46; Tanto amor en esta cama

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Buenos Aires, Argentina.
Clara—.

(Advertencia: +18 contenido explicito y lenguaje vulgar)

Rodrigo me tapa los ojos con una venda la cuál me impide ver y me guía en el camino.

Hoy anduvo raro, raro no, sospechoso en realidad, pero no en la mala manera, hoy anduvo en modo sospechoso y amoroso.

—¿Que estaría pasando, Rodri?

—No me digas Rodri, Cla. Veinte veces te dije que me digas mi amor o mi amorcito.

Casi catorce años juntos, estamos a nada de casarnos y él sigue insistiendo con el tema de los apodos, siendo que para mi no hay apodo más lindo que su nombre, por que su nombre es hermoso.

—Bueno mi amor, ¿que estaría pasando?

—Adivina adivinador...—murmura con su tono jugueton en mi oído.

Entralaza los dedos de su mano con los míos y empieza a caminar lentamente sin dejar de guiarme.

—¿A dónde vamos?

—Sh—me calla.

Ah, bueno. Okey.

Una suave melodía se escucha por los parlantes de toda la casa y rápidamente la reconozco.

Es imposible no sonreír y un dejavù me llega, sintiendo cómo si estuvieramos en el momento en que él me pidió matrimonio hace unos meses.

La melodía y voz de Pablo Alborán suena y no puedo parar de sonreír. Sabe cuánto amo las canciones de él.

Rodrigo deja un beso en mi mejilla y la canción comienza mientras él me sigue llevando con cuidado a algún lugar de la casa.

Entre tu boca y la mía hay un cuento de hadas que siempre acaba bien
Entre las sabanas frías me pierdo a solas pensando en tu piel
Que curiosa la vida que de pronto sorprende con este loco amor
Y es que todo se acaba y termina si dejo de ser lo que soy

Siento la respiración y el aliento de mi novio pegado a mi, para luego cantarme al oído.

Bésame, no dudes ni un segundo de mi alma. Alteras mis sentidos liberas mis alas.

Su voz no se será la de un cantante o la de un ángel, pero para mi es la voz más bonita del mundo y que me esté cantando al oído me hace querer morirme de ternura.

No cabe tanto amor en esta cama si me dejaras
Que bueno es sentir que suspiro de nuevo
Que tu roce y mi roce juntos forman fuego
Delicada llama que nunca se apaga

Él frena nuestra caminata y su pecho choca con mi espalda mientras tararea la canción con su respiración en cuello, erizándome la piel. Con sus dedos juega con el nudo de la venda que tengo en los ojos.

Sin ti yo me pierdo, sin ti me vuelvo veneno
No entiendo el despertar sin un beso de esos
Sin tu aliento en mi cuello sin ti yo me pierdo
Sin ti me vuelvo veneno, no entiendo el despertar sin un beso de esos, sin tu aliento en mi cuello

Deja un beso en mi hombro para luego apoyar su menton en el mismo y recostar su cara en el hueco de mi espalda y mi cuello.

Que futuro más bello que plan mas perfecto presiento
No tendremos que estar batallando buscando siempre el momento
Por dar pasos de cero y un camino certero de
sueños liberamos el llanto vacío que tanto provocan los miedos

Rodrigo me desata la venda de los ojos, pero antes de sacarmela por completo vuelve a cantar mi parte favorita de la canción.

Bésame, no dudes ni un segundo de mi alma. Alteras mis sentidos liberas mis alas.

Bastián; Rodrigo de PaulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora