Creel

8 0 0
                                    

-Te amo, Creel.

Siento como mi corazón da un pequeño salto. - ¿Qué dijiste?

-Que te amo, te amo con todo mi corazón.

Sonrío ante sus palabras, pero pronto esa sonrisa se esfuma. - ¿Por qué no dices mi nombre? ¿Por qué para estas cosas siempre me llamas Creel?

-Porque siento que si te digo Ania o Catalina realmente no te estoy hablando a ti, Creel es mi manera particular de llamarte, sin contar con que es la forma de identificar al amor de mi vida.

-Eres un fantoche, claro que no. Muevo la cabeza de lado a lado y me concentro en el rio frente a mí.

Con una de sus manos toma mi barbilla y me gira hacia él acercándose hasta que une sus labios con los míos, pasa un rato antes de que me suelte y un poco más antes de que se aleje. -No soy un fantoche, solo digo la verdad, Ania, te amo.

Un escalofrío me recorre completa y siento como una enorme sonrisa crece en mi rostro. Lo veo acercarse nuevamente y empieza a darme pequeños besos en todo el rostro, haciendo que una leve risa se escape de mi garganta. - ¿Por qué nunca me crees cuando te digo que te amo?

-No es que no te crea, es solo que lo dices con tanta facilidad y soltura que siento que juegas conmigo.

Se queda serio por unos segundos, cubre mi rostro con sus manos, me acerca a pocos centímetros de él y me observa por un buen rato. -Desde hace más de doce años he estado enamorado de ti, desde hace más de cinco te he amado y desde hace poco más de un año tengo la libertad de decírtelo cuanto quiera sin problema alguno o sin miedo a que eso te haga alejarte de mí, ¿Qué te hace pensar que es una broma?

-Es que yo... yo pues... yo...

Coloca su pulgar en mis labios y me hace callar mientras mueve la cabeza de lado a lado con una mirada tranquilizadora fija en mí. -Yo no espero que me contestes con la facilidad con la que yo te digo esto, conociéndote como lo hago, no necesito que me digas que me amas para saber que lo haces, de no ser así no estarías conmigo, pero aquí te tengo y no pienso dejarte ir.

Acabo con la distancia entre nosotros y ahora soy yo quien lo besa por un momento, hasta que pongo mis manos en su rostro y lo alejo lentamente viéndolo a los ojos. -No sabes cuanto te quiero.

Veo como una sonrisa aparece en su rostro y cubre mis manos con las suyas. -Odio cuando haces eso.

- ¿Qué cosa?

-Desarmarme de tal modo que quedo rendido ante ti con solo unas cuantas palabras.

El rubor sube a mi cara y bajo la cabeza lentamente hasta que siento sus labios en mi frente, odio que haga eso, siempre me quedo sin que decir cuando lo hace. -Es hora de volver Creel.

Se pone en pie y me ofrece una mano para que me levante, la tomo y tiro de él hacia abajo, hasta que cae de rodillas frente a mí. Nos vemos a los ojos por un momento, pero ninguno de los dos se mueve hasta que él se deja caer completamente. - ¿Qué más quieres de mi ahora que estoy literalmente arrodillado a tus pies?

Su voz suena noble y respetuosa, pero a la vez algo divertida, una dulce sonrisa aparece, pero se va poco después al darse cuenta de mi seriedad. -Sam, mandé mi solicitud de ingreso para el programa de pasantía.

Su cara y todo rastro de felicidad desaparecen instantáneamente. Durante las últimas semanas un tema recurrente entre nuestras conversaciones era precisamente mi ingreso a la convocatoria de "Pasantía e Inmersión en el Mercado Extranjero" el mismo comité que creó el programa por el que ahora estoy estudiando aquí y no en Balear, ha decido lanzar un nuevo programa, en el cual te enviarán por un año a una empresa donde se ejercerán las habilidades adquiridas en el aula y se pondrán en práctica todos los conocimientos que mínimamente debe tener un buen profesionista. Desde el momento en que se lanzó la convocatoria quise inscribirme, pero primero debía plantearles la propuesta a mis padres, después de todo sigo bajo su tutela y son ellos quienes pagan mis estudios, que aceptaran no fue complicado, el problema se presentó cuando se lo comenté a Samuel, al parecer la idea de separarse de su novia por un año, a poco tiempo de por fin lograr que fuese su novia no le encantaba. En realidad, sé que la idea no le desagrada por completo, quiere verme triunfar, pero incluso a mí me molesta un poco el tener que irme un año y no verlo durante ese tiempo.

Aun así, lograr entrar en este programa sería... simplemente increíble, para mi currículum sería un adicional sin precedente. Durante semanas estuve viendo posibles empresas a las qué asistir en caso de ser aceptada, donde me gustaría pasar ese año y donde había posibilidades de seguir estudiando literatura para que no afectase mi tiempo de titulación y aunque Samuel nunca me pidió que no me postulara, tampoco me dijo que lo hiciera, así que en un ataque de valor llené la solicitud y la envié.

Su cara sigue sin expresiones, lo que en este momento no se si es bueno o malo. - ¿Cuándo te postulaste?

Clava sus ojos en los míos y no puedo evitar desviar la mirada, sé que la respuesta no le va a gustar en absoluto. -Hace un par de días.

- ¿Un par de días?

Su voz más que molesta suena triste y un poco decepcionada, haciendo que la culpa me invada y afianzando mi vista hacia la nada o cualquier punto que no sea él. -Catalina...

Él nunca me llama simplemente por mi nombre, no lo hagas, eso solo me hace sentir peor. Siento como coloca su mano en mi barbilla y gira mi cabeza para quedar de frente, pero no quiero verlo, siento que no puedo, así que bajo la mirada y la clavo en el suelo. -Catalina...

Levanta mi barbilla y aun cuando intento evitarlo es imposible no verlo, aunque la vista que me recibe es totalmente diferente a lo que creí que encontraría. Una mirada triste con una sonrisa orgullosa me toma por sorpresa.

-Deseo de todo corazón que te acepten en ese programa, no solo eres mi novia, sino también una de las personas más importantes de mi vida y que te ocurran cosas buenas siempre va a ser uno de mis más grandes deseos, sé que nunca te dije que te inscribieras, pero no era porque no quería que te fueras, sino que no quería que sintieras la presión de hacerlo, sabía que lo harías tarde o temprano porque es parte de tu esencia, pero la decisión debía ser solo tuya, no niego que cuando te acepten y te alejen de mi por todo un año la voy a pasar fatal, pero somos fuertes y mi amor por ti no va a disminuir ni se derrumbará por la distancia, por el contrario sé que superaremos esta prueba y nos volveremos aún más fuertes.

Siento como las lágrimas empiezan a correr por mis mejillas y como las limpia suavemente sin dejar de verme a los ojos. -Siempre, escúchame bien, Ania Catalina, siempre te voy a apoyar, no importa en qué, si eso te hace feliz, cuenta conmigo, he esperado décadas por ti, casi literalmente, un año será pan comido, lo que realmente me duele es que hayas enviado esa solicitud hace un par de días y te tomase todo ese tiempo decírmelo, perdóname si te hice creer que no te apoyaría.

Lo abrazo y muevo la cabeza de lado a lado. -No sabía cómo decírtelo, tu falta de respuesta y emoción ante mi entusiasmo cuando te conté del programa me hicieron creer que te molestarías y quería pasar la mayor cantidad de tiempo feliz contigo...

Siento como me acerca más a él y refuerza su agarre. -Siempre pensando de más y creando historias que no pasarán, tan mía y tan tú, siempre libre y siempre volando alrededor, te amo Catalina, perdóname por estos dos días de sufrimiento, porque estoy seguro de que, en lugar de pasarlo bien te torturaste pensando en cómo reaccionaría.

Una risa ahogada se escapa de mi garganta, sigue siendo él, después de todo este tiempo sigue siendo ese niño que tanto me conoce, ese que sabe todo de mi aun sin que tenga que decirlo, y yo sigo dudando en muchas cosas, de lo único que si estoy segura es de que lo amo, realmente lo amo, con él todo es simplemente mejor. -Perdona por...

Me abraza un poco más fuerte y me aleja para verme a los ojos. -Nunca pidas perdón por ser como eres, así eres perfecta para mí.

Siento como el calor sube a mi cara y sonrío sin poder controlar el tamaño de mi sonrisa, haciendo que él también sonría. Se acerca a mí y besa mi frente por unos segundos, se pone en pie y me sujeta de las manos para que haga lo mismo. -Si no volvemos antes del anochecer tu hermana no nos dejará salir en un buen tiempo. 

Siempre a veces es muchoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora