49; Dos días

4.6K 317 75
                                    

Madrid, España.
Rodrigo—.

—¡Rodri!

Volteo al escuchar cómo me llaman entre gritos y aparece Thomas entre llantos en mi campo de visión. Corre hacía mí y me abraza con fuerza.

Al verlo así me asusto un poco. No sé que está pasando.

—¡No sé que que pasó, yo iba en mi auto atrás de el de ella y de la nada, no, no sé!

Trato de calmarlo pero ni siquiera yo puedo calmarme por que no entiendo que está pasando, no entiendo por que estamos acá.

Thomas me llamó hace veinte minutos pidiéndome que por favor venga a este hospital urgente que él acá me iba a explicar el porque pero que tenía que venir lo más antes posible, tuve que dejar a Bastián con mi mamá y mandarle un mensaje a mi esposa avisándole, la cuál no respondió por que está trabajando en unas sesiones de fotos.

—¿Que fué lo que pasó? ¿Estás bien?—pregunto preocupado al ver en el estado que está.

Él se ahoga en su propia saliva y llora con desesperación. Me pone nervioso el verlo así por que jamás lo ví en este estado.

—Ella, ella me llamó para que le lleve unas cajas, me pidió que se las lleve por que en su camioneta ya no entraba nada más. Se las llevé, la acompañé todo el día, la esperé y cuándo terminó acordamos en ir a cenar a su casa, cómo yo había llevado mi auto cada uno iba en el suyo entonces íbamos normal, ella adelante y yo siguiéndola. Estabamos a algo de siete cuadras de su casa, paramos en el semáforo y cuándo se puso en verde ella avanza pero de la nada sale una camioneta blanca del otro lado, de un semáforo que estaba en rojo y cómo no vió que ella avanzó por que nuestro semáforo estaba en verde la chocó, la camioneta salió disparada y volcó dando un par de vueltas y la otra camioneta que la chocó se fué contra un edificio. A penas ví lo que pasó me bajé corriendo a ver a mi hermana junto a gente que pasaba por ahí y no la pudimos sacar por que estaba inconsciente y con el cinturón de seguridad puesto, enton...

“Apenas ví lo que pasó me bajé corriendo a ver a mi hermana”

Dejo de respirar al escuchar lo último que dice Thomas, el mundo se para, mi corazón por un momento deja de latir al saber que se trata de Clara el porqué estamos acá.

—No...—niego con la cabeza frenéticamente y Thomas trata de abrazarme—No, no, no, no puede ser Thomi. Si-si ella, ella estaba trabajando, esta-estaba en una sesión de fotos, ella-ella estaba bien. No, no puede ser, no la puta madre, ella no Thomas...

—¡Rodri cálmate por favor, va a estar bien, te lo prometo!

Mi cuerpo empieza a temblar con desesperación y me cuesta hasta respirar, mi visión se nubla por completo y sólo siento cómo toda la cara se me inunda en lágrimas. Ni siquiera puedo escuchar lo que dice Thomas, se siente lejano el ruido de todo, en mi cabeza sólo se repite las últimas palabras que dijo mi cuñado.

—¡No puede ser Clara, no Dios. No, no nos puede estár pasando esto!

Siento cómo si el pecho se me cerrará y me clavaran veinte puñaladas por segundos en mi pecho, siento cómo si me apretaran con fuerza el corazón y me lo arrancaran para después pisarlo, siento que me estoy muriendo.

—¡Una camilla y un calmante urgente, por favor!

Cantidad de imágenes a lo largo de mi vida junto a mi esposa se muestran en mi mente: Cuándo nos conocimos, nuestro primer beso, cuándo ambos debutamos en nuestras carreras, cuándo nos fuimos del país por primera vez, nuestro primer día viviendo juntos, nuestras primeras vacaciones, cuándo nos enteramos que estaba embarazada, el transcurso de su embarazo, cuándo nos peleabamos, cuándo nos reconciliamos, nuestro primer beso después de meses separados, nuestro tiempo en familia, nuestro casamiento, el primer año de nuestro hijo, ella siendo mamá, tantas imágenes.... imágenes que mi mente crea de ella adentro de una puta camioneta inconsciente, por culpa de un enfermo hijo de puta que no sabe manejar.

Bastián; Rodrigo de PaulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora