¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mi respiración era agitada, mis pasos acelerados hacían ruido al correr por el suelo de la casa. Subí las escaleras con desesperación, tratando de seguirlas indicaciones de mi hermana mayor y encontrar un escondite.
El piso era resbaloso gracias a la gran cantidad de sangre que había en el. Las lágrimas empapaban mis mejillas mientras trataba de no sollozar para que el no pudiera escucharme.
Mi hermana había dicho que tenía que estar en silencio y esconderme o el me encontraría y mi destino sería igual que el de mis otros hermanos. Yo no quería eso, tenía mucho miedo.
— Allison...
Escuché su horrible voz y el pánico me recorrió todo el cuerpo. Me escondí en mi habitación, debajo de mi cama, haciéndome bolita y tratando de no hacer ningún ruido.
Tengo miedo, tengo miedo, tengo miedo.
Pude ver unos pies entrando a la habitación y cuando ví como dejaba huellas de sangre mientras caminaba, supe que era el. Mi cuerpo empezó a temblar y contuve la respiración.
— No puedes esconderte de mi, hermanita.
Solté un grito cuando el levantó la cama con brutalidad y la tiró hacia el otro lado de la habitación, destrozando los demás muebles en el proceso, dejándome al descubierto.
Yo solo cerré los ojos mientras me abrazaba a mi misma y esperé lo peor, pero lo único que sentí fue una mano acariciando mi rostro.
— Oh, hermanita, no quiero hacerte daño. — murmuró y yo abrí mis ojos con cuidado, mirando su rostro cubierto de la sangre de mis hermanos con temor— No a ti. Después de todo, somos iguales...
Desperté de un salto, mi respiración era acelerada y mi corazón latía rápidamente.
Miré a mi alrededor y me tranquilice al ver que estaba en estaba en la sala de espera del hospital, en dónde me había quedado anoche.
Maldita pesadilla.
— Ali, ¿Estás bien? — preguntó Matty a mi lado, preocupado.
Yo suspiré y asenti, aún recuperándome de ese horrible sueño.
— ¿Recuerdas esa pesadilla que tenía de niña? — murmuré y el frunció el ceño, pero asintió— Bueno, pues al parecer la estoy volviendo a tener. Es la misma, solo que creo que cada vez avanza más, no sé cómo explicarlo.
— Que extraño... — dijo y yo asenti.
— Si. — fue entonces cuando recordé el por qué estaba aqui— Oye, ¿solo estuvimos nosotros aquí toda la noche?
Anoche, antes de que Stefan hubiera tenido que irse para cuidar a Jeremy por no se que cosa que había hecho y al parecer me quedara dormida, Elena, Bonnie y Damon habían estado aquí y en un momento de desesperación Bon y yo le pedimos a Damon que le diera su sangre a Caroline para curarla, porque ni siquiera los doctores sabían si podría sobrevivir.
