Desobediencia

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—¡Shhh!—.

Chifuyu se sonrojó disculpándose en silencio luego de quejarse de dolor cuando Nahoya piso sin querer su pie.

Los gemelos y el pelinegro estaban poniendo en marcha su plan de escapar del plano espiritual para poder visitar el mundo terrenal por un breve instante, aprovechando que Manjiro había regresado agotado y descansaba en su habitación. Tendrían un día de chance para poder vagar por la tierra antes de que el líder despertara.

Una vez que estuvieron ya en el plano terrenal se desearon suerte antes de que cada uno tomara su propio camino. Souya, quien fue el último en marcharse quedó extrañado de ver un par de plumas en el suelo. Las tomó en sus manos y las reconoció como las de Chifuyu. No recordaba haberlo visto arrancárselas, así que tuvo el temor de que quizás se les hubiera caído. Pero cuando quiso hablar con él, ya se había marchado.

Souya escuchó unos pasos cerca por lo que tomó rápidamente las plumas restantes y se las llevó consigo para esconderse detrás de un gran árbol. Tuvo miedo de ser descubierto, y su temor incrementó cuando vio que los pasos pertenecían a Ken y Haruchiyo. Se lamentó al ver que el más alto se detenía y recogía del suelo una pequeña pluma y se la mostraba al otro espíritu. Estaban en grandes aprietos, en especial Chifuyu.

En cuanto el par de espíritus desapareció en bajo el arco que los conduciría al otro mundo, Souya decidió ir tras Chifuyu, debía advertirle lo de sus plumas y que fue descubierto por Haruchiyo y Ken.

En cuanto el par de espíritus desapareció en bajo el arco que los conduciría al otro mundo, Souya decidió ir tras Chifuyu, debía advertirle lo de sus plumas y que fue descubierto por Haruchiyo y Ken

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Seguir el rastro tenue de la esencia del pelinegro fue una odisea para Souya, pero por fin había logrado dar con él. Llevó sus manos a su boca por la impresión que le había dejado ver a Chifuyu en los brazos de un humano y como éste había tenido el atrevimiento de besarlo en los labios y además de apegarlo de aquella manera contra su cuerpo. Sin embargo, su hermano parecía muy feliz. Nunca antes había escuchado esa risa.

Chifuyu había sido el último en aparecer de todos los espíritus de alto rango, por lo que siempre había sido tratado como un hermano menor al que todos protegían de una u otra manera, y por lo que sus travesuras eran toleradas por la mayoría. Y a pesar de su carácter alegre e hiperactivo, nunca había llegado a un punto dónde demostrara una genuina risa como la que Souya escuchaba en ese instante.

El parque donde se encontraban le permitía al espíritu mantenerse oculto mientras observaba la escena romántica que Chifuyu y el humano estaban montando. Sin embargo su presencia pronto fue advertida por este último.

—¿Eres alguna especie de pervertido?— preguntó el pelilargo enfadado posicionándose delante de Chifuyu, lo que evitó que éste reconociera a primera vista a Souya.

—Para nada... Es que... él es mi hermano menor— murmuró asustado.

Chifuyu al escuchar la voz de Souya salió en su rescate sujetando a Keisuke desde el brazo, diciéndole que tenía razón. El humano miró con desconfianza al espíritu mayor debido a que no veía parecido alguno entre ellos.

Feathers [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora