36; Solamente tú

5.8K 454 57
                                    

Madrid, España.
Clara—.
P2.

Mi corazón late tan rápido que siento que en cualquier momento me va a dar algo. El miedo que tengo me traspasa el cuerpo ya que lo tengo helado y tiemblo en cada segundo que pasa.

Los dos mozos que me acompañan en el ascensor me hablan y dan aire, pero en mi desesperación ni siquiera escucho que es lo que dicen, sólo quiero ver a Rodrigo, saber que fué lo que pasó.

El ascensor parece ir más lento que una puta tortuga porque no llegamos más a la azotea.

—¡Señorita Ramelle necesito que por favor se tranquilice, le puede afectar a su salud!

La luz del ascensor se apaga y los mozos maldicen mientras yo sólo puedo cerrar mis ojos y apoyar mi cabeza contra la pared del puto ascensor de mierda.

No puede estár pasando esto, estaba todo tan bien... ¿que fué lo que pasó?

El ascensor sigue andando aún sin luz y yo sin paciencia, las puertas por fin se abren y el cálido aire me azota de golpe.

No veo absolutamente nada, está totalmente oscura toda la azotea. Ni siquiera la luz de la luna alumbra, nada.

No quiero imaginarme que ya se lo llevaron y sin mí.

—Señor, ¿usted sabe dónde se lo llevaron? Acá no hay nadie, no entiendo que está pasando—pregunto a alguno de los dos mozos que iban conmigo en el ascensor.

Ninguno de los dos me responde asi que giro para verlos pero al estar todo oscuro no sé si siguen ahí o se fueron. Las ganas de llorar me invaden y mi desesperación no me está dejando pensar que mierda hacer.

Estoy sola, en la azotea de un edificio, a oscuras, mi novio en algún hospital de por ahí y yo sin saber que es lo que le pasó.

Salto del susto al escuchar una melodía suave de la nada. Miro para todos lados buscando de dónde viene.

¿Que mierda está pasando? Dios iluminame o eliminame por que no se que hacer.

Una cantidad de luces incontables se encienden alumbrando sólo la mitad de la azotea y alumbrando a literalmente Pablo Alborán, el cuál está parado frente a mí junto a sus músicos. No sey si estoy soñando o estoy re drogada.

Mi boca se abre inmediatamente y tengo que contar hasta diez para saber si realmente esto está pasando y no estoy soñando que Pablo Alborán está frente a mis ojos en este momento en una puta azotea.

Regálame tu risa
Enséñame a soñar
Con solo una caricia
Me pierdo en este mar

Mis ojos quieren traicionarme y se me cristalizan al escucharlo cantar.

Regálame tu estrella
La que ilumina esta noche
Llena de paz y de armonía
Y te entregaré mi vida

Dos avionetas iluminadas aparecen en el cielo atrás de él y sus músicos, las avionetas arman un show de piruetas entre ellas mismas, haciéndolo todo un espectáculo digno de ver mientras la música suena de fondo.

Haces que mi cielo vuelva a tener ese azul
Pintas de colores mi mañana, solo tú
Navego entre las olas de tu voz y

Tú, y tú, y tú
Y solamente tú
Haces que mi alma se despierte con tu luz
Tú, y tú, y tú

No sé si tengo ganas de llorar por lo que está pasando o por que sigo sin saber dónde está Rodrigo.

Las avionetas forman el signo del infinito, seguido de un corazón y por último letra C, para así volver a repetir las mismas figuras.

Bastián; Rodrigo de PaulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora