*Say When...* (Rewrite the stars II)

No se acabo.

Miércoles 18 de enero

Eran las 2 de la tarde, sobre la ruta 89, a las afueras del estado de California,  en una cafetería con atención 24 horas , frente  a un café americano , estaba Kendall, jugueteando con su anillo de compromiso, intentando comprender como dejó que todo se acumulará como una bola de nieve hasta estrellar su realidad, entre suspiros y vagas ideas , intentaba hilar un plan para recobrar su normalidad, para convencer a Max de volver,  para sacar toda su vida a flote, pero una idea en particular se lo impedía  "¿Y si Max tiene razón?" Bebió su último sorbo de café  y se dirigió de vuelta a su auto , aun le quedaban 4 horas más  de viaje y debía mantener la mente fija en el camino, aferrada a recuperar lo perdido, estudiaba las palabras correctas  para pedirle perdón a Max por su indecisión , sin embargo , ningún párrafo congruente salía de su boca, e, irónicamente,  comenzó a comparar nuevamente a  Max con Kick, desde la cosa más básica como su corte de cabello, hasta lo más complejo, el como Kick siempre la alentó a superarse , a avanzar y a creer en ella, mientras que Max aunque también hacia eso, lo reducía al asumir que Kendall solo tenia una versión  de si misma, siguiendo el hilo de ideas, recordó  sus mejores momentos  con ambos, dándose cuenta que, a pesar que  el tiempo con Max era mayor, la felicidad que sintió con Kick en los escasos seis meses que estuvieron juntos, fue superior, cuando menos se dió  cuenta , estaba a 30 minutos de Mellowbrook,  le envío un mensaje de texto a su padre para avisarle de su arribo a su viejo hogar , aunque su instinto la hizo tomar una ruta distinta para entrar a su calle, a ella le dió un mal presentimiento la entrada habitual, sin saber, que de no haber escuchado a su intuición, uno de los Dipazzi la habría  visto.
Se percató de las luces de la casa de enfrente encendidas y un auto negro estacionado en la entrada , supuso que Kick estaba ahí, quería saludarlo, sin embargo, conociéndose, sabía que la lengua le podría traicionar, tenía que idear la forma de mantener  su "ruptura" en secreto, guardo su auto en la cochera tratando de hacer el menor  ruido posible, entró a su vieja habitación,  acostándose de golpe por al menos , diez minutos para recuperar  un poco de energia, después, desempacó la  ropa que traía, colgó su vestido nuevo en la puerta de su armario , para cntinuar con algunos pendiente,  terminando demasiado rápido para su gusto, intentando usar su tiempo en algo útil, optó por leer algo, encontró en su armario una copia del libro que le regalo a Kick en aquella Navidad, dejando de lado  el obvio recuerdo , procedió  a abrirlo  perdiéndose en sus páginas , entre los bastos poemas encontró  una cita que hizo que el mundo se detuviera  por un momento:

"Tú fuiste todo para mí, amor, por lo que mi alma se consumió..."

Cerró el libro de golpe , suspiró profundamente poniéndose de pie , miró por la ventana y dijo para si: * ¿Y si todavía eres todo para mí?*

Se sentó al borde de su cama pensando en algo absurdo: *Si algo llegará a pasarme ¿A quién quiero para que me acompañe?*
La respuesta inmediata fue un choque de dos nombres, uso eso como excusa, otra vez segada por sus impulsos, interpretó de forma equivocada que si el nombre de Max seguía apareciendo en su mente aunque fuera a la par que el de Kick, entonces lo amaba de verdad, tomo su celular y llamó a su número rápidamente, el cual la mando directo a buzón,  aprovechando la verborrea y los obvios pensamientos absurdos ,  esperó a que los tonos terminarán:
- Max, ya lo pensé bien , sigues en mi mente y sigo pensado en ti a pesar de estar en Mellowbrook,  prometo que las cosas serán diferentes, déjame seguir a tu lado, te amo... si aun quieres estar conmigo, te estaré esperando aquí en Mellowbrook,  si no te veo llegar, lo entenderé,  hasta pronto, cariño.

Colgó su celular, impactada de lo que acababa de decir y tratando de convencerse de que fue lo mejor, sin embargo, la paz no llegaba a su cabeza, una vez más,  se había adelantado.