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- Di Pa-pá, Pa-pá -Tomó las manitas de Matías, esperando a que repitiera lo que dijo, ya tenían un poco más de un año, al menos podría decir dos silabas por lo mucho.
- Boludo, solo tiene un año y seis meses, no esperes que te diga algo.
- Shh, lo va a lograr.

Dirigió una de sus manos a su pareja, rodeando sus caderas para que se sentara sobre una de sus piernas, volviendo a centrar su atención al cachorro encima de la mesa, metiendo a su boquita un juguete.
- Si vos lo dices. -Al intentar besar los labios de su alfa dominante, nuevamente el pequeño empezó a llorar, dirigiendo sus manitas al argentino, quien se alejo de Memo para cargarlo.-¿Qué pasa Heung?- Sintiendo como rebuscada en su pecho, tenía hambre.

-¿Tiene hambre?
- Ujum. - Se levantó del regazo de Guillermo, dirigiendose a su habitación para lactar al cachorro.
Ochoa aprovecho para tomar su teléfono y empezar a llamar.

¿Qué sucede?

-¿Cuánto más falta?

Cierto, acerca de eso, Guillermo, la deuda ya esta pagada por completo, ya no falta nada.

-¿Es todo?

Sí.

Suspiro de alivió, después de un año había logrado pagar todo al fin, únicamente necesitaba seguir consiguiendo un par de dinero más para comprar otra casa al seguir viviendo en ese lugar.
Guillermo revisó la hora, se levantó de su lugar, dirigiendose a la habitación en donde estaba su prometido.
-¡Leo!, iré por Lucciana al Kinder.
El argentino asintió a lo que dijo el alfa dominante, quien salió del cuarto, acercándose a la barra y tomar las llaves de su automóvil.

Salió del lugar, cerrandolo, se dirigió a su auto para adentrarse en el, dando marcha para recoger a su pequeña hija, de ahora cinco añitos de edad.

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Se estacionó a pocos metros del lugar, salió para acercarse a la entrada, esperando a ver a Lucciana, que pudo visualizar salir de uno de los salones, corriendo a la entrada al ver a su padre, una de las maestras le dio permiso de salir, acercándose para ser cargada por Guillermo.
-¡PAPI!
Rodeó el cuello del alfa dominante, quien le quito su mochilita para llevarla en una de sus manos, dirigiendose nuevamente al auto, sentando a la menor en la parte atrás, sentandola en su sillita y la mochila a su lado, ahora sentándose en la parte del piloto.
-¿Cómo estuvo la escuelita, Luci?
- ¡Bien!, jugamos a los quemados en el recreo, pintamos y recortamos con la maestra.

Guillermo sonrió, mirando por el espejo a su hija.
-¿Fue divierto?
- Sí, sí. -Asintió con su cabecita, sacando de su mochila su cuaderno, dandoselo a Memo. - También hice un dibujo de nosotros. - Efectivamente, era él, tomando la mano de Leo, quien sujetaba la de Luci que estaba a un lado de Matías.
-Pero que bonito..
-Era un dibujo de nuestra familia.

Ochoa mantuvo una gran sonrisa en su rostro, regresandole el cuaderno a su pequeña, quien lo guardo.
-Bueno..Luci, ya que es Viernes, te tocara quedarte con tus tíos, para que tengas una pijamada con Bella.
Lucciana sonrio en grande, gritando un poco alto un "Si", de felicidad, cada viernes del último mes se quedaban con ellos, siempre iba lista con su ropita en la mochila que le alistaba Leo antes de irse a la escuela.- Pero primero iremos a ver a alguien, ¿bien?

Su hija asintió, sacando sus colores para hacer otro dibujito en lo que su padre empezaba a conducir, antes de llegar a la escuela había resivido un mensaje de Mbappé.

Fuera de canchaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora