Feliz Navidad

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-Aquí está bien Juntean, gracias.

- ¿Le gustaría que la acompañe?

-No gracias, quiero despejar la mente, solo caminaré un rato y vuelvo, ¿te parece?

-Claro señorita.

Empiezo a caminar por el que se ha convertido en mi pequeño bosque favorito, es tan silencioso y agradable, el aire frio del ambiente se siente sacado de una película y la tranquilidad es justo lo que más necesito en este momento.

Mañana por fin es la gran gala navideña de los Gunoela y la preparación de este evento fue más pesada de lo que creí, con cada nueva indicación Cástor se volvía más exigente y después de la revisión general de ayer, terminar de pulir todo hoy se volvió casi imposible, sumado a que la versión empresaria/empleador de Cástor es tan exigente como se esperaría del heredero de la dinastía Gunoela, es tan serio con su trabajo que es difícil creer que sea el mismo Cástor que veía antes de la llegada de su familia.

Llego a un pequeño lugar donde hay espacio suficiente para hacer un picnic y me siento sobre el pasto para dejarme llevar por el paisaje.

Ha sido la semana más larga de mi vida, aún más que cuando debía entregar proyectos finales para ambas escuelas y no descuidar mis labores en la oficina. Me dejo caer sobre el césped y siento el fresco contacto de la hierba con mi espalda, perdiéndome en la paz y tranquilidad del lugar hasta que cierro mis ojos y me dedico solo a escuchar el ruido natural.

-Eres la persona más confiada del mundo ¿verdad?

Abro solo uno de mis ojos para ver a Cástor de pie a mi lado y vuelvo a cerrarlo para no perder la tranquilidad. -No hay nadie en la zona y siempre que vengo está solo, ¿Por qué habría hoy de ser diferente?

Escucho como exhala cansado y después se sienta a mi lado. - ¿Por qué te gusta tanto este lugar?

-Me recuerda a casa, un poco al parque de las Calandrias supongo.

- ¿Extrañas Duzner?

-Extraño a mi familia, un poco menos desde que llegaste y un poco más desde que llegó tu familia.

Las palabras salen de mi boca sin siquiera detenerme a pensarlas, pero tampoco escucho respuesta de su parte así que continuo como estoy.

-Mañana es navidad corderito.

-Mmm aja.

-Mañana es la gala.

-Lo sé, lobito, yo ayudé a organizar ese evento.

-Catalina...

-Dime.

-Catalina, tu... ¿me harías el honor de ser mi pareja mañana en el baile de apertura?

Abro los ojos y giro la cabeza en su dirección, me ve fijamente y luce, a mi parece un poco nervioso, así que me siento para verlo más a su altura. -Yo... no veo ningún problema en hacerlo... pero déjame consultar con Samuel ¿te parece? Sé que aceptará, pero no quiero que la noticia en los medios lo tome por sorpresa.

Asiente lento y veo como un peso escapa de sus hombros al tiempo que gira y toma un par de vasos que hasta ahora noto estaban a su lado, ofreciéndome uno. -Es chocolate.

Lo tomo sonriendo y le doy un largo sorbo, está delicioso. -Gracias.

Me quedo viendo a la nada mientras él hace lo mismo, hasta que una no tan disparatada idea se me viene a la mente. -Cástor...

-Dime.

- ¿Mandaste a Juntean a casa?

Una enrome sonrisa se dibuja en su rostro y eso solo hace que tenga la respuesta antes de que hable. -Claro que sí corderito, ¿esperabas que estuviese esperándote solo en el frío cuando claramente yo iba a llevarte de regreso?

Siempre a veces es muchoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora