Capitulo 20: Prioridades

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Manada Rockwell - La comunidad

A cada minuto que pasaba el viento parecía volverse más frio, más inclemente sobre los lobos o aquellas personas a las que intentaban encontrar pero eso no les detendría. Si su Beta no daba el brazo a torcer entonces ellos tampoco.

—Encontramos el vehículo... Alfa.

—... Llévame hasta ahí.

No podía acostumbrarse a la medida que tomaron en cuanto se dio por entendido la ausencia de su alfa Wolf. El lobo nunca creyó posible que algo así pasaría, de no ser por la llamada a Lorna ahora las cosas serían diferentes ¿O quizás no?

Cheron volvió a la comunidad por un mensaje de auxilio a causa de extraños acontecimientos alrededor, se decidió antes que Wolf cuidara a su hermana y la humana, de sentirse amenazados volvían cuanto antes al refugio de la manada. Eso era lo único que odió de vivir en aquella casa perteneciente a Tesy, su lejanía y baja protección resultaba una tentación para otros seres, empeorando por no encontrarse en su territorio o cerca.

Ahora se comprobaba eso. Sintió un nudo opresor por la imagen retorcida y abandonada del vehículo, reconoció el color al igual que la matricula. El olor a sangre salía de entre sus piezas ¿Qué paso ahí? Alrededor algunos lobos intentaban buscar pistas encerrando sus emociones y pensamientos sobre esa misma pregunta.

¿Dónde estaban las chicas? ¿Quién las sacó del camino? ¿Habrían sido matadas o secuestradas? ¿Tendría alguna relación con la ausencia de Wolf? Por un segundo el Beta se sintió solo, despojado de todos aquellos que ama y casi se dejaba llevar por sus profundas emociones. La sed de sangre corrupta era grande.

Les haría pagar por eso.

Dos de los más experimentados corrieron al interior del bosque cercano, un rastro nimio se encontró siendo un alivio. Otros empezaron a encargarse del cacharro, no podían dejarlo ahí en mitad de la carretera y ya lo revisaron con extenuación. Los aromas pertenecientes a intrusos no surgían pero si uno al que debían temer.

Muchos miraron a su alfa provisorio en busca de apoyo, de palabras alentadoras sobre lo que pasaría luego, todo aquello anunciaba una posible batalla en sus tierras. Luego de años en paz la sensación paseaba por sus filas mordiendo sus mentes preguntándose la causa de ello. No se negaría que en algunos una figura surgió siendo la intrusa humana, aquella a quien dieron cobijo por primera vez en su historia no perteneciendo a su mundo.

Por la lejanía un conjunto armónico de aullidos perturbó el ambiente, se identificó el mensaje siendo de ayuda adicional al igual que un hallazgo importante. Lograron encontrar a una persona. Se rogó por su vida.

—¡Escuchen!

Dio sus instrucciones, había mucho que hacer desde aquel aullido al igual que antes. Mandó unos cuantos a la comunidad para prepararse bajo una alerta médica. Otros deberían mover los cacharros a fin de no entorpecer la carretera. Él iría con un par a recoger la víctima, tenía que enterarse de su estado. Con todo confirmado se adentró al bosque en medio del atardecer.

Dentro de él no sabía por quién rogar, si por la hermana de su amigo que era como una hermana en su vida o la de la humana quien puso su mundo conocido de cabeza con esos ojos tristes, solitarios. No lograba discernirlo. En algún momento el aroma a sangre llegó a su nariz y bajo ese manto un suave rictus de plata.

Un lobo hociqueaba a la mujer tirada en una abandonada posición escondida entre hojas secas y ramas, parecía dormir si no fuera por el brillo en sus sienes o la sangre que coloreaba sus ropas. Cheron la reconoció enseguida sintiendo una punzada de dolor por lo que significaba.

La oscuridad en tus ojos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora