01; Forra

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Madrid, España.
Clara—.

—¿Clara?

Es lo primero que dice él apenas le atiendo la llamada. Ni escuchar su voz puedo.

—¿Que pasó?—respondo mientras dejo a mi hijo recién dormido en su cuna.

Después de varios segundos en silencio responde, justo cuándo pensaba en cortarle, justo.

—¿Cuándo puedo ver a Bas? ¿Cómo vamos a hacer, vos lo traes o yo lo voy a buscar?

Ruedo los ojos cansada de sólo escucharlo, mi papá le dijo muy clarito ayer cómo iban a ser las cosas de ahora en más, no se porqué pregunta otra vez. Parece que lo hace a propósito.

—Pasado mañana.

—¿No puede ser hoy o mañana?

—No.

Otro suspiro más de su parte.

—¿Vas a ser así de forra siempre?

Sí.

Rodrigo es el papá de mi hijo. Con él ahora tenémos un vínculo complicado, sólo nos une Bastián y hablamos sólo por él.

Nosotros empezamos siendo noviecitos desde muy chiquitos, fuimos novios desde que yo tenía once años y Rodrigo catorce, a lo que fuimos creciendo la relación fué más seria ya que íbamos madurando con el tiempo. Él cumplió su sueño de ser futbolista debutando en Racing y después se le dió la oportunidad de jugar en Europa, yo lo acompañé ya que al trabajar de chiquita cómo modelo tenía más oportunidades allá. Todo fué hermoso, cómo fueron todos los años que estuvimos juntos, era la relación ideal, incluso el año pasado me pidió casamiento y le dije que sí, a los poquitos meses nos enteramos que estaba embarazada. Fué una de las noticias más sorpresivas por que ambos eramos jóvenes todavía pero fué más la felicidad por que sabíamos que algún día tenía que llegar ese bebé después de tantos años juntos.

Seis meses recién cumplidos de embarazo llevaba, todo iba super bien, ya teníamos todo listo para recibir a nuestro hijo, con Rodrigo iba todo perfecto hasta que un viernes después del partido Atlético de Madrid - Real Madrid, dónde se jugó en el Bernabéu y el equipo de Rodrigo goleó y ganó, me llamó la que fué mi mejor amiga por mucho tiempo, Camila. Diciéndome textuales palabras:

Clara, Rodrigo te está cagando conmigo desde que me mudé acá, desde antes de que quedes embarazada y estando embarazada sigue cagandote conmigo. Te lo digo por que no aguanto más está situación de mierda de ser la segunda en todo, de ser la pelotuda que se tiene que esconder para poder estár con él, de ser a la que usa cuándo se le da la gana. No aguanto más ver que te dedica los goles a vos, que vive publicando fotos tuyas, de ustedes dos o del bebé cómo si yo no existiera en su vida. Estoy cansada de fingir ante vos y ante todos que no estoy enamorada de él cuándo si lo estoy, quiero estár con él y no me importa nada, no me importa que seamos mejores amigas, no me importa que estén comprometidos, no me importa que tengan un hijo, ya no me importa, yo solo quiero estár con él por que estoy tan enamorada que hasta me duele.
Necesito que me entiendas, que no me juzgues, por favor. Clara yo te quiero por que sos mi mejor amiga, pero estoy enamorada de Rodrigo y estoy con él a escondidas hace mucho”

Al escuchar eso corté la llamada, no necesitaba más, ni siquiera un hola me había dicho. La información era tanta que tuve que tratar de relajarme para poder entenderla bien.

Mi novio de años me estaba cagando con mi mejor amiga, no era difícil entenderlo pero en su momento si lo fué. Pareció cómo si me hubieran abierto el pecho y me hubieran arrancado el corazón con las manos, me dolía el pecho, me dolía la cabeza, me dolía el vientre, me dolía hasta el corazón e incluso creo que hasta más que eso, si es posible. Estuve una hora completa sentada en el sillón sin entender nada, sin entender ni una sola palabra de todas la que me había dicho Camila, no podía entender el porqué, en que momento, cuándo, dónde; Eran tantas las preguntas que sentía a mi cabeza pedirme por favor que pare. No podía, no podía asimilarlo, no quería.

Lo único que me salió hacer fué llamar a mi familia y decirle las mismas palabras que Camila me dijo. En menos de diez minutos ya tenía a mi hermano en la puerta de mi casa ya que es mi unico familiar que vive en Madrid. Lo primero que hizo fué abrazarme y en ese abrazó recién caí en todo lo que Camila confesó y se me rompió el corazón por primera vez en mi vida. Hablé con mi hermano, le conté otra vez, me consoló otra vez, agarré toda mi ropa y un poco de la de mi hijo, subimos todo a su camioneta, a la mía también y nos fuimos. No dejé ni una sola prenda mía en la habitación, sólo quedaron las cosas de Rodrigo y una que otra de Bastián, se notaba mucho, la habitación quedó muy vacía y rara.
Le dejé la llave de la casa y el anillo de compromiso arriba de la mesa sin importarme nada.

Lo bloqueé de todos lados existentes a él y a Camila. Todo lo que tenía relacionado a él o que teníamos juntos lo cancelé y deseché. Tarjetas de crédito, cuentas bancarias, contraseñas, contratos y más.

Con mi hermano sacamos un pasaje de avión y ese mismo día nos fuimos a Buenos Aires, a casa de mis papás, ni siquiera toqué la casa que ambos tenemos en el mismo country dónde viven mis papás y los suyos.

La reacción de él no tardó en llegarme a los oídos, algunos amigos que tenemos en común me contaron que cuándo llegó a casa al terminar el partido se volvió loco, no podía entender cómo me había enterado, se volvió realmente loco y más al ver que no estaba en casa y le dejé las llaves junto conel anillo de compromiso sobre la mesa. Me buscó hasta por debajo de las piedras ese día, fué a casa de todos nuestros amigos a buscarme pero fué en vano. A la semana viajó a Buenos Aires y fué a nuestra casa a buscarme y cómo no estaba fué a la de mis papás, pero yo por suerte no estaba esos días ya que viajé a Uruguay con Mina, una amiga. Después de eso pedí que no me contaran nada más sobre él, no quería saber nada, no tuve más contacto con él ya que por su parte no tenía por dónde contactarme si estaba bloqueado por todos lados e incluso cambié el chip. 

Todo transcurrió medianamente bien, hasta que cumplí los nueve meses y semanas, estaba apunto de tener a mi hijo. Después de tantos meses por fin lo iba a tener en mis brazos, no iba a sentirme más sola.

Les dije a todos que ni siquiera le iba a avisar cuándo nazca mi hijo, pero mis papás me convencieron de que por lo menos le avise a su familia, no necesariamente a él. Asi que dejé que ellos lo hagan, yo no quería relacionarme con nadie de su entorno. Vinieron todos incluyendo a Rodrigo desde Madrid a Buenos Aires por el nacimiento de mi hijo, ya que decidí que nazca en Argentina. No los ví en ningún momento, no dejé que pasaran a verme, demasiado con que les había avisado. No dejé que Rodrigo pasara al parto, según mis papás él no estuvo de acuerdo y se puso muy mal al saber la noticia, insistió en que me hagan cambiar de opinión por que él es el padre pero la decisión ya estaba tomada, no lo quería ahí. No iba a estar cómoda estando con él, no quería pasar malos ratos así que preferí evitarlos.

Cuándo nació mi bebé dejé que lo vean pero en otra habitación, sin que yo los vea a ellos.
Al mes del nacimiento volví a Madrid y mi familia se fué conmigo por suerte, me mude de casa y ahí formé mi nuevo hogar con mi hijo y temporalmente con mis papás. Mi hermano también se mudó de edificio para estár más cerca de los dos.

Ayer después de cuatro meses de vida de Bastián, mis papás volvieron a Buenos Aires, por lo cuál ahora estamos los dos solos ya que mi hermano también se tuvo que ir por trabajo y ahora yo me tengo que encargar de que Rodrigo pueda ver a su hijo, cosa que en estos cuatro meses lo hicieron mis papás o hermano y desde el día de la llamada de Camila no he vuelto a ver Rodrigo, cosa que en estos días tengo que hacer.

Lo tuve que desbloquear de las llamadas y de WhatsApp por el bien de mi hijo, ¿si no cómo voy a saber si está bien con el estúpido que le elegí de padre?

Parece una pesadilla la vida que llevo ahora comparada a la que tenía antes.

Bastián; Rodrigo de PaulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora