En vuelo

Capítulo 6: Sexta ala

Notas del autor: A ver, qué decir de este capítulo. Bueno, no mucho realmente en este punto. Hasta ahora, no ha habido puntos realmente importantes de curiosidad en mis reseñas, excepto lo que sucedió en la Torre del Reloj, y ya mencioné que cubriré eso más adelante. En cuanto al capítulo en sí, admitiré que hasta ahora la mayor parte de lo que he estado haciendo es establecer el marco para el resto de la historia. ¿Alguien más siente que la mayor parte de esta historia no ha sido más que una exposición hasta ahora? He estado tratando de mantenerlo entretenido, usando el servicio de fans y el humor, aunque también he estado tratando de agregar una visión y desarrollo del personaje. Hasta ahora, solo una pieza de acción real, pero la mayor parte está planeada para más adelante, cuando las cosas comiencen a mejorar un poco. Honestamente, se siente como si yo

Bueno, los próximos capítulos deberían ver la historia alejarse de esa dirección. Ahora que un buen número del elenco ha sido reunido y puesto en el lugar apropiado, creo que voy a empezar a poder trabajar con ellos un poco mejor.

Siento curiosidad por las respuestas a mis propias impresiones. ¿Alguien más siente lo mismo? ¿Crees que está bien de todos modos? Como siempre, si tienes una opinión, por supuesto, háblala, ya sea positiva o negativa.

Y como siempre, por favor, disfrútalo.

*Salto de escena*

"¿Es aquí donde vives?" Le pregunté a Homura mientras los dos caminábamos uno al lado del otro hacia el antiguo edificio de estilo japonés en la esquina de la calle. Nos había tomado menos de media hora llegar aquí desde el Jardín Botánico a pie. Hubiera tomado menos tiempo si hubiéramos usado los techos como quería Musubi, pero con Kuu en mis brazos, aún durmiendo plácidamente, había vetado ese plan.

"Sí" admitió Homura, sonando nervioso. Todavía vestía su atuendo de trabajo, el traje negro y la máscara que parecía preferir cuando no pretendía ser Kagari, el trabajador del club anfitrión, sino Homura, el guardián de Sekirei. "He estado alquilando aquí desde que dejé los laboratorios. Conocía a la dueña de entonces". El usuario de la llama parecía no estar seguro de si quería o no seguir adelante con que viviéramos en el mismo edificio que él.

"¿Cuál es ella?" Pregunté, olfateando el aire mientras lo hacía. "¿Están todos los Sekirei aquí alados por el mismo Ashikabi?"

"¿Todos los Sekirei?" preguntó Homura, sonando desconcertado por mi proclamación antes de hacer una mueca. "Puedes sentirlos a todos, ¿no?" dijo, sonando aún más nervioso ahora.

"Bueno, puedo sentir tres de ellos", admití, tratando de identificar la naturaleza exacta de los poderes que estaba sintiendo. "No sé si son todos, pero son todos en este momento".

"No sé por qué me olvidé de esa extraña habilidad tuya", murmuró Homura, frotándose la cabeza mientras lo hacía. "¿Tal vez sería mejor si encontraras otro lugar?"

"¿Eh?" Musubi intervino, sonando emocionado. "¿Más Sekirei? ¿Vamos a pelear de nuevo ya?" Ella rebotó emocionada, sus manos en puños contra mi abrigo que aún llevaba puesto mientras lo hacía.

"¡No!" Homura casi gritó, viéndose aterrado ante la idea. "No hay peleas en la Casa Izumo. Si lo intentas, Hannya aterrador vendrá a buscarte".

"¿Hannya?" Musubi preguntó, poniendo un dedo en sus labios mientras trataba de colocar la palabra extraña.

"Es una máscara que representa a un demonio femenino que se usa comúnmente en las obras de Noh", le dije a la burbujeante doncella del santuario. Volví mi atención a Homura, quien todavía se veía nervioso ante la idea de que alguien comenzara problemas en su casa. "¿Entonces al Ashikabi no le gusta la batalla? ¿Todavía no está participando en el Plan Sekirei?" Tenía cierto sentido para mí. En la Guerra del Santo Grial hubo todo tipo de participantes, desde aquellos que buscaron activamente la batalla hasta aquellos que simplemente esperaron en un lugar defendible para planificar sus acciones antes de moverse. Caster había elegido el Templo Ryuudouji como suyo originalmente, y el Maestro de Berserker, Illyasviel von Einzbern, había elegido las propiedades de su familia en las afueras de la ciudad para ella. En menor medida, las propiedades de Emiya habían sido Rin y mías después de unir fuerzas.