25; semifinal

6.9K 452 40
                                    

Doha, Qatar
Clara—.

Argentina está por jugar la seminal del mundo, ni siquiera empieza el partido y ya siento que el corazón se me va a salir en cualquier momento.

En el partido anterior ni siquiera puedo expresar lo mal que la pase, incluso tuve que chequear cómo estaba mi presión por que en los penales sentía que en cualquier momento me iba con el Diego. Al final ganamos y la felicidad fue total, más cuándo pudimos ver a Rodrigo, nos llegamos a caer todos de tanto saltar festejando.

Hoy Argentina juega a un 4-4-2 con Messi y Julián arriba. El partido empieza y Rodrigo empieza muy bien también, con muy buenos pases.

Todos los Argentinos nos hacemos notar, somos locales otra vez.

Croacia crece con el paso de los minutos, es más protagonista, mientras Argentina espera en su campo. A los 20' Messi se toca la parte posterior de su muslo izquierda y hace muecas, mi preocupación crece al no saber que mierda le pasa al capitán pero no pasan más 2' + que se recupera, pero el susto queda ahí. Por un error de los croatas a los 32' hay penal para la selección y la ilusión crece y crece, Messi patea de una manera espectacular y es gol. Dejo la garganta gritandolo y abrazandome con todos, no puedo más con tanta felicidad. Se llega a los 40' minutos y la araña inhumana pone el 2-0 para Argentina que nos da más tranquilidad y ventaja, mi garganta pide piedad y lo único que puedo hacer es festejar con mi hijo y con todos en el palco. El primer tiempo termina.

Tengo ganas de llorar, pero de llorar de emoción. Cada partido que jugó la selección me dieron ganas de llorar ya sea de nervios, miedo o felicidad, todos me sensibilizan. Cada vez más cerca, ya podemos sentir esa final, no nos tenemos que confiar pero no está mal ilusionarse.

—Clarita toma agua por favor, yo tengo a mi nieto quédate tranquila—Monica, la mamá de Rodrigo agarra a Bastián y me pasa un botella con agua—Estás exaltadisima hija, aprovecha a relajarte un ratito en estos minutos, toma aire.

Yo le sonrío y le agradezco, mi familia está dentro del palco ya que fueron a comer algo, yo no puedo, tengo el apetito cerrado. En los partidos no puedo comer, cuándo terminan sí.

¡Soy Argentino es un sentimiento y no puedo parar! La hinchada no deja de alentar así estemos en entre tiempo y es por eso de que soy eternamente agradecida a Dios por ser argentina, por ser del mejor país del mundo.

Muchos que están en las tribunas abajo pegados al palco de Rodrigo giran a grabarme o sacarme fotos cuándo canto al ritmo de mi hinchada y agito la bandera de mi país pero no me importa, no puedo con tanta emoción.

—Relaja boluda, te vas a cagar muriendo y no vas a poder ver la final si pasamos—Thomi aparece de la nada con mi hijo en brazos—Mira a quien tengo, lero lero ahora es mío.

Mi hijo está cómodisimo en los brazos de su tios y a pura risa con él, asi que se lo dejo.

Luego de tomar varios litros de agua, relajar mi garganta y entregar mi alma a Dios, el segundo tiempo empieza. Los minutos pasan y Croacia va al ataque cómo todos esperabamos, nosotros guardamos la ventaja. Las contras argentinas son fantásticas, el arquero está salvando muchas jugadas de gol evitando el tercero para nosotros. Argentina defiende de una manera admirable, con el corazón.

Croacia no crea peligro, no sufre Argentina. Puedo sentir la final más cerca, después de ocho largos años.

A los 69' todos los argentinos tocamos el cielo con las manos al ver al mounstro de Julian Álvarez meter el tercer gol para nuestra selección con una jugada inolvidable para cualquier persona de nuestro eterno capitán, Lionel Messi.

No aguanto y las lágrimas salen solas de la emoción que tengo, no puedo creerlo, es cómo estár volando está sensación. Me abrazo con Thomas y con mi hijo y parece que vuelvo a nacer, soy tan feliz en esté momento.

Bastián; Rodrigo de PaulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora