Fuera de cancha

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Ochoa se despertó primero, notando como el alfa aún dormía plácidamente en su pecho, teniendo su manita sobre el abdomen ajeno. Cada vez le parecía más lindo, alzo una de sus manos para acariciar su mejilla, pasando por su suave mandíbula, donde recién, Messi se había rasurado la barba.

Observo por unos minutos a Lionel, inclinándose para dejar un rápido beso en sus labios, provocando que se despertara de a poco, abriendo sus ojitos y tallados con el dorso de su mano.
-Buenos días, pequeño~..-Una vez más hizo que las mejillas de Messi se acalorarán de un gran rojo, volviendo a ocultar su rostro entre el cuello de Ochoa.

Dejo que el menor se quedara en esa posición hasta que se sentó en el colchón con sus piernitas cruzadas, Memo se levantó para darle vuelta a la cama y jalar una de las piernas de Lio para acercarlo a él, sosteniendo sus mejillas, plantó otro beso en sus lindos labios.
-Ya son las sietee~, ¿quieres cenar?, te haré una torta.-Susurro con la voz más suave y tranquila que se le permitía.
-Ujum.

Guillermo se inclinó para sostener los muslos de Messi, provocando que cada vez su rostro se note más rojo, volvió a ocultar su carita entre los chinos del mayor, quien lo sostuvo apegando sus grandes palmas al trasero de Lio, partiendo camino a la cocina, donde lo sentó encima de la gran barra en el centro.
-Primero veré si está todo lo necesario para hacer una digna torta de Don polo.
-No entendí nada, pero quiero.- Esa afirmación hizo que Ochoa formara una leve sonrisa, empezando a buscar por la cocina los ingredientes.

• • •

Ambos estaban sentados en el comedor, esta vez uno al lado del otro, donde Guillermo daba pequeñas caricias al muslo de Messi, quien tenía una de sus piernas encima de una de las de Ochoa, que sostenía su torta con una mano.

-No negaré que sabe bien. -Sonrió mientras daba otra mordida al alimento entre sus manitos, girándose para ver al mayor quien asintió.
-Obviamente, las hice yo.- Nuevamente se inclinó para plantar un beso en la mejilla de Lio, para que finalmente ambos terminaran de cenar.

Terminando de limpiar sus platos, se echaron al sofá de la sala, donde Lionel empezaría una conversación.
-¿Importa si en navidad invito a algunos pibes?-Ochoa negó mientras pasaba uno de sus brazos a los hombros de Messi para acercarlo a él.
-Para nada, yo haré una salida y volveré enseguida para tu reunión.-El menor asintió entusiasmado por la idea, pero empezó a pensarlo un poco.
-¿Pero te molesta que sepan.., ya sabes?-Guillermo se giró a él con una expresión algo pensativa, terminando por contestar.
-No importa si saben o no, quiero que estemos bien.-Haciendo que el entusiasmo de Messi creciera, sintió el peso encima de él, donde empezó a recibir un par de besos sin parar, no haciendo algo más que sostener su cintura.

Messi nuevamente se estaba quedando dormido, posando su cabeza en el regazo de Guillermo, ambos se sobresaltaron al escuchar el timbre.
-¿Esperabas a alguien?-Se giró al alfa que ya se había alejado de él.
-No..-Tomo en marcha para ir a la entrada, no esperándose al que estaba afuera.