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El alfa ponía un algodón de alcohol sobre el labio partido del mexicano, que mantenía su mirada fija en el polaco, quien sostenía una bolsa de hielo sobre uno de sus ojos, sin apartar la vista del mayor.
- Guillermo, ¿qué te sucedió?, casi matas a Robert. - Miro mal a su pareja, que se quedó en silencio, ya era de noche y el resto de los invitados se habían ido. - Pero siento no haberte dicho que iba a venir, yo lo invite.
-¿Por qué hiciste eso? - Gruño, dirigiendo su vista al polaco.
- Déjate de comportar como un pibe.

Lionel se alejó para guardar el botiquín, acercándose a los otros dos alfas sentados a cada esquina de la barra.
- Por su boba pelea la fiesta terminó siendo un desastre, pero ya es tarde.-
Guillermo miró apenado a Leo, asintiendo ligeramente.
- ¿Qué hora es?
- 11:15, Lucciana se durmió ya hace unas dos horas.
- Bien, vamos. - Se levantó del asintiendo, acercándose a Lewandowski.- ¿Tú no te piensas ir?
- Memo, se quedará unos días, no le des importancia.
-Eso tampoco lo hablamos, Leo..- Suspiro al ver el rostro de Messi. - está bien, pero no te atrevas a tocarlo.- Amenazo el mayor al polaco, quien solo asintió, acercándose al alfa que ya se dirigía a la segunda planta.

Francisco, al adentrarse a la habitación, se acercó a rodear la cintura de Lionel, plantando besos en sus hombros

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Francisco, al adentrarse a la habitación, se acercó a rodear la cintura de Lionel, plantando besos en sus hombros.
- ¿Quieres más feromonas esta noche, bebé? - Giró el cuerpo del menor a seguir con los besos en sus labios, empujando ligeramente su cuerpo para qué chocará con la pared.
-Tal vez..-Sonrió el argentino ante el beso, desprendiendo la camiseta del alfa dominante.

No se detuvieron ante los tocamientos, intentando no hacer el mayor ruido posible para no despertar a Lucciana.
Ochoa ya se encontraba entre las piernas de Lionel, quien sostenía su mandíbula para seguir besándolo.
- Memo..yo te- ROBERT. - El mexicano se sobre salto al escuchar al menor mencionar al polaco, rápidamente dirigiéndose a mirar a la entrada, en donde, efectivamente, se encontraba ese mencionado.
-Maldito pervertido. - Agradeció solo se encontraba sin camiseta y Leo aún seguía vestido, así que se levantó de la cama a caminar en dirección del otro alfa.
-Solo quería otra almohada. - Camino hacía atrás al ver como el mexicano aún caminaba a donde estaba él, sacándolo de la habitación.
- Uy si, Cómo no.

Guillermo frunció su ceño, tal solo mirando de formas molesta al menor mientras se dirigía a la habitación de Lionel, que ahora ya no la usaban al seguir la cama rota.
-¿A dónde vas? -Siguió el paso rápido del mexicano.
- Voy por tu estúpida almohada. -Se inclinó a tomar el cojín, acercándoselo a Robert, quien lo sostuvo con una de sus manos, una vez agarro el objeto, estaba dispuesto a volver con el argentino, pero la voz del menor lo detuvo.
-¿Ya te vas?
- Sí, no quiero que vuelvas a interrumpir mi intimidad con mi pareja, ¿escuchaste? -Se acercó de forma amenazante al otro alfa, quien no parecía prestarle mucha atención, que solo centraba su atención al torso descubierto de Guillermo. -¿Me estás escuchando?

Frunció su ceño cuando el menor alzo su vista a verlo, tragando en seco cuando el alfa se acercaba a el.
-Sigues teniendo un buen cuerpo..- Poso una de sus manos sobre el abdomen de Guillermo, quien rápidamente apartó la mano de aquel lugar, pero fue peor cuando fue posada en su entrepierna.
- Eres un maldito enfermo. - Ochoa empujo a Robert y le dio la espalda, regresando a su habitación, cerrando la puerta con seguro al instante.

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Sonrió al ver al alfa recostado a un lado de la cama mirando su teléfono, como era costumbre, había empezado a dormir con una camiseta de Guillermo y ropa interior. Que a aquel alfa, siempre le parecía adorable la forma en la que su pareja acariciaba su vientre, del cachorro que nacería en los próximos dos meses, se acercó a donde estaba el argentino, acariciando su cabeza.
-¿Qué pasa?
- Sabes que me gusta ser cariñoso antes, así que déjame decirle unas palabras a nuestro pequeño Mati. - Leo dio una leve risita, pero, sin embargo, asintió, ante esto, Guillermo se arrodilló enfrente de la pancita del alfa, que dio pequeñas caricias al cabello rizado de Ochoa.
- Hola ahí dentro. - Empezó a susurrar el mexicano - estás escuchando a tu papi, solo quiero decirte que tanto yo, como tu hermanita y papito, esperamos con ansias tu llegada, porque quiero que sepas que tu papito es el hombre más hermoso del mundo.

- ¿Estás diciéndome cosas lindas para seducirme? - formo una leve sonrisa ladina, mientras el mayor se giraba a verlo con una sonrisa.
- Es una buena excusa para seguir lo que empezamos.
-Está bien Romeo, sigamos, ¿sí? - siguió con pequeñas caricias en el cabello de Guillermo, bajando su mano para sostener el mentón del mayor.
- Por supuesto. - formo una pequeña sonrisa mientras volvía a dirigirse al vientre de Lionel. - Cuidado con la cabeza, mijo. - Se levantó de su lugar para encimarse en el alfa e interponerse entre sus piernas, volviendo a unir sus labios.

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Sus brazos abrazaban con fuerza una de las almohadas, cerrando con fuera sus ojos lagrimosos, entre abría sus labios, que no podía seguir evitando gemidos y jadeos, mirando de reojo al alfa dominante, quien sostenía una de sus piernas encima de su hombro recargando ambos de sus brazos a los costados del cuerpo de Lionel.
A pesar de que era una de las pocas posiciones que eran cómodas aparte del misionero, provocando que también el miembro del mexicano llegara tan profundo.

Aunque ambos alfas hacían lo posible para no hacer tanto escándalo, no evitaba que la cabecera chocara contra la pared y las patas de la cama rechinaran. La espalda de Lionel se arqueó, mordiendo la almohada que tenía entre sus brazos al correr se entra las sabanas, sintiendo como el mayor salía de su interior una vez había terminado en el condón.
-..Leo, ya no hay.- Formo un puchero mientras acomodaba el cuerpo del menor debajo de él, volviendo a estar entre sus piernas, dejando un nuevo un beso en sus labios, que siguió por un par de segundos más.
- Vos solo metémela. - Rodeo el cuello de Guillermo, quien formo una sonrisa picara, levantando el cuerpo de Messi para posar una almohada debajo de su columna para no provocarle futuros problemas de espalda.
-Ya que insistes. - Volvió a sostener su hombría entre sus dedos, apegando su glande en el recto lubricado del alfa, empujando sus caderas para volver a introducir el miembro en la cavidad anal del contrario.

Acomodo sus brazos a los lados de la cabeza de Lionel, quien se sostuvo de sus hombros, que mayormente terminaban siendo rasguñandos como el resto de su espalda. Empezando con lentos empujones que llegaban a irritar al menor.

El cuerpo de Ochoa tenía un leve brillo ante el sudor, en la que ambos dé sus alientos se mezclaban ante las respiraciones agitadas al terminar una ronda y terminar por cansarse, para finalmente dormir, donde Guillermo abrazaba por la espalda a Leo para dar pequeñas caricias a su vientre, susurrando en su oído.
-Te amo.

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NOTA:
GENTEE, ya en el siguiente, siguiente capitulo, les contare el contexto de la relación de Memito y Robert, pero por ahora disfruten el amors de Ochoa y Messi sisi, no se vayan a enojar con Memo otra vez, que ahora si le contara por su cuenta del porque su problema con Lewan, pero es todo, se les ama. 👨‍🦲💕
P

D: Hagan spam de mi historia, porfi, se los agradecería un montón. 😩

Fuera de canchaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora