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7:16 p.m.

Había llegado a Barcelona, España, retomando el viaje a la mansión de Lionel, no tardando en bajar del auto y dirigirse a la entrada. Algo estaba mal, dirigió su mirada afuera del lugar, otro coche estaba estacionado, no era Javier, él ya se marchó hace pocos días.

Algo estaba muy, muy mal, ni siquiera se molestó en bajar las maletas del auto, para dirigirse a la entrada, buscando al alfa, antes de adentrarse más al lugar, otra persona se interpuso en su camino, ella era-

-Karla..¿Tu que haces..aquí?- Halo entrecortado, le faltaba el aire, no esperaba ver a la omega, ¿lo sabía?, claro que lo sabía, no estaba ahí para saludar.

-Te preguntaría lo mismo, aunque yo lo sé, y ahora él también lo sabe.- No lo podía creer, su exesposa sabe lo que ocurrió con Lionel, ¿pero en dónde estaba el argentino?- Mi trabajo aquí está terminado.- Miro de reojo al alfa que se alejaba rápidamente del lugar, echándole una última mirada, y sonrió ladina.- Caes directamente en la trampa, Francisco..

No le importo lo que hiciera la omega, quería encontrar al argentino, busco por él todo el lugar, dando por hecho que estaba en el patio, aún no lo revisaba. Agradeció miles de veces al fin encontrarlo sentado en el césped, se encontraba estaba..¿bien?. Salió al exterior, cerrando la puerta detrás de él, sin embargo, no llamo la atención del chico, trago en seco, acercándose para sentarse a su lado, varios centímetros lejos, imitando la acción del alfa al mirar abajo.

- Lio..- Dirigió su mirada a ver al alfa, que había abrazo más sus piernas contra su pecho, alzo su vista a su rostro, estaba rojo, sus ojos aún estaban llorosos, dejando salir un par de lágrimas más. Se acercó para limpiarlas, sin embargo, sintió un manotazo sobre su mano.

-No me toques... - Escucho la voz rota y temblorosa del menor, su cuerpo temblaba, y empezó a botar más lágrimas que resbalaban por sus mejillas.- Me engañaste..- Se levantó del lugar para dirigirse a la entrada.

-Pequeño, por favor..yo..lo siento, te lo quería decir, en serio.- Siguió al menor para tomar sus manos, pero la aparto rápidamente para plantar una bofetada sobre una de las mejillas de Ochoa, la zona se pintó de rojizo, ardía.

-QUE NO ME TOQUES, VOS SOS UN - No se le permitió seguir, al sentir los fuertes brazos del alfa dominante rodear su anatomía, esta vez se resistía todo lo que podía, removiéndose de un lado a otro, junto a unos golpes en los costados del cuerpo del mayor, no pudo evitar volver a llorar.

-LO SIENTO, lo siento..perdóname, sé que estuve mal..pero por favor.- Sostuvo las mejillas del argentino, que no paraba de sollozar y resistirse, sosteniendo los antebrazos de Ochoa para alejarlo de su rostro, por haber empezado a plantar varios besos en sus labios para calmarlo.- LIONEL, POR FAVOR, ESCUCHAME.

-VOS ESTABAS CASADO.
Interrumpió al dejar de sentir los labios del mexicano encima de los suyos, sintiendo sobre sus mejillas las lágrimas del mayor, que también empezaban a brotar de sus ojos cristalizados -¿¡FINGISTE TODO ESTE TIEMPO!? ¿¡ACASO SOLO ME UTILIZASTE!? - Hizo todo su esfuerzo para mantener su vista arriba a para ver a Guillermo.

-SÍ, LO HICE, pero fue antes. Y-yo..solo estaba cegado por ese momento, que lo hice de nuevo, pensé que así estaría mejor, PERO YO ME ENAMORE..¿si? - Se resistía en aceptarlo, no podía enamorarse de otro alfa, porque paso todo eso, si ya tenía una familia, con su destinada, y él era simplemente él, cuyo fue rechazado por su omega destinada y no le quedaba nada, pensando que podría tener algo con mexicano al creer que era un omega inclusive ahora que sabía que no lo era.

-Callate..callate, no te quiero escuchar, MIENTES. - Al fin logro zafarse de los brazos del alfa dominante y dirigirse lo más rápido que pudo a la entrada de la mansión.

-LIO, ESPERA. - Fue en busca de Lionel, adentrándose al lugar, antes de alcanzar al menor, sintió un fuerte golpe en su cabeza, haciéndolo caer duramente al suelo, ni siquiera logro reaccionar, mirando de forma borrosa a Messi alejarse.

El argentino, al escuchar algo caer en seco, se giró a ver atrás, no había nadie, ¿en dónde quedo Ochoa?, se acercó para mirar, sin embargo, sintió unos brazos, sostenerlo y cubrir su boca con un paño de cloroformo, hizo todo lo posible para zafarse del desconocido amarre.

-Duerme ya, amor mío. - Esa voz, la conocía, no alcanzo a ver el rostro del culpable, únicamente su vista se hizo más pesada, hasta caer inconsciente.

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Su cabeza dolía como el demonio, no paraba de dar vueltas, parpadeo un par de veces para acostumbrarse a la poca luz que había en la habitación, miro a los lados bastante confundido, tenía cinta adhesiva cubriendo su boca

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Su cabeza dolía como el demonio, no paraba de dar vueltas, parpadeo un par de veces para acostumbrarse a la poca luz que había en la habitación, miro a los lados bastante confundido, tenía cinta adhesiva cubriendo su boca. Alzo su vista al escuchar unos pasos y una figura acercarse.
-Nos volvemos a ver, Francisco Guillermo Ochoa, no debo de presentarme, ya sabes quien soy.- El mexicano frunció su ceño, aún no miraba perfectamente bien el rostro al estar en la sombra, pero su voz era clara.- Quítenle la cinta, y no intentes gritar. - Uno de los sujetos que estaba ahí, un sujeto, quito bruscamente lo que cubría su boca, haciendo que dejara salir un quejido.
- Neymar, hijo de la-, ¿no estabas detenido por intento de homicidio?- Se removió en la silla, moviendo sus manos que estaban atadas, al igual que sus piernas.
- Eso no te interesa. -Se acercó al alfa dominante, quien mantenía su rostro lleno de ira, su ceño fruncido.
-¡¿DÓNDE ESTÁ LIONEL!?, ¿¡QUÉ LE HICISTE!? - El alfa enfrente suyo dio un fuerte golpe en su mejilla y sostuvo el cuello de su camisa.
- Calmate. ¿Y yo?, ¿hacerle algo?, jamás, él está bien y lo estará mejor una vez que termine contigo, pero antes me encargaré de él. - Soltó a Ochoa, quien nuevamente se removió sobre la silla, entrando en pánico al ver como se alejaba.
- ¡NO TE ATREVAS!, te arrepentirás si llegas a ponerle un dedo encima. - No tardo en expandir sus feromonas en el lugar.
- No te preocupes, te cuidarán en lo que yo hago mío a Lionel, Son, te quedas con él, haz lo que quieras con él. - Importándole poco todas las veces que Guillermo lo insultara, salió del lugar junto al resto de personas, dejándolo solo con el sur coreano.

Dejo su cabeza caer hacia enfrente, sin poder evitar soltar un par de lágrimas, sobresaltándose al ver que su acompañante tenía una navaja, oh no.

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Nota:
Más les vale apreciar el capitulo, yo tenia un chingo de ganas de llorar alv, pero bueno, escriban el mechoa es real, ea, se les ama.

Fuera de canchaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora