Fuera de cancha

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No faltaba mucho para que el marcador llegara al final, Argentina ya tenía dos goles a comparación de México que aun no había llegado a anotar ninguno, el arquero de ese mismo equipo ya se encontraba sin esperanza alguna y aceptar la detorra contra aquel país con más triunfo a comparación de ellos y se debía al mejor goleador del mundo, o así lo denominaban, Lionel Andres Messi.

Ese enano descarado, insultaba una y otra vez el portero mexicano contra el Alfa argentino, y sintiendo un leve nervio al ver como el balón se acercaba a la portería, sin tener suerte dos de aquellas veces.

Que decepción.

Era una completa decepción, ya que antes, en el partido contra Polonia, había recibido miles de halagos y agradecimientos por atajar el penal de Lewan y terminar empatados, pero esta vez no seria igual, se encontraban perdiendo, su única esperanza seria anotar 4 goles contra Arabia Saudita.

El marcador llego a su fin, con falsas esperanzas, la selección mexicana junto la de Argentina, empezaron a salir del campo, antes de ir a los vestidores, saludando a lo que podrían llamar "contrincantes".

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El "Omega" de lindo rulos, se había quedado sentado en los asientos de los vestidores, no se sentía con animo en ese momento, el resto de sus compañeros ya habían salido, quiza habrán ido a algún restaurante de Qatar a beber algo para olvidar las penas y posiblemente entrenar para el día siguiente hasta el cansancio, y sobre todo para el.

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Al sobre pensar miles de cosas, únicamente se había desprendido de su camiseta, manteniendo su torso descubierto, buscando algunas prendas cómodas que usaría al terminar de ducharse, por tener su cuerpo levemente mojado por el sudor, al igual que otras gotas que caían por su cuello.

Dio un último suspiro y termino de acomodar su ropa, dio un leve brinco al escuchar el rechinido de la puerta siendo abierta, creyo que ya había tardado demasiado y sería uno de sus compañeros para avisarle que en un tiempo se irían y acelerar el baño. Sin embargo la sorpresa que se llevó al ver al alfa, al que le llamaban en mejor goleador de mundo recargarse en el marco de la puerta, tenia sus fuertes brazos cruzados sobre su pecho y su cabeza levemente ladeada, teniendo una fija mirada, con un notable destello en sus ojos entrecerrados, dando a entender que deseaba algo de el.

Ochoa se sentía algo confundido al ver al argentino ahí, con su rostro con la misma expresión de no entender una razón de acerco al alfa que era más bajo que el, poso sus manos sobre su cadera esperando alguna respuesta.

-Eu vos,¿ochoa no?¿estás bien? quería proponerte algo - ¿Proponer?, repitió la palabra unas veces en su cabeza, le parecía gracioso cuando el era mayor que el, suspiro y tuvo una mirada seria ante la presencia del ajeno.-¿No te gustaría pasar un buen rato?, y retomar lo de meter..goles.

-¿Qué necesitas?- quería ir al grano, el menor se alejo de la puerta, introduciendo nuevamente al mexicano a los vestidores, porque ambos se encontraban a un lado de la entrada, le dio la espalda para poder alejarse más, aun que frunció su ceño al escuchar como la puerta era cerrada con seguro, se volteo de manera violenta, aun que lo único que gano fue ser empujado bruscamente a los asientos de los vestidores, detectando las ferormonas de alfa invadir la habitación, al intentar levantarse, le fue imposible al sentir el peso ajeno sobre el, sin lograr mirarlo complicaba la situación al estar boca abajo, únicamente sintió las pequeñas manos pasear por su cintura descubierta, esto era demasiado confuso para el.

-¿QUÉ CHINGADOS TE PASA, IMBÉCIL? - Menciono en alto, con una mirada realmente molesta, de un solo movimiento empujo al alfa al suelo, tomándolo del cuello la camisa, lo levanto con molestia, provocando que sus piernas dejaran de tocar el suelo, ahora el contrario era el que se mostraba bastante confundido, ya no hacía falta decir que Ochoa no era precisamente un omega hasta ese punto, ese noto de voz no era original de un alfa y de mucho menos de un omega común, si no de un alfa dominante, tenia sentido, ya que tenía lógica del porqué el cuerpo del mayor tenia una mejor forma a lo que había pensado el argentino. -¿Quién mierda te crees?

Ahora el que se encontraba en apuros era el contrario que aun era alzado en ambas manos del mexicano, sostuvo las muñecas de este sin dejar su expresión de impresión. -PERO QUE, ¿VOS NO SOS OMEGA?

Hasta Ochoa no se había inmutado, ya hace mucho tiempo estaba esa estúpido rumor de que era un omega, aunque otros pocos decían que podría ser beta o alfa, realmente no importaba porque no era ninguno de los dos, fácilmente por aquel intento de Lionel, podría molerlo a golpes por su notoria intención hacia el por creer que era omega, sin embargo, Messi no se lo dejaría fácil.

-¿Sabes?, no creas que tendrás buen culo, no seras mejor que yo.-Ya empezaba a colmar la paciencia de Guillermo, antes de intentar golpearlo se detuvo.
-¿Y tú quién te crees que eres para decir eso?
-Lionel Messi, el mejor goleador del mundo a comparación de vos. -Formo una sonrisa con malicia, mostrando ligeramente sus dientes. Al igual que el, no dejaría que fuera tan fácil para el argentino, únicamente lo soltó bruscamente, y empujarlo boca abajo en el suelo, antes de que el cuerpo bajo suyo se levantaría, poso su pie sobre su espalda.
-Mejor goleador mis huevos.-Menciono con burla mientras tomaba unos mechones de su cabello para alzar su cabeza, que ya tenía una expresión molesta, intentando levantarse, pero era obvio que Ochoa tenia mayor fuerza a comparación de un alfa normal como era Messi.
-LA CONCHA DE TU HERMANA, HIJO DE RE MIL PUTA SOLTAME, ¡DALE! -volvió a hacer fuerzas para levantarse, intentándolo nuevamente al dejar de sentir el pie recargarse en su espalda, pero fue en vano, porque ahora el cuerpo del mayor estaba encima de el, tomando sus muñecas, una vez más haciendo presión para evitar que se levantara.

-¿Sabes?, tienes razón, deberíamos meter, pero esta vez, seré yo quien meta los goles..

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