene que parar!
—¡Ábranme! ¡Lorna! ¡Sé que estás ahí! ¡Abre esta mierda de puerta, no puedo creer que me estén haciendo esto! ¡Ey!
Desperté en una cama distinta, no olía a lilas o algún otro aroma familiar, podía notar que era apenas usada y se sentía algo de frio alrededor. El cuarto tampoco tenía salidas flojas, desde luego, la ventana había sido asegurada y la puerta estaba con llave, lo único que podía entretenerme era gritar al vacío.
¿Qué motivaba a esos dos para encerrarme en esta habitación? ¿Planeaban secuestrarme ellos? ¿Pedir rescate a mi padre y esperar no tener que tomar represalias? ¿Quizás venderme al extranjero para la trata de blancas o de órganos? No, debo calmarme, sé que ellos no son malas personas.
Al menos eso pude sentir. Tampoco debería desconfiar de mi intuición, eso es lo que me mantuvo de pie en tantos años. Si este decía que eran personas no malignas entonces no lo eran.
Sin miedo a que me vean, ya poco importaba, me sacudí el cabello descubriendo lo sucio y enredado que estaba. Fantástico, no solo estaba encerrada con un nudo en la garganta, también deseosa de un baño. Volví mi mirada al vacío.
—¡¿Me es posible tomarme un baño al menos?!
Sin respuesta. Bien, no entremos en pánico, deben estar ocupados con sus quehaceres o imprevistos. Soportaría un poco más hasta que uno aparezca para algo, como darme de comer. Si, era un buen plan.
Volví a girar para donde estaba la cama, de quedarme parada terminaría cansada y más irritable de lo adecuado. Toqué con mis rodillas primero el colchón, me sente al borde de la cama alisando mi ropa. El silencio era mi única compañía.
Renuente a quedarme quieta paseé mis manos por la cama tratando de acomodar las colchas lo más presentables posible, eso me daría algo de calma y me permitiría rodar en ella.
Recapitulemos. Seamos razonables y evitemos comernos las uñas. Si puedo enfrentar la oscuridad cada día entonces esto debía ser pan comido.
Mi nombre es Teresa Malcourt, 20 años. Hija única con padre y madrastra codiciosa. Madre muerta en un accidente. Vivía en la ciudad pero me trasladaron al campo por decisión de la muy queridísima esposa perra de mi padre. Situación actual: Encerrada en una habitación y visitante no deseada de shifters lobos causado por un intento de secuestro.
Hermoso y tan irracional.
¿Cómo llegue aquí? Veamos. Un día, o noche, alguien entró en mi casa de campo justo a las pocas horas de mi mudanza. Sus razones eran secuestrarme ya que no deseó ninguna de las cosas en el hogar. Viniendo de una familia bien acomodada seguro era que tenía algo de valor. Muebles, electrodomésticos, algún cuadro o vajilla.
Me noqueó al no dejarme doblegar. Desperté en este lugar sin saber cuándo volvería a mi casa. Es una suerte que el golpe no me haya provocado amnesia.
Eso es todo lo que puedo recapitular a pasos suaves, lo detalles solo me darán ardor de estómago, pero otros pensamientos llegaron a mí. Mordiendo el labio inferior busque darles un lugar sin mucha prisa estando segura de que tenía todo el tiempo del mundo.
No sabía que hora seria, por la ventana no entraba algún indicio y aun así estaba el clima frio que lo apagaba un poco. Si era de madrugada era lógico que no me escuchen. Con un gruñido, que no parecía más que un ahorcamiento, me tiré sobre la cama cerrando mis ojos.
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La oscuridad en tus ojos©
مستذئبDesde el uso de su razón, y mucho antes, Tesy vivió una monótona vida de invidente. Esa oscuridad ante sus ojos resultaba cómoda, bienvenida al conocer cada cosa escondida en ella... lamentablemente eso cambiara. La oscuridad mostrara otros matices...