Una cena

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-Buen día.

-Buen día Ania, ¿hoy si comerás conmigo?

Sonrío moviendo la cabeza de lado a lado, aun cuando no es pesado, hemos convivido bastante y creo que nos estamos convirtiendo en buenos amigos, después de todo es mi compañero de trabajo y la persona con la que más trato en esta ciudad sin contar a Dora y Juntean, lo que sí debo admitir es que Soleil es insistente, quiere conocerme mejor, sería bueno que yo también sepa cómo es él y no creo poder aplazarlo más, las últimas semanas han sido muy largas, creo que merezco un momento de diversión, mi primer evento fue todo un éxito eso amerita festejar.

-Mis horas de comida las aprovecho para encargarme de otras actividades, pero si quieres podemos ir a cenar, eso es más factible para mí.

-Con tal de que me aceptes la salida, no me importa si es comida, cena o desayuno.

Su voz suena como la de una dama en apuros y se desliza en su silla de manera dramática, pero después gira un par de veces con una sonrisa de victoria en el rostro. -Vas a tener que avisarle a tu perro guardián que hoy no será necesario que venga por ti.

El tono de su voz combina perfecto con la expresión de su rostro y no es para menos, es más que obvio que Soleil no es del agrado de Juntean y viceversa, pero es algo en lo que no quiero involucrarme. -Claro, claro, pero no es un perro guardián, es mi...

- ¿Empleado? ¿Chofer? ¿Guardian? ¿Cómo les dicen en tu país?

Su sonrisa crece un poco más y prefiero regresar a mi trabajo. -Cállate ¿quieres? Juntean es mi amigo, no lo molestes.

Mi voz es alegre, pero sería al mismo tiempo lo que lo hace mover la cabeza de lado a lado por un momento. -Como digas, pero avísale que hoy no tiene que venir.

Lo veo unos segundos con los ojos entrecerrados, suficiente para que dé un par de giros más en su silla y vuelva a su trabajo, así que yo hago lo mismo.

Las horas pasan rápido, entre la organización del siguiente evento y la junta con Dumbelig para que todo esté claro, en un parpadeo ya es hora de ir a comer, tomo mis cosas y estoy a punto de irme cuando lo escucho. -No olvides avisarle a tu... no olvides avisar.

Bajo a recepción y veo a Juntean en la acera esperándome. -Buenas tardes Juntean.

-Buenas tardes, señorita, ¿nos vamos?

-Sí, claro.

Comemos tranquilos y al terminar me voy a la biblioteca como se ha vuelto costumbre, es la mejor manera de adelantar trabajos y proyectos, pero el tiempo pasa volando y sin pensarlo escucho como tocan a la puerta. -Adelante.

Veo como se abre la puerta y una sonriente Dora entra confiadamente. -Ya es hora señorita, Juntean la espera abajo.

-Gracias Dora, en un momento voy.

-Claro señorita, con permiso.

Dora se retira en silencio mientras ordeno todo para salir. Tomo mi bolso y me voy directo al estacionamiento donde Juntean ya está esperando tal como Dora dijo. El camino de regreso es tan tranquilo como siempre.

-Que tenga una buena tarde señorita, nos vemos a su salida.

Sonrío por un momento, hasta que recuerdo que hoy no regresare a casa con él. -De hecho, hoy no será necesario que venga por mí, Soleil me invitó a cenar y él me llevará a casa después, así que no debe preocuparse, ¿vale?

Se queda serio por un momento, pero se limita a hacer una leve reverencia. -Como ordene, señorita.

-Gracias.

Siempre a veces es muchoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora