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10/07/23

Una vez cerro la puerta, cuando aquella pareja salió, golpeo su frente en la puerta un par de veces.

Me lleva la- — Se arrepintió instantáneamente al tener otra criatura en su casa, al haberle devuelto el favor a Javier por haber cuidado a Lucciana, ahora teniendo que cuidar de Bella, la pequeña que habían adoptado hace unas semanas. Ahora él estaba a cargo de ambas, para no darle más peso a Leo con el tema del recién nacido que necesitaba del menor.

Mientras la hija de Guillermo, se acercó a él para tomar una de sus manos.
— ¡VAMOS PAPI!, debes de estar en nuestra fiesta de té.
— No puede ser..— susurro en bajo mientras era casi arrastrado por Luci a la sala, que estaba repleta de sus juguetes y algunos cuantos del bebé, fue sentado en el sofá por la menor, quien le dio una taza vacía, iba a probar aire. — ¿De qué es él té? — meneo con sus dedos el pequeño vasito que perfectamente cambia en la palma de su mano.

De té. — hablo de forma obvia su hija, sentándose sobre las sillitas de la mesa, tomando una taza vacía, mientras colocaba un plato de plástico con un pan del mismo material enfrente de ella.

Vaya, mi favorito.— Lucciana se acercó a su padre para darle el plato con el pan de dulce que estaba hecho de plástico, ¿no tenían imaginación para hacer mini sándwiches comestibles para ofrecerle al menos?
— Gracias, preciosa.

Su pequeña hija asintió, volviendo a la mesita, para "platicar" con Bella, que apenas y le ponía atención, apenas y sabía caminar, tan solo abrazaba un osito de peluche que había encontrado por ahí tirado, por el cansancio que tenían ambos alfas por el asunto del cachorro, ni siquiera tenían energías para acomodar las cosas.

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Juraba que quería dormirse, pero sabía que si lo hacía, despertaría con un maquillaje realmente lujoso por parte de Luci, que ya le había puesto una corona sobre sus rizos. Le daba demasiada flojera levantarse, tan solo cuidando con su vista a las pequeñas niñas que habían cambiado de juego a las princesas, revisando de forma constante su teléfono, porque su prometido estaba en la planta de arriba con el bebe, al haberle dado de comer hace poco, debía de estar atento para cuando el cachorro hiciera sus necesidades, y cambiarlo para volverlo a dormir, aunque posiblemente Lio también se halla quedado dormido.

— Luci, iré a ver a tu papito, tengan cuidado al jugar, volveré en seguida. — Se levantó del sofá, estirándose al haber estado un buen rato sentado, subió las escaleras, revisando la habitación que compartía con Lionel, estaba vacía, entonces se encontraba en el cuarto del bebe, ahí lo encontró sobre una mecedora, en donde mini Memo aún estaba en busca de su leche, sin embargo, el alfa se había quedado dormido.

Guillermo formó una sonrisa, tomando al cachorro entre sus manos para hacerlo eructar, terminando por acostarlo en la cuna, regresando su vista al menor que se había removido, Ochoa tomo par de paños húmedos para limpiar uno de los pechos de Leo, por último, acomodo la camisa su camisa. Se inclinó para cargar el cuerpo del alfa, haciendo lo posible para no despertarlo, sosteniendo al argentino en sus brazos para llevarlo a la cama para que siguiera durmiendo.

No te vayas..— escucho la voz adormilada del menor, regresando para recargar una rodilla en el colchón.
Debo cuidar a Luci y a Bella, cariño, tú sigue durmiendo, te amo. — Aparto unos cabellos de la frente de Leo para dejar un beso, acariciando su mandíbula.— je t'aime mon amour. — Se inclinó para plantar otro beso en los labios de Andrés, quien formo una leve sonrisita.

Fuera de canchaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora