03; Ni siquiera

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Sevilla, España.
Clara—.

—¿Me podés explicar por que mierda están Bastián y vos en Sevilla? Me tendrías que haber preguntado si estaba de acuerdo en que el nene salga de Madrid, soy el padre Clara.

Trato de no poner mala cara y le acomodo el protector auditivo a mi bebé que duerme plácidamente en los brazos de Maria.

Faltan menos de cinco minutos para que empiece el partido del Real Madrid - Sevilla.
Estoy sentada en las tribunas junto a los padres de Marco que me preguntan cada dos segundos si necesitamos algo Bastián o yo, incluso Maria, la madrastra de Marco, insistió en tener en brazos a mi bebé. Todo era un ambiente muy cálido y lindo hasta recién que Rodrigo me llamó.

Me disculpo con ellos y camino hacía dentro del palco dónde no hay nadie, me incómoda el hecho de hablar por teléfono frente a ellos.

—Te estoy hablando Clara, responde por que se trata de nuestro hijo—vuelvo a escuchar la voz de Rodrigo.

Alejo el celular y suspiro, cuento hasta tres repetidas veces para no mandarlo a la mierda por que ganas no me faltan.

—Explicaciones no tengo por que darte y mucho menos preguntarte si puedo sacar a mi hijo de la ciudad o no.

No pierdo la paciencia, no piedo los estribos.
No quiero alterarme más por que si me altero voy a explotar y voy a decir todas las cosas que tengo guardadas hace tiempo y no quiero eso, no quiero perder la compostura que tanto me cuesta tener.

—Sí, explicaciones me debes. Soy el padre y aúnque ahora no lo quieras así, es mi hijo también, es nuestro hijo, por lo tanto las decisiones las tomamos entre los dos cómo los adultos que somos. Yo te respeto a vos,  respeto tus derechos y condiciones, vos respetame a mi y a mis derechos.

Mira si yo voy a respetar a una persona que siempre me faltó el respeto hasta estando embarazada de su propio hijo. Jamás.

—Yo a vos no te debo ningún tipo de respeto, explicación o pregunta. Si quiero llevarme a mi hijo al otro lado del mundo, lo voy a hacer así quieras o no. No te respeto ni a vos, ni a tus derechos. Agradece que te dejo verlo y agradecele a mis papás, por que si hubiera sido por mi, vos a esta instancia nunca hubieras conocido la cara de Bastian ni siquiera por foto—es lo último que digo y corto la llamada.

A mi con boludeces no.

El partido empezó hace tres minutos y me lo perdí por estar discutiendo con este enfermo.

Voy de nuevo al lugar dónde estaba sentada y veo a mi bebé que sigue durmiendo muy cómodo en los brazos de María mientras el papá de Marco le acaricia la cabecita a mi hijo. Tan lindos se ven los tres.

—¿Está todo bien, bella?—me pregunta Maria.

—Sí, todo bien, ¿quiere que lo agarre?

Ella niega con la cabeza y su marido también, están muy comodos con Basti ahí.

El partido transcurre tranquilo, más favorable para el Real Madrid pero en realidad ambos equipos están muy flojos. A los 35' del primer tiempo el Madridpor fin llega al área logrando una buena jugaba y rematando con un gol de mi novio, el cuál inmediatamente corre gritando su gol y con sus manos forma mi inicial y luego el infaltable emoji de las dos cadenas unidas
(🔗) sus compañeros de equipo lo felicitan y abrazan. Cuándo el festejo termina busca con la mirada la tribuna, me mira fijo y tira un beso. En el segundo tiempo el Madrid mejora el 100% y el rival no tiene chances alguna, Marco vuelve a hacer otro gol pero esta vez en vez de mi inicial hizo el pequeño movimiento de mano que le hace Bastián siempre que él lo tiene en brazos. El partido finaliza ganando el Real Madrid 4-0 con doblete de mi novio.

Me hace muy feliz que me haya dedicado un gol con la libertad de hacer la inicial de mi nombre y mucho más feliz aún por la dedicación del segundo gol a mi hijo. No es la primera vez desde que estamos juntos que me dedica un gol pero siempre fué discreto al no haber confirmado ante todos nuestra relación y el único gesto que hacía es el de las dos cadenas unidas que es el gesto que a ambos nos representa, cuándo lo hacia y hace me dedica los goles a mi.

Con esos gestos tan simples que tiene me hace la mujer más feliz.

Bastián; Rodrigo de PaulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora