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No logre dormir en toda la noche. La escena de lo que había pasado con Stefan en casa de Elena se seguía repitiendo una y otra vez en mi cabeza, como si fuera una grabadora. Aún no podía entender lo que había hecho, pero luego de eso me había sentido bastante rara, como si algo dentro de mi hubiera cambiado, como si hubiera algo más, pero no sabía que era.
Por suerte, esa rara sensación de poder en mi interior había desaparecido con el paso de las horas, pero mi miedo solo había aumentado.
Luego de ducharme y arreglarme, caminé hacía la escuela, pues ese día el equipo de fútbol americano jugaba y el equipo de porristas presentaría la coreografía. A pesar de ya no seguir en el equipo, había tomado la decisión de ir para apoyar a mis amigas y hermano, pues este último jugaría en el partido.
Al llegar me enteré de que Elena también había dejado el equipo de porristas, por lo que ahora estábamos juntas entre todo el gentío escuchando las "motivadoras" palabras del maestro Tanner.
— Oye, ¿estás bien?, ayer te veías algo pálida cuando te fuiste. — comentó Elena.
Por instinto, mi mirada se desvío hacía Stefan, quien estaba con los demás jugadores del equipo y, para mi sorpresa, también estaba mirándome, logrando cruzar nuestras miradas. Inmediatamente volví mi vista a Elena, quien aún tenía una mirada preocupada.
— Estoy bien, fue solo que Matt me había mandado un mensaje pidiendo mi ayuda. — mentí. Odiaba mentir. Sobre todo a Elena, pero, ¿Cómo podía explicar lo que había pasado esa noche? no había otra solución.
De pronto, unos fuertes gritos llamaron la atención de todos los presentes, incluyéndonos. Elena y yo nos acercamos para ver que sucedía y nos dimos cuenta de que dos chicos estaban peleando a golpes. Jeremy y Tyler.
— ¡Ya basta! — intentó interponerse Stefan, pero justo en ese momento Jeremy tomó un pedazo de vidrio que había en el suelo y quiso atacar a Tyler, pero este se corrió y terminó atacando a Stefan, cortando la palma de su mano.
Noté como en la mano del Salvatore se formaba una profunda herida que no se veía nada bien. Elena se acercó a el, preocupada, e intentó revisar la herida, pero en cuanto Stefan abrió su mano, el corte había desaparecido.
Fruncí el ceño, confusa. Estaba segura de haber visto un profundo corte.
— Pero... Yo vi... — murmuró Elena.
— Viste mal, era sangre de otra persona. — intentó convencerla el castaño.
Desvíe la mirada y vi a mi hermana a unos metros, por lo que decidí acercarme, pues sabía sobre extraña relación que tenía con los dos chicos que se habían peleado.
