16; Te extrañé.

7.5K 423 86
                                    

Buenos Aires, Ezeiza.
Clara—.

—¿Y porque no dijiste si creías o no que algún día vamos a volver a estár juntos?

Rodrigo me persigue a mi habitación con mi hijo en brazos, está así desde que dí esa entrevista de mierda, no para un segundo y yo sólo lo ignoro, es muy pesado.

—¿Pero vos si creés que vamos a volver a estár juntos, no?—sigue él.

Bastián bosteza, hasta a él lo cansó.

—Yo sé que vos si lo crees pero no te animas a decirlo.

Que ganas de silenciarlo un rato por favor, este hombre no para un segundo de hablar, peor que un loro.

Dejo el iPad sobre el escritorio y me tiro a la cama, por fin. Todo el día trabajando desde las cinco de la mañana hasta las once y media de la noche, no me quedaron ganas ni de existir, mucho menos de aguantar que me taladren la cabeza con preguntas boludas, pero ahora para completarla el atrevido de Rodrigo se acuesta en mí cama cómo si fuera suya y deja a nuestro hijo al medio.

—Pero dale decime—alarga la última letra—Te prometo que no digo nada, va a ser un secretito entre los tres.

Parece un nene, no sé si estoy criando un hijo o dos.

—Ay cállate un rato Dios, andate a dormir a tu habitación que nosotros estamos cansados y nos tenés podridos con tus preguntas. Le voy a decir a Lionel que te obligue a dormir en el predio allá en Ezeiza con tal de no aguantarte—lo amanazo.

Él se calla rápidamente por que sabe que lo voy a hacer, ya varías veces le vengo advirtiendo de que si sigue así de pesado le voy a decir a su director técnico que lo obligue a dormir en el predio. Y Lionel me quiere más a mi que a él.

—¿Ya nos vamos a dormir, tan temprano?—pregunta al ver que me tapo.

—Vos no, vos te vas a tu habitación o a dónde quieras.

Rodrigo me mira ofendido.

—Acá quiero.

Él se tapa y abraza a Bastián quién lo recibe gustoso y le devuelve el abrazo.

—Menos acá.

—¡Fua, dale Martina!

Se queja cómo nenito y yo me rio nomás mientras niego con la cabeza, está loco si cree que va a dormir con nosotros en mi cama. Si quiere dormir con Bas que se lo lleve a su cama, pero acá no. Bostezo y los ojos me pesan tanto que me arden, asi que me los restriego.

—Estás que te caes del sueño pero son más fuertes las ganas de pelearme que tenés, maldita—ríe—Me quedo hasta que Basti se duerma, lo paso a la cuna y me voy, ya está dicho no hay objeciones.

Ruedo los ojos y les doy la espalda aceptandolo, Rodrigo no se piensa ir y el traidor de mi hijo prefirió abrazarlo a él para dormir. Los ojos automáticamente se me cierran solos y al fin puedo dormir plácidamente, hasta que entre sueño escucho como Rodrigo pone a Bastián en su cuna y dejan la cama fría, siendo que estaba calentita. Abro los ojos y por la pantalla del celular veo que son las 3 am.

—¿Te desperté? Perdón Cla—susurra.

Niego con la cabeza y bostezo, a lo que le contagio el bostezo a él. Nos quedamos mirando fijamente por varios segundos sin decir nada los dos y no sé sí es por lo dormida que estoy o que, pero le hago un gesto con la cabeza y él rápidamente lo entiende ya que corre a acostarse a la cama otra vez.

Le doy la espalda y trato de volver a dormir pero no puedo, asi que sólo cierro los ojos tratando de que la conciencia no me mate porque no sé que mierda estoy haciendo durmiendo con Rodrigo al lado y lo peor es que no me disgusta la situación.

Bastián; Rodrigo de PaulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora