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El mexicano no paraba de llorar, eso fue lo peor que le había pasado en la vida, su esposa lo engañaba desde hace meses con su propio hermano, cuando nisiquiera el bebé de su vientre era suyo, cubrió su rostro para dar un par de golpes a su frente.

Aunque no había terminado de limpiar su cuerpo, no seguiría desperdiciando agua, sin poder terminar de cerrar la llave, se sobre salto al sentir unas manos pasar por su abdomen, se sentían cálidas, no dijo algo al respecto, ya que sabía de quién se trataba.

Sin protestar, siguió sintiendo como el cuerpo más pequeño se apegaba el, abrazandolo por la espalda, bajo su vista y alzo uno de sus brazos para posarlo encima de uno de los ajenos que se encontraban sobre su abdomen desnudo.

Quedando en esa posición por unos segundos, Ochoa al fin se dio la vuelta, topandose con Lionel, que mantenía una mirada baja mientras jugaba con sus deditos.

Suspiro y alzo el menton de Messi, quien se sorprendió por la acción del alfa dominante, guiando esa misma mano a su nuca, empujó su rostro al suyo para hundirse en un beso más profundo, sujetando la cintura de Lionel con la mano que tenía libre, ahora sintiendo las manos ajenas sujetar sus brazos.

Manteniendo sus labios unidos, estos empezaron a moverse de forma lenta, haciendo que los chasquidos resonaran por la habitación, Messi se alejó para tomar aire y abrir sus ojos para mirar a Ochoa aún perplejo, hasta ahora no se creía que lo había besado. Queriendo decir algo más, fue interrumpido por un beso nuevo por parte de Guillermo que con su mano sostenía su cintura.

Sintió un leve empujón por parte del alfa dominante, sintiendo el frío del azulejo recorrer su espalda desnuda, ahí siendo cuando Memo apego la mano que sostenía su nuca para apoyar su brazo a un lado de la cabeza de Lionel.

Apenas podían respirar por los besos constantes que se empezaban a tornar más calientes, ante la succión de los labios de Messi a los de Ochoa, y las lamidas que brindaba el mayor. Con únicamente los besuqueos, a Lionel le empezaba a doler su entrepierna debido a su erección no atendida.

Se alejó de los labios de Guillermo para soltar un leve gemido, Memo al percatarse de lo que sucedia, bajo su vista a ver la hombría endurecida del menor, alejo la mano de la cintura para envolver la erección en una de sus manos, escuchando un jadeo por parte del contrario ante su tacto. Formo una sonrisa en su rostro al ver la cara de Lionel con sus mejillas completamente rojas.

Alejando la mano propia, busco la del alfa para guiarla a su miembro que estaba en el trayecto de levantarse más, haciendo que Messi se sobresaltara.
-Tómalo. -Messi no reprocho e hizo lo indicado, sosteniendo el duro pene de Guillermo con una de sus manos. Nuevamente, la mano de Memo se encontraba sobre la pared, apegando sus cuerpos, y por ende haciendo que sus erecciones choquen.

Ochoa, sin esperar algo más, empezó a estimular la hombría de Messi, quien empezaba a temblar debido a la excitación, posando su mano libre en el pecho de Guillermo, hizo lo mismo con la erección ajena, el rostro del mayor estaba cerca del suyo, lo suficiente para que sus narices rocen y sus alientos se mezclen, soltando unos gemidos y gruñidos al uniso.

El mayor apretaba ligeramente la erección, pasando su dedo pulgar por el glande y hacer presión en este.
-¡Ahg-ah~.! -Messi ahogó un gritó, arqueando su espalda, su cuerpo se estremeció por repentina acción, percibiendo el rostro ajeno acercarse a su oído.
-¿Te gusta cómo lo hago? - Lío sintió que se iba a morir en ese momento, con tan solo escuchar la grave voz de dominancia del alfa, se corrió en su mano.
-Buen chico.. -La respiración del menor era desesperada, recargo su cabeza en el azulejo tratando de tranquilizarse.

Fuera de canchaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora