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En cuanto la puerta de la mansión Salvatore fue abierta por Damon, entré de inmediato, ignorandolo, y me dirigí al salón.
— ¿Dónde están? — pregunté de inmediato a Stefan, preocupada.
Hace unos minutos me había contactado para decirme que la linda y rara amiga de Jeremy, Anna, había secuestrado a Elena y Bonnie, ya que al parecer, ella también era una vampiro que quería abrir la tumba.
¿Acaso ya nadie es normal en este pueblo?
— No lo se. — suspiró.
Yo también suspiré, frustrada. Estaba muy preocupada, no quería que nada le pasará a mis amigas.
Fue en ese momento cuando el teléfono de Stefan comenzó a sonar. Solté un suspiro de alivio al ver el nombre de Elena en la pantalla.
El castaño contestó la llamada y puso el altavoz para que yo también pudiera escuchar.
— Elena, ¿Estás bien? — preguntó Stefan.
— Ella está bien, por ahora. — la voz de una chica desconocida habló y ya no estaba tan aliviada al deducir que debía ser la famosa Anna— Dame el grimorio y seguirá bien.
Stefan y yo nos miramos entre si, sabiendo que el grimorio ahora estaba en manos de su psicótico hermano.
— Lo conseguiré. — aseguró el castaño.
— Osea que tú hermano lo tiene. — dedujo Anna y yo suspiré— Yo tengo a una de las brujas, aunque me falta la otra y se que tú la tienes. Así que alguno me verá en la plaza central en media hora para discutir lo divertido que será trabajar juntos.
Dicho esto, cortó la llamada.
Stefan miró a sus espaldas y fue ahí cuando me di cuenta que Damon estaba con nosotros. Rodé los ojos al verlo.
— Adelante, rueguenme. — ironizó— Oh, esperen. No me interesa.
— Vete a la mierda. — espeté. El sonrió cínicamente y se fue.
En cuanto escuché la puerta de la casa cerrarse, hablé.
— Vamos con Sheila. — sugerí y el frunció el ceño— Ella puede hacer un hechizo localizador. A mí probablemente no me funcionará, la necesitamos.
El asintió de inmediato y juntos fuimos a la casa de la bruja Bennett. Toqué la puerta varias veces, algo impaciente.
— ¿Qué pasa, niña? — abrió la puerta y elevó una de sus cejas al ver a mi acompañante.
Ella me miró, notando mi preocupación y preguntando con la mirada que es lo que pasaba.
